El 7 de abril, Día Mundial de la Salud, el concepto One Health se pone en valor pues contempla la interrelación entre salud humana, la animal y el medio ambiente al prevenir y abordar los problemas sanitarios.
El desarrollo científico continúa avanzando a grandes pasos, inclusive generando oportunidades para afrontar las incertidumbres del mundo actual. Gracias a esto, algunas enfermedades que representaban una amenaza para la salud, ya no lo son. Sin embargo, existen factores que, de no controlarse, pueden poner en riesgo el futuro del sistema sanitario.
Actualmente, el 75 % de las enfermedades humanas infecciosas emergentes tienen un origen animal y el 60 % de los agentes patógenos que causan enfermedades humanas tienen su origen en los animales domésticos o silvestres. De esta problemática no están exentos los animales de producción ni las mascotas porque muchas de sus enfermedades pueden afectar a la salud de las personas.
Para combatir las afecciones que se transmiten de animales a personas, en el país existen diversos programas de prevención y control de enfermedades zoonóticas a cargo del Ministerio de Salud y el Senasa . Por otro lado, el desarrollo de nuevas vacunas ha contribuido a mitigar potenciales amenazas y mejorar la calidad de vida de los animales y las personas. Además, la irrupción de la inteligencia artificial brinda la posibilidad de unir salud, big data y tecnología para comprender mejor las necesidades de las mascotas y de los animales de producción para anticiparse a problemas de salud.
En esa línea, Tiago Arantes, director general de MSD Salud Animal en Región Sur, explica que “nuestra política interna a nivel mundial es invertir el 20% de la facturación en Investigación y Desarrollo para aportar nuevas soluciones contra las enfermedades. A su vez, buscamos constantemente sumar nuevas tecnologías que permitan adelantarse a los problemas de salud de los animales y tener mejor manejo de los medicamentos que se suministran, por ejemplo, los antibióticos. Es importante poder combinar las nuevas herramientas tecnologías, la ciencia y los datos para ser más eficientes durante toda la cadena de valor. Por ejemplo, actualmente en ganadería, a través de collares de monitoreo se puede conocer distintos tipos de alertas sobre las funciones vitales de los animales que se están desviando de los parámetros normales y anticiparse al diagnóstico clínico”.
Esto es parte de una estrategia global llamada Una Salud o One Health que busca un enfoque colaborativo, multidisciplinario y multisectorial que pueda hacer frente a las amenazas sanitarias urgentes y que se dan en la relación natural que existe entre los humanos, los animales y el medioambiente.
Esta mirada integral permite abordar una de las grandes preocupaciones a nivel mundial que son las afecciones causadas por la resistencia a los antibióticos. Según la OMS, una de las 10 principales amenazas de la salud pública a las que la humanidad se verá enfrentada es la resistencia a los antimicrobianos (RAM) y se estima que para el año 2050 las muertes por bacterias multirresistente podrían alcanzar los 10 millones de personas anualmente. Esto sucede cuando los microorganismos, que tienen la capacidad de neutralizar el efecto de los medicamentos, dejan de ser afectados por antimicrobianos al que anteriormente eran sensibles, como pueden ser los antibióticos.
“En el caso de la resistencia antimicrobiana estamos trabajando desde diferentes perspectivas, a través del uso de bacteriófagos como tecnología para reducir la resistencia a los antibióticos y eliminar bacterias patógenas para aportar al bienestar y la salud de los animales. Al mismo tiempo, también, llegar a nuevos acuerdos sobre el tratamiento de distintas enfermedades. Esto último es importante para unificar criterio y, además, porque cuando se desea estimular el impulso de soluciones tecnológicas e innovadoras para mejorar la salud de los animales hay que hacer el esfuerzo de articular espacios de encuentro con las cámaras de cada sector, con profesionales de la industria veterinaria y otros actores claves” añade Tiago Arantes.
Es necesario encontrar nuevas respuestas a los problemas actuales y futuros para cuidar la salud de las personas, de los animales y el ecosistema. Para ello, se deben generar alianzas entre la comunidad científica, las industrias y los gobiernos para llegar a nuevos consensos que permitan actuar de forma más eficiente y efectiva, teniendo como aliados a la tecnología, los datos y la innovación como pilares fundamentales.