En una entrevista en el programa “Claves del Campo” de AM840 Radio Salta, Ceferino Flores, investigador del INTA Yuto, detalló cómo las condiciones climáticas adversas están afectando la producción de tomate y pimiento, y cómo el monitoreo constante es clave para su prevención. Escuche la entrevista.
El Coordinador de Investigaciones de la Estación Experimental de Cultivos Tropicales del INTA Yuto, Ceferino Flores, ofreció un panorama de la situación que atraviesa la horticultura. Esto, debido a que, en los últimos meses, los excesos de lluvias han generado problemas sanitarios en los cultivos e incluso podredumbre en las plantas.
Actualmente, uno de los principales desafíos agronómicos y sanitarios que enfrentan los productores e investigadores del INTA Yuto en esta campaña hortícola, especialmente en la producción de tomate y pimiento, es lidiar con las condiciones de humedad y temperaturas elevadas. Estas condiciones crean un ambiente propicio para la aparición de enfermedades como la ‘pata blanca’, causada por el hongo Sclerotinia sclerotiorum, que se manifiesta como una pelusa blanca en el cuello de las plantas. Según Flores, esta enfermedad está causando daños significativos en zonas como Aguas Calientes y Fraile Pintado. “Además, ya enfrentamos otro hongo conocido como ‘patas negras’, y ahora, con la presencia de bajas temperaturas, se está convirtiendo en una amenaza importante”.
En ese sentido, una de las recomendaciones que brinda el INTA a los productores es actuar de manera preventiva, ya que es fundamental estar atentos a las condiciones ambientales, monitorear continuamente y comenzar los tratamientos tan pronto como aparezcan los primeros síntomas. Las condiciones actuales favorecen el fortalecimiento de estas enfermedades, lo que puede ocasionar grandes pérdidas en los cultivos, en este caso, en la producción de tomate y pimiento.
“En este caso, y de manera preventiva, lo más efectivo como fitosanitario es el cobre, ya que tiene un amplio espectro y actúa contra hongos y bacterias. Además, se recomienda el uso de carboxamidas, un grupo de fungicidas utilizados para controlar enfermedades en tomates, disponibles en diferentes marcas comerciales. Existe una amplia gama de fungicidas que los productores deben considerar y tener en stock, ya que las condiciones actuales hacen imprescindible su uso”, recomendó Flores.
Y agregó: “Todo esto es de aplicación foliar y requiere monitoreo constante. El productor hortícola suele realizar aplicaciones preventivas, incluso cuando no hay presencia de enfermedades, simplemente ‘por si acaso’. Sin embargo, esta práctica genera un gasto elevado, estresa las plantas y no siempre es efectiva. Es fundamental que el productor deje atrás esta mentalidad y entienda que lo principal es el monitoreo constante y la observación para identificar los primeros síntomas. A partir de ahí, debe aplicar tratamientos adecuados. Además, esto incluye factores como la distancia entre plantas, la poda, el manejo de la fertilización y otros aspectos que impactan en la salud del cultivo. Ya sea un productor pequeño, mediano o grande, es esencial adoptar un enfoque integral en el manejo del cultivo”, explicó.
Manejo integral del estrés en la producción hortícola
Más allá de una buena prevención mediante aplicaciones curativas, el factor climático también contribuye al estrés en las plantas. Este estrés, es un factor determinante en la producción, ya que cuando una planta está estresada, no funciona adecuadamente: no procesa bien, no crece como debería y se vuelve más susceptible a enfermedades. Por ello, los productos biológicos son una herramienta clave en la actualidad y, sobre todo, serán indispensables en el futuro para mejorar los rendimientos.
El experto del INTA Yuto detalló que hay horticultores están utilizando productos que incluyen sustancias hormonales de origen vegetal, nutrientes que promueven el crecimiento y materias orgánicas. “Los aminoácidos son un ejemplo de componentes que están ganando popularidad”, mencionó. También destacó que hay una amplia gama de productos disponibles que los productores deben aprender a manejar correctamente. Sin embargo, recordó que antes de recurrir a productos específicos, es fundamental aplicar estrategias de manejo adecuadas. “Por ejemplo, las coberturas verdes, como el mulching, ayudan a reducir el estrés térmico en los invernaderos. Algunos productores están utilizando mulching de plástico o de materiales orgánicos, como aserrín, viruta, pasto o malhoja, para proteger los cultivos”, explicó.
En esa línea, agregó: “buscamos implementar más el uso de productos orgánicos porque esto significa una transición hacia sistemas más resilientes y sostenibles. Cuidar el suelo es fundamental. Creo firmemente que estamos en el camino de recuperar y mejorar la calidad de nuestros suelos. Cuando hablamos entre técnicos y empresas, coincidimos en que nuestro objetivo principal es dejar a las futuras generaciones un suelo en mejores condiciones que el que recibimos”, recalcó Flores.
Empresas y productores: alianza fundamental para el progreso
“Veo algo muy interesante en la horticultura del NOA, donde existe una interacción muy fuerte entre los técnicos de las empresas, dedicadas al desarrollo de nuevos productos y tecnologías, y los productores. Ambos colaboran estrechamente, lo que se refleja principalmente en el desarrollo continuo de materiales genéticos resistentes a enfermedades. Las empresas realizan un esfuerzo constante para mejorar estos materiales”, describió el experto del INTA.
Asimismo, Flores resaltó el interés por recuperar variedades de tomates con diferentes colores y sabores. En cuanto a los productos químicos, también hay innovación, y las empresas están continuamente probando y ajustando estos productos. “Este proceso es lento y costoso, pero siempre se realiza con la perspectiva de ofrecer beneficios al productor”.
“Por ejemplo, los productos de síntesis química que se están desarrollando son de banda verde, lo que significa baja toxicidad, y son altamente específicos: afectan solo a plagas o enfermedades sin dañar otros microorganismos o insectos presentes en el cultivo. Este tipo de innovación es lo que realmente necesitamos en la horticultura”, concluyó.