La ganadería argentina enfrenta inquietudes con una faena récord de 14,5 millones de animales, marcada por la pérdida de forrajes debido a la sequía. El aumento en la faena de hembras adultas y vaquillonas presenta desafíos para la reposición del stock y la producción de terneros.
El sector ganadero argentino se enfrenta a un escenario complejo, marcado por una faena récord durante el último año. La cifra alcanzó los 14,5 millones de animales, superando en un 7,5% a la del año 2022. Este incremento, impulsado principalmente por la severa pérdida de forrajes debido a la sequía, genera gran preocupación sobre el futuro de la producción ganadera, en particular la de animales pesados. Así lo retrata el último Lote de Noticias de Rosgan, el mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
La faena de hembras adultas, que constituyen el núcleo de la reproducción ganadera, ascendió a 2,95 millones, un aumento del 24% en comparación con el año anterior. Este es el nivel más alto desde 2009. Paralelamente, la faena de vaquillonas superó los 4 millones de cabezas, marcando un aumento del 9%. Estas cifras no solo reflejan la respuesta inmediata a la crisis forrajera, sino que también plantean un gran desafío para la reposición del stock de vientres y la futura producción de terneros.
Además de la sequía, otros factores han contribuido a esta situación. La falta de previsibilidad en la comercialización a largo plazo, las restricciones a la exportación y los elevados costos impositivos y financieros han erosionado los márgenes de ganancia. Estas circunstancias han llevado a muchos productores a acortar sus ciclos productivos, favoreciendo la extracción de animales más livianos, especialmente machos, una tendencia que se ha venido observando en los últimos 4 a 5 años.
El impacto de estos factores se ha sentido no solo en los sistemas de engorde tradicionales, como la recría e invernada pastoril, sino también en aquellos más intensivos que dependen del grano. La escasez y el alto costo de los insumos han acelerado los tiempos de engorde a corral, incrementando la tasa de extracción de categorías más jóvenes. Esto limita la producción de animales pesados, vital para el mercado de exportación y para mantener un equilibrio en el mercado interno.
Ahora, el sector se enfrenta al desafío de recuperar la producción de animales pesados. Para ello, será necesario no solo una mejora en las condiciones climáticas, sino también cambios en las políticas agropecuarias que favorezcan la sostenibilidad y rentabilidad a largo plazo. La implementación de estrategias que permitan una mejor planificación y gestión de los recursos será clave para superar los desafíos actuales y futuros.
En este contexto, la colaboración entre el sector privado y el gobierno será fundamental. Es crucial establecer un marco que permita a los productores planificar con mayor certeza, invertir en mejoras tecnológicas y adoptar prácticas que aseguren una producción ganadera más eficiente y sostenible. Solo así podrá el sector ganadero argentino no solo recuperarse de los efectos de la sequía y las dificultades económicas, sino también fortalecerse para enfrentar los desafíos que se vienen en el futuro.