En un esfuerzo por adaptarse al calentamiento global, el INTA en Catamarca analiza la tolerancia de nogales y almendros al calor, con la esperanza de mejorar la selección de cultivos.
El clima tiene un papel fundamental en la productividad y calidad de los cultivos, y la respuesta de los nogales y almendros a las temperaturas extremas es un tema de estudio de gran interés para el equipo del INTA de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Campo Sumalao, ubicada en la provincia de Catamarca, Argentina. La investigación se lleva a cabo en este establecimiento para evaluar 7 cultivares de almendros y a su vez, la variedad Chandler en nogales.
El equipo, liderado por la Investigadora Nadia Valverdi del INTA Catamarca, recibe una importante contribución al campo a través de la evaluación de la eficacia de los climas en la producción de nueces y almendras. La información recabada permitirá desarrollar modelos predictivos y de zonificación agroclimática en Argentina, lo que permitirá a los productores tomar decisiones informadas sobre la selección de cultivos más adecuados para sus zonas geográficas.
En el caso de los nogales, se evalúa la capacidad de la variedad Chandler para enfrentarse a las condiciones de clima extremo, considerando la variabilidad de eventos climáticos en el Valle Central de Argentina. El objetivo es determinar si la variedad Chandler es capaz de adaptarse a las condiciones climáticas de alta temperatura que se anticipan en el futuro, sin afectar la productividad y calidad de los frutos.
Durante el proceso de evaluación, se mide la floración y la maduración de los cultivos, así como el crecimiento vegetativo, la capacidad fotosintética y el estado hídrico de la planta. Se evalúan diferentes genotipos tanto de pies como de copa, y se miden los estadios fenológicos para identificar las condiciones de temperatura necesarias para cada etapa del ciclo del cultivo.
Además, la información recabada en el estudio permitirá a los productores seleccionar mejor el material genético para distintos ambientes, adaptándose a las condiciones climáticas de la zona en la que se encuentran. La información se retroalimenta con los programas de mejoramiento agrícola, que pueden seleccionar nuevos cultivares que sean capaces de enfrentarse a un futuro más caliente sin perder productividad.
Por otro lado, para los nogales, la información permitirá desarrollar mapas de aptitud productiva, no solo para las regiones actualmente estudiadas, sino también para otras provincias de interés, como San Juan y Río Negro, en el contexto del cambio climático. Los productores podrán conocer anticipadamente la calidad de la nuez que van a cosechar ese año de acuerdo con las condiciones climáticas del año, lo que les permitirá hacer una mejor planeación de comercialización de acuerdo con las condiciones climáticas actuales y futuras.