Junto a la carne, trascendió que el Gobierno trabaja en nuevas reglas para precisar los saldos de las ventas externas de ambos cereales.
Además de buscar que se devele cuál será el futuro del cepo a las exportaciones de carne vacuna en 2022, en el sector agropecuario crece la expectativa por posibles medidas para el trigo y el maíz que el Gobierno se aprestaría a dar a conocer pasado mañana en un encuentro entre el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, y la Mesa de Enlace. Mientras el Gobierno mantiene un fuerte hermetismo sobre este tema, trascendió en el sector privado que podrían fijarse las reglas “claras” a futuro para las ventas de los saldos al exterior de ambos cereales.
En carne, la semana pasada Agricultura les envió a las entidades del campo un documento donde ofrece “garantizar” las exportaciones de las cuotas arancelarias a Europa y los Estados Unidos, además de las ventas a Israel y Chile y sostener la exportación de carne de un millón de toros y vacas, estas últimas de categorías D y E -de descarte- para China, el mayor comprador del país.
Según un análisis de entidades del agro, ese esquema implicaría que, contra las casi 800.000 toneladas de exportación que cerraría 2021, para 2022 los embarques serían de unas 200.000 toneladas menos que lo registrado en el año en curso.
Los técnicos de las organizaciones de los productores van a discutir hoy, en una reunión en Agricultura previa a la de los presidentes de la Mesa de Enlace con Domínguez, un número: 53,5 millones, que es el stock vacuno estimado por el gobierno nacional. Para las entidades hay más vacas que eso, lo que posibilitaría que en 2022 se pueda abastecer sin tensiones el mercado interno y la exportación, esta última sin ningún tipo de restricciones para los embarques.
En este contexto, se colaron el trigo y el maíz. Lo que ha trascendido es, según esperan en el sector privado exportador, el establecimiento de reglas de juego para el negocio a futuro de los saldos exportables. No habrá anuncios por retenciones, donde hoy ambos cultivos tributan un 12%.
Sobre el trigo y el maíz, las versiones van desde que habrá saldos exportables establecidos anualmente a una política que podría ir desde abrir los mismos por tramos. Vale recordar que, apenas asumió, en septiembre pasado Domínguez definió al trigo, el maíz y la carne como “bienes culturales” y señaló que el Gobierno debía “administrar con responsabilidad e inteligencia los saldos exportables” de los productos.
“En principio aclararían cómo piensan definir los saldos exportables”, señaló un industrial ligado con la exportación de granos y subproductos. Otro empresario señaló que la información que le llegó es que hay dos posturas al interior del Gobierno: “abrir de a poco o todo de una”.
Para tener en cuenta, las declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE) de trigo 2021/2022 -se está cosechando- que hacen los exportadores están prácticamente clavadas en 9.065.958 toneladas desde mediados de octubre pasado. Hubo un movimiento de poco más de 430 toneladas la semana pasada. En tanto, vienen anotándose DJVE de maíz para el ciclo 2021/2022 que ya ascienden a 14.135.400 toneladas del cereal.
Recelo
Las entidades del agro observan con recelo lo que ocurre tanto en trigo y maíz, ya que creen que hay una intervención indirecta del Gobierno. En octubre pasado, cuando para el ciclo 2020/2021 había anotadas 38,5 millones de toneladas, el Gobierno puso nuevos requisitos a los exportadores para que demostraran la compra de mercadería de esa campaña. Ahora las DJVE de ese ciclo pasado se ubican en 39.821.228 toneladas, nivel récord.
En este contexto, la semana pasada un grupo de diputados nacionales de Juntos por el Cambio (JxC) presentó un proyecto de resolución en el Congreso para que el Gobierno informe si está interviniendo los mercados de trigo y maíz y, además, hay funcionarios manejando todo con llamados a actores de la cadena comercial.
La iniciativa es de los legisladores Alicia Fregonese, Pablo Torello, Ingrid Jetter, Mónica Frade, Gerardo Cipolini, Claudia Najul, Gabriela Lena, Gustavo Menna, Hernán Berisso, Jorge Vara, Virginia Cornejo, Martin Grande, Soher El Sukaria y Alberto Asseff.
Por: Fernando Bertello
Fuente: La Nación