En A Todo Trigo, Juan Pazo, secretario de Planeamiento y Gestión para el Desarrollo Productivo y de la Bioeconomía de la Nación, detalló el plan económico basado en las anclas fiscal, monetaria y cambiaria; además, enumeró las restricciones eliminadas.
En la primera jornada de A Todo Trigo la política agropecuaria también fue protagonista. El cierre de la sala principal del congreso estuvo a cargo de Juan Pazo, secretario de Planeamiento y Gestión para el Desarrollo Productivo y de la Bioeconomía de la Nación. El funcionario del Ministerio de Economía detalló el plan del gobierno en la materia.
En la apertura de su discurso les habló a los productores agropecuarios: “Ustedes son los protagonistas del país que se viene. Sabemos que son héroes”. En esa línea, enfatizó en que “el único camino posible está en liberar las fuerzas productivas” y remarcó que “el trigo es uno de los únicos cultivos en los que somos realmente número uno en el mundo, porque somos uno de los principales productores y exportadores y somos altamente valorados en el mercado internacional por calidad y rendimiento”.
“Pasaron décadas de malas políticas, se los vio como enemigos y no como aliados. Nosotros, sin embargo, valoramos que hayan seguido adelante invirtiendo en tecnología, algo que el mundo nos reconoce”, sostuvo. Pazo hizo énfasis en que “este gobierno recibió un Estado ridículamente sobredimensionado e ineficiente, plagado de burocracias abusivas que solo buscaban generar discrecionalidades y potenciar nichos de corrupción”.
“El camino es largo. pero en este poco tiempo hemos eficientizado procesos y brindado herramientas para construir de una vez por todas un camino de libertad y productividad”. Sobre eso, enumeró algunos ejemplos: “Ya no hay que pedir permisos para importar; eliminamos las trabas al comercio basadas en la discrecionalidad; lanzamos la Ventanilla Única de Trámites entre Argentina y Brasil para facilitar la exportación; eliminamos el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino, algo que ustedes sufrieron más que nadie porque se repartía en forma arbitraria y concentrada y lo terminaron pagando ustedes; eliminamos aranceles a la importación de urea y nitrato de amonio para bajar el costo del fertilizante, lo que hoy ya marca una diferencia clara, ya que cuando asumimos el valor era de 935 dólares y hoy apenas supera los 500”.
Pazo insistió: “Queremos dar señales claras y fortalecer la confianza del productor, por eso hoy derogamos la resolución que establecía volúmenes de equilibrio que, de forma arbitraria, restringían la exportación de trigo y maíz. Mientras estemos en el gobierno, estas medidas no vuelven más”.
También adelantó una medida que el gobierno planea tomar en el corto plazo: “Vamos a derogar la resolución que obliga a registrar cinco veces al año la cosecha. Solo van a tener que registrar dos veces: una en la cosecha gruesa y otra en la cosecha fina”.
“Llegaron hasta acá con creatividad y mucha fuerza de voluntad, encontraron oportunidades cuando les ponían obstáculos. Pero ahora estamos en un momento distinto. Ya no son más esos empresarios que para invertir y crecer tenían que pedir permiso al Estado”. resaltó, y admitió: “Sabemos que no es suficiente con lo que hemos hecho”.
El programa económico
A la hora de definir el programa económico del gobierno de Javier Milei, Pazo afirmó: “Es sólido y efectivo. Y acá es donde quiero ser claro con ustedes. Nuestro programa tiene tres anclas: la fiscal, monetaria y cambiaria”. Sobre el ancla fiscal, dijo que “consiste en alcanzar un superávit fiscal primario de 1.7 puntos del producto para 2024, que resultará en equilibrio financiero”.
“Pero, como partimos de un problema estructural de credibilidad y lleva más tiempo generar confianza, era muy importante complementar con anclas monetaria y fiscal. Sobre la monetaria, estamos en una dinámica donde el superávit fiscal primario y el financiamiento neto del tesoro ayudan a esterilizar la emisión de pesos para la compra de dólares del Banco Central y el pago de intereses. O sea, estamos sacando pesos del mercado”, aseguró, y puntualizó en que “el dólar se está moviendo por debajo de la inflación y la tasa de interés, lo que está ayudando a bajar la nominalidad mientras se corrigen precios relativos”. El funcionario lo comparó con lo que ocurre con el pan: “La importación de pan tiene impuesto PAIS, IVA, doble IVA, retenciones de ganancias y tasa estadística, e igual es competitivo y se hace con trigo argentino”.
Tipo de cambio
“Ustedes se preguntarán si es sostenible la apreciación real del tipo de cambio. Nosotros creemos que sí y que es un proceso virtuoso que resulta de la combinación del ancla fiscal y monetaria. Vale remarcar que la apreciación real en estos meses se dio con un desplome de la brecha cambiaria, del riesgo país, con caída brutal de la inflación y tasas, y con un BCRA que compró más de 15.000 millones de dólares”, agregó.
Sobre ese punto hizo especial énfasis: “El tipo de cambio real promedio histórico a precio de hoy está en 870 pesos. En los momentos de crisis estuvo más cerca de 1.200 pesos y en los momentos de confianza más cerca de los 550 o 570 pesos. Hoy partimos de niveles mucho más cercanos a los de los episodios de crisis y, si se mantienen las anclas del programa macro y se siguen haciendo los deberes, es lógico esperar que se aprecie hacia los niveles del momento de confianza”.
“Hacemos todo para salir del cepo y de los impuestos distorsivos, pero minimizando los riesgos. Eso requiere sintonía fina y una secuencia macroeconómica lógica. Para bajar impuestos de manera sostenible hay que consolidar el ancla fiscal. La tasa de interés posiblemente le gane al dólar y sea más conveniente invertir en pesos en Argentina que esperar una apreciación por un salto devaluatorio. Se acabaron las devaluaciones para generar competitividad por un ratito bajando salarios. Nuestro programa se basa en generar competitividad sistémica vía baja de impuestos, del costo de capital, de la inflación y también -como decía Fernando Rivara (presidente de la Federación de Acopiadores)- de la baja de algunas distorsiones propias de Argentina como el fobbing”, marcó.
Al momento de concluir, Juan Pazo sostuvo que “el mundo nos volvió a mirar”, y reafirmó que “el mercado confía en que la mayoría de los argentinos sigue apoyando al gobierno a pesar de los meses difíciles que pasamos”. Para él, “la dirección es más que clara: queremos ser un país que recupere la senda del crecimiento y donde la inversión privada potencie la productividad. Sin ustedes, los pasos en ese camino serán imposibles”.