La jura de la raza contó con filas finales de reproductores de muy buena genética. Destacaron que, a pesar del muy buen momento que vive la raza, se continúa creciendo.
Con la jura de Pedro Borgatello (h), la raza Brangus eligió sus grandes campeones en la ExpoRural 23. Tanto en las filas de hembras como de machos se contó con un destacado número de reproductores de alto valor genético.
“Me centré en elegir animales moderados, de marcado dimorfismo sexual, correctos en su desplazamientos y aplomos; además, en macho hice mucho hincapié en los prepucios para que sean toros que puedan tener una vida útil larga y sin lesiones”, destacó el jurado y ponderó al Gran Campeón por su “notoria corrección en todas sus líneas”.
Sobre el momento de la raza, Borgatello señaló que “ya hace varios años que está muy bien, siempre hay un Palermo un poquito mejor o un poquito peor, pero nos tiene acostumbrados a que, año a año, se viene levantando la vara, no con grandes saltos, porque la raza a nivel poblacional tiene un muy buen presente”.
La Gran Campeón Hembra fue una vaquillona mayor (Guasunchos MAY 8726 Serena T/E) de Gregorio, Numo y Noel Werthein y Enrique R. Zeni y Cía, en tanto que la Reservada fue para una vaca mayor (El Porvenir 9739 T/E) de Walter Edgardo Orodá.
En machos, el Gran Campeón fue un toro de la categoría Dos Años Menor (El Porvenir 10611 Francesco T/E), también de Walter Edgardo Orodá, que fue secundado por un toro dos años mayor (Luquense 467 Mundial) de Ganadera del Villaguay.
“No deja de sorprender la mejora continua del nivel de la genética y eso es lo lindo de esta actividad: esta mejora enfocada a la productividad, a la generación de trabajo, riqueza e inversiones, que es la única manera de levantar el nivel de desarrollo humano de nuestra gente del interior y del país”, le dijo a El Tribuno Campo el presidente de la Asociación Argentina de Brangus, Pedro Navajas, quien además destacó la condiciones de los ejemplares de la raza como “máquinas de productividad, para producir riqueza y valor, transformando las materias de bajo valor, como son nuestros pastos, en carnes de alto valor”.
Navajas describió que la ganadería atraviesa un momento muy malo por la sequía de tres años que viene sufriendo, a lo que se le suman las complicaciones que imponen las autoridades nacionales a nivel comercialización, controles de precios, una “nube de impuestos, tasas y contribuciones”, y distorsiones de precios relativos y costos. “La economía de nuestro sector hace un giro muy grande valor, pero no quedan excedentes en ninguna parte de la cadena. Cuando nos comparamos con los países vecinos, a nuestros colegas les va bien, crecen ellos y sus comunidades; nosotros siempre estamos hablando del potencial que tenemos y nunca se convierte en realidad”, concluyó.