Doce instituciones que conforman la Comisión Nacional de Sanidad Equina se reunieron esta semana con funcionarios del Senasa para impulsar un plan nacional de control, informó la Cámara de la Industria Nacional Equina (Camine).
Representantes de la industria equina se reunieron con funcionarios del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) para impulsar un plan nacional de control de la anemia infecciosa.
La industria equina planteó su preocupación por el lento pero incesante avance de la enfermedad también conocida como fiebre de los pantanos, altamente contagiosa y sin cura, que puede tener graves consecuencias en toda la cadena productiva.
“La anemia equina se conoce pero no se tiene conciencia del nivel de daño que le produce a la industria; es una batalla que la enfermedad nos va ganando, hay casos cada vez más cercanos y hay provincias en las que ya es endémica”, advirtió Carlos Dodera, presidente de la Asociación de Veterinarios Equinos y de la Comisión de Salud y Bienestar Animal de Camine.
Para Dodera, “es fundamental la difusión y la concientización de los graves daños que esta enfermedad puede generar en la industria”.
“Si bien no es una zoonosis, afecta terriblemente a la producción equina, porque incide en la longevidad y sobre todo en la performance”, afirmó Raúl Etchebehere, presidente de la Asociación de Criadores de Caballos Criollos y miembro de la Comisión Directiva de Camine.
Por su parte, María Barrabegui, investigadora del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y profesora de Enfermedades Infecciosas en la escuela de veterinaria de la Universidad del Salvador, indicó que “uno de los riesgos es la pérdida de valor de los caballos”.
“También entra en juego la pérdida de mercados de exportación; a pesar de que todos los caballos que se exportan se testean, los países podrían ponerse exigentes y dejar de importar caballos provenientes de países con anemia infecciosa equina”, añadió.
La Argentina exporta caballos por US$ 30 millones anuales y tiene potencial para aumentar exponencialmente ese valor.
Según Barrabegui, la infección se transmite principalmente por insectos vectores como el tábano y el segundo transmisor es el hombre a través de la vacunación con agujas infectadas.
Entre otras medidas, se propone no utilizar la misma aguja en distintos animales, exigir libreta de certificado de libre de anemia, antes de mover caballos realizar el test de AIE en un laboratorio autorizado por el Senasa, realizar un análisis a todo su rodeo al menos una vez al año, no compartir elementos de montar, denunciar los casos positivos y dar aviso a todos los productores equinos cercanos e intente evitar las zonas de pantanos, los bajos, las ciénagas y bañados donde abundan los tábanos y otros insectos vectores.