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Investigadores del INTA Salta publican libro sobre nematodes

En “Claves del Campo” (AM 840 Radio Salta), Leandro Hipólito Olmos dio detalles sobre la publicación que aborda la problemática en bovinos, ovinos y caprinos del NOA.

Los médicos veterinarios Leandro Hipólito Olmos y Víctor Suárez, del INTA Salta, publicaron recientemente el libro titulado “Nematodes, parásitos de bovinos, ovinos y caprinos en la región del Noreste Argentino”. En la publicación, abordan las parasitosis gastrointestinales, que son enfermedades de gran relevancia para la ganadería de la región NOA.

El objetivo principal del libro es ofrecer información accesible sobre las parasitosis en el NOA, una zona que carecía de material de referencia específico. Olmos, quien también es especialista en parasitología, explicó: “Los libros que abordan esta temática suelen estar orientados a otras regiones, por lo que esta publicación se convierte en una herramienta valiosa para quienes trabajan en el NOA”.

Asimismo, señaló que en el INTA reciben numerosas consultas de profesionales que buscan información precisa sobre el tema. “A través del libro, intentamos responder a esas preguntas frecuentes y ofrecer una guía clara. También cumple un rol de difusión: toda la información contenida en él proviene de años de trabajo y ensayos realizados por Víctor Suárez y su equipo de investigación. En este texto, abordamos variables fundamentales como el impacto, la epidemiología y el control de los nematodes”, detalló.

Olmos, indicó que las parasitosis son enfermedades de gran importancia en el ámbito veterinario. Dentro de ellas, los nematodes, son parásitos conocidos comúnmente como gusanos redondos y representan un grupo especialmente relevante. A menudo se los denomina lombrices y se diferencian de otros tipos de gusanos por su forma cilíndrica y alargada.

En bovinos y caprinos, los nematodes que causan mayores problemas suelen localizarse en el estómago, particularmente en el último compartimento gástrico, conocido como estómago glandular o verdadero. También pueden afectar el intestino delgado.

El impacto productivo de estos parásitos se debe a que consumen los nutrientes que el animal necesita para crecer y mantenerse saludable. Además, algunas especies son más agresivas, como Haemonchus contortus, un nematode altamente patógeno que se alimenta de sangre y afecta directamente el estómago del hospedador.

“Hay estudios que indican que, en cargas elevadas, puede consumir hasta 250 mililitros de sangre por día. En especies pequeñas como ovejas y cabras, esto puede ser devastador. En bovinos, el impacto puede ser algo más tolerable, pero sigue siendo una enfermedad de gran importancia que afecta la producción ganadera”, señaló.

Según explicó el médico veterinario, el ciclo de los nematode comienza con los adultos alojados en el sistema digestivo del hospedador. En estos órganos, el macho y la hembra se aparean, y la hembra libera huevos que son excretados con la materia fecal del hospedador al ambiente. Una vez liberados, los huevos se desarrollan en el ambiente hasta convertirse en larvas, pero su desplazamiento hacia el pasto depende del efecto mecánico de lluvia.

En este sentido, la aparición de estos parásitos se observa en períodos cortos en la región del NOA, debido a que esta zona presenta un régimen de precipitaciones concentradas en pocos meses. “Si consideramos que la lluvia es el principal factor que facilita la dispersión de larvas y condiciona la disponibilidad de pastura, podemos decir que el NOA presenta una característica única”, explicó Olmos y agregó que -durante los períodos secos, como en la temporada invernal- la carga parasitaria tiende a disminuir. “En nuestros estudios sobre el desarrollo de las larvas, hemos observado que, a partir de agosto o septiembre, la supervivencia de las larvas en el ambiente comienza a reducirse”.

A diferencia de los ovinos y caprinos, en el caso de los bovinos existe un factor adicional, que es la “inmunidad adquirida”. Con el tiempo, los bovinos comienzan a desarrollar defensas contra los nematodes, lo que contribuye a una disminución progresiva de las cargas parasitarias. Generalmente, el pico de infección se presenta entre fines del verano y principios del otoño. A partir de ese momento, y dependiendo de la carga parasitaria inicial y de otros factores ambientales y fisiológicos, el animal empieza a generar inmunidad. Como consecuencia, reduce la eliminación de huevos a través de la materia fecal, lo que contribuye a controlar la presencia de nematodes en el ambiente.

Consultado acerca de dónde proliferan mejor estos parásitos, el profesional mencionó que se desarrollan mejor en zonas templadas. Un claro ejemplo es el Valle del Lerma, donde se ha observado un impacto significativo de estos parásitos, ya que las condiciones ambientales de la región favorecen su proliferación, generando problemas de control, especialmente en ovinos y caprinos. “En bovinos, el impacto es diferente, ya que estos animales son más resistentes y las parasitosis tienden a generar pérdidas subclínicas, que pueden traducirse en reducciones de peso de entre 20 y 40 kilos sin síntomas evidentes”, dijo.

“En pequeños rumiantes, además de la pérdida de peso, los cuadros clínicos pueden llegar a ser graves y provocar la muerte del animal. Si bien en bovinos es raro ver mortandad por nematodes, cuando ocurre es porque la carga parasitaria es extremadamente alta”, detalló.

Asimismo, el médico veterinario llevó tranquilidad al señalar que estos parásitos no representan riesgos para los humanos, ya que son específicos de los rumiantes. También indicó que puede haber intercambio de cepas entre especies como ovejas y vacas si conviven en el mismo entorno.

Cómo detectar nematodes en el ganado

Un signo característico en bovinos es la formación de una especie de papada debajo de los maxilares. Se trata de una acumulación de líquido, producto del impacto nutricional de los parásitos, que alteran la permeabilidad de los vasos sanguíneos. En casos menos frecuentes, este edema puede extenderse hasta la zona pectoral.

“A nivel visual, los síntomas varían según la especie y el género del parásito. En general, se observa una disminución en la condición corporal del animal. En algunos casos puede presentarse diarrea, aunque esto depende del tipo de nematode presente. No obstante, el diagnóstico más preciso se obtiene a través de un análisis de materia fecal, que permite detectar la presencia de huevos de parásitos”, explicó Olmos.

En ovinos y caprinos, el signo más importante es la anemia provocada por Haemonchus contortus, un nematode hematófago que se alimenta de sangre.

Para identificar la anemia, se puede observar la mucosa ocular del animal. Si está muy pálida o blanca, es un indicio de infección. Para evaluar este parámetro se utiliza el test de Famacha, una herramienta clave que permite reducir los costos de tratamiento antiparasitario.

La versión PDF “Nematodes, parásitos de bovinos, ovinos y caprinos en la región del Noreste Argentino” es de acceso libre y puede descargarse desde la página editorial de la Asociación Argentina de Producción Animal. También se puede encontrar ejemplares físicos disponibles en la EEA INTA Salta y en el Laboratorio de Salud Animal.