En el estudio, investigadores analizaron el perfil fenólico del varietal y pudieron identificar diferentes terruños y parcelas de vinos malbec con alta precisión mediante análisis químicos.
Un estudio del que participaron investigadores del Conicet y publicado en Scientific Reports demostró la capacidad de la variedad malbec de transmitir el “terroir” o terruño a lo largo de los años y explicar el origen de las uvas por su composición química, desde pequeñas parcelas hasta grandes regiones de la provincia de Mendoza.
“Es la primera vez que se realiza un trabajo de este tipo para la variedad malbec y es el más grande hasta el momento, inclusive si se lo compara con reportes previos en otras variedades a nivel mundial”, destacó el Conicet en su última publicación.
El concepto de “terroir” o terruño hace referencia a una compleja interacción de factores que incluyen la planta de vid, el ambiente que la rodea y la intervención humana en los viñedos y la bodega, y que se expresan en un vino único de un sitio específico.
El grupo comparó cuatro niveles diferentes de terroir, veintitrés parcelas distribuidas a lo largo de doce indicaciones geográficas de seis departamentos, en tres cosechas diferentes, elaborando más de doscientos vinos en condiciones estandarizadas.
“Los resultados obtenidos en esta investigación exponen un modelo que permite identificar y diferenciar diferentes terroir/parcelas individuales de la variedad malbec con alta precisión mediante el análisis de los compuestos fenólicos presentes en los vinos”, señala Roy Urvieta, ex becario del Conicet en el grupo de Bioquímica Vegetal del Instituto de Biología Agrícola de Mendoza y líder del trabajo.
Para Urvieta, el estudio “muestra que esas parcelas específicas mantienen la diferenciación durante diferentes años; que se puede probar científicamente la singularidad de un vino particular de acuerdo con su lugar de origen, independientemente del año en que este fue elaborado”.
“El estudio también presenta resultados que evidencian una clara relación entre la composición fenólica y las condiciones climáticas de los sitios de donde provienen las uvas, resaltando la elevada concentración de algunos compuestos fenólicos en parcelas localizadas en indicaciones geográficas con elevada altitud y bajas temperaturas”, amplió.
El perfil fenólico es el análisis de la composición individual de compuestos fenólicos presentes en los vinos: un compuesto puede estar presente en un vino y no en otro, puede encontrarse en mayor o menor cantidad según la parcela de donde proviene, diferencias que se expresan en la composición química de cada uno de esos vinos.
“Para obtener el perfil fenólico, analizamos diferentes familias de compuestos incluyendo antocianos, ácidos fenólicos, flavanoles, flavonoles y estilbenos (como el trans-resveratrol)”, explicó Ariel Fontana, investigador independiente del Conicet en el mismo grupo del IBAM y autor responsable del trabajo.
Según Fontana, “estos compuestos normalmente se asocian con la sensación en boca y el color del vino, y además sus concentraciones dependen de la procedencia”.
“Presentamos un enfoque novedoso para entender la individualización de parcelas con características únicas, un concepto muy relacionado con las características del terroir de los vinos”, agregó el investigador.
Este trabajo surge de la interacción público privada entre el IBAM y el Catena Institute of Wine de la Bodega Catena Zapata y es parte de la tesis doctoral de Urvieta, que entre 2016 y 2020 obtuvo una beca co-financiada Conicet-Empresa.
“Esto contribuirá a una mejor comunicación de las características de los terroir de diferentes regiones y ayudará en la toma de decisiones técnicas durante la elaboración del vino; además de aumentar el prestigio del malbec argentino en el mundo y continuar mejorando el posicionamiento de los vinos argentinos”, concluyó.