En una entrevista con El Tribuno Campo, Ricardo Yapur, CEO de Rizobacter, se refirió a los 45 años de vida de la compañía, su pasado, presente y futuro.
En el Congreso de Aapresid, El Tribuno Campo conversó con el CEO de Rizobacter, Ricardo Yapur, empresa que está festejando 45 años de su creación y actualmente cuenta con 8 filiales en Brasil, Paraguay, Bolivia, Colombia, Estados Unidos, Sudáfrica y Francia, y está presente con sus productos en más de 40 países en los 5 continentes, ocupando más del 20 % del mercado mundial de inoculantes.
Nacida en 1977 en un garaje, es hoy una compañía global, líder en el segmento de biológicos, con capacidad de investigar y desarrollar soluciones para una agricultura consciente de la importancia de producir cuidando los recursos naturales y especialmente el suelo.
A 45 años de la creación de Rizobacter, ¿qué foto mostraría hoy de la compañía?
Yo tengo 41 años en la empresa y más que una foto te podría hacer mil películas, porque todo pasó desde el garaje hasta la empresa que es hoy. Cuando entré a trabajar basamos o fermentábamos en un garaje y hoy somos una empresa de más de 700 personas, que va a facturar casi 300 millones de dólares, que exporta 70 millones de dólares, que exporta 45 países como Tanzania, Kenia, Sudáfrica, Zambia, Alemania, Inglaterra, Ucrania, Rusia, entre otros.
Entonces, como concepto es algo muy lindo que nos pasó como empresa y a mí, en forma particular, que arranque -recién recibido con 23 años- desde la nada en la empresa y ahora desde hace varios años como CEO, dirigiéndola fuertemente para encausar a muchos de los chicos que tenemos, que son muy buenos y vienen con muchas ganas, con mucho empuje, pero a veces hay que dirigir algunas cosas para que para que realmente la empresa vaya por el camino que queremos.
¿Cuál era el foco de la empresa en sus principios?
El fundador, Miguel Harnan, era un irlandés que había venido de chico a Argentina con sus padres a trabajar a los ferrocarriles ingleses en Río Negro. Él, que estudió agronomía e hizo un máster en Estados Unidos, vio que la agricultura limpia, la agricultura de los microorganismos, la fijación de nitrógeno limpia y barata, era el futuro que venía, y tuvo el sueño de hacer una empresa. Siempre digo que ese sueño nos lo inoculó a quienes trabajábamos con él, que en aquella época éramos 5 o 6 personas y nada más, y compramos ese sueño que se hizo realidad a lo largo de los años, con mucho esfuerzo y trabajo, y con algo que en Argentina me parece que nos está faltando: ganas de trabajar y reinversión permanente. Estas dos cosas que a la Argentina le faltan es por lo que cada día estamos dando un pasito para atrás como sociedad.
Hoy hablar de agricultura limpia, sustentable, biológicos, está en boga, pero hace 45 años, ¿cómo los miraban?
Éramos un bicho raro. No me olvido más, un gerente de una cooperativa a la que le vendíamos me tocó la fibra más íntima cuando me dijo: “Ustedes son como los fabricantes de sombreros, no tienen ningún futuro”. Me gustaría encontrarlo para que vea lo que pudimos hacer y qué no hicimos una fábrica de sombreros, pudimos hacer una empresa que le da trabajo a 700 familias.
Cuando se piensa en multinacionales argentinas del sector agroindustrial vienen a la mente Rizobacter, Don Mario, y algunas otras, que pudieron insertarse en el mundo, algo que no es fácil.
Don Mario para mí es un ejemplo para seguir por mucha gente que quiere seguir creciendo. También lo puede ser Rizobacter, no me quiero meter en ese punto, pero Don Mario es algo fantástico.
Las posibilidades de crecer para nosotros siguen siendo muy buenas, la sociedad hoy nos mira bien y creo que nuestro crecimiento va a ser cada día mayor.
¿Qué ven para adelante en Investigación y Desarrollo?
Vemos que el mundo de los biológicos es cada día más importante, que hoy todavía se habla más de lo que se factura, pero que a corto plazo va a ser un negocio mucho más grande de lo que es hoy. La tasa de crecimiento del uso de biológicos es muy grande, entonces tenemos esperanzas fundadas en que el desarrollo de la empresa va a ser cada día mayor.
Cuando viajamos a Europa vemos la demanda que tiene por productos limpios y por productos biológicos es cada día mayor; entonces, nuestro futuro pasa por ahí.
La experiencia que tienen posiciona a Rizobacter mucho mejor…
Sí, no solamente con lo que venimos haciendo, sino que en los últimos meses la empresa que compró las acciones de Rizobacter (Bioceres) adquirió en Estados Unidos una empresa de biológicos que tiene biofungicidas, bioinsecticidas, bionematicidas y bioherbicidas, todos esos productos los vamos a traer al mercado y los vamos a ir incorporando. Era una startup que se empezó a desarrollar y que su gente es muy buena investigando, desarrollando y generando productos; pero no eran lo mismo vendiendo, los productos biológicos hay que ponerlos en el mercado y nosotros somos especialistas en eso.
O sea que todas las problemáticas de la agricultura -malezas, plagas, hongos, etc.- podrán ser abordada con productos biológicos…
Totalmente. Creo que en el futuro los biológicos van a competir palmo a palmo con los fitosanitarios químicos, no digo que los van a reemplazar porque no creo eso, pero sí que van a ocupar una porción importante del mercado de fitosanitario.
Esto acompañado de Buenas Prácticas Agrícolas…
Por supuesto, el objetivo final es aumentar la producción con menor impacto sobre el medio ambiente. Si no tuviésemos los transgénicos y los productos que estamos usando como fitosanitarios, tendríamos que usar el doble de la tierra que hoy usamos para alimentar a la población del mundo; entonces, es clave usar Buenas Prácticas Agrícolas para afectar lo menos posible el medio ambiente.
Usted dirá que soy ansioso, están cumpliendo 45 años, pero me gustaría que me diga dónde ve la empresa cuando cumpla 50 años.
Me lo han preguntado en muchas oportunidades, pero en un país como Argentina uno tiene que ir surfeando la ola y tiene que ir mirando la micro -con uno ojo en la macro, por supuesto-, tiene que ir mirando su empresa e ir creciendo en la medida de las posibilidades, ir desarrollando el negocio. Las tecnologías cambian, los productores cambian, todo cambia; entonces, no soy de aquellos que mira qué va a hacer de acá a 5 o 10 años. Voy produciendo el día a día, haciendo lo mejor que puedo.
Parece que da resultado, porque en los 45 de la compañía tuvo que enfrentar muchas crisis…
Totalmente de acuerdo, desde el 81 -que empecé a trabajar en Rizobacter- lo primero que nos llegó fue la Guerra de Malvinas y de ahí para acá pasamos todas las calamidades que puede pasar a Argentina y, sin embargo, acá estamos con 700 empleados, 300 millones de dólares de facturación, pero mirando dos aspectos fundamentales: la reinversión y el trabajo permanentes, dos cosas que en Argentina en muchos casos parecen olvidadas.
Por: Belisario Saravia Olmos, editor de El Tribuno Campo
Fuente: El Tribuno Campo