Un productor salteño, apoyado por FAO y el INTA, lleva adelante con éxito un proyecto de Manejo de Bosques con Ganadería Integrada
Lo primero que dice Jorge “Koky” Caram es que el proceso fue lento, pero el rendimiento “interesante”… y que las cosas mejoraron. El establecimiento El Chaparral está ubicado en Salta, sobre Ruta Nacional 81 y a 4 km del paraje Pluma de Pato, en la región que se conoce como Chaco semiárido, donde lo que abunda es el monte con especies como quebracho blanco, quebracho colorado, palo santo, mistol y guayacán.
La superficie del campo es de 500 hectáreas y se dedica al ganado bovino de cría, cruza de criollo y Brangus, razas elegidas porque soportan los grandes calores de la zona (que llegan hasta los 47 °C) en parte por su rusticidad y también gracias a la sombra que brinda el bosque.
Justamente, la combinación de la presencia del monte más cierta dificultad para alimentar al ganado fue lo que en 2014 impulsó a Koky a incursionar en el Manejo de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI), un sistema productivo que cuida los pastizales, el agua, la biodiversidad y donde se asocia los animales con el monte. “Tomé esta decisión para ver cómo podía resolver el problema del alimento para las vacas, porque cada vez era más difícil conseguirlo”, recuerda. “También para que descansen a la sombra y no pierdan tanta energía, ya que esto suma al rendimiento; lo bueno es que con el bosque se mejoran el bienestar animal y los índices productivos”, dice.
Otra ventaja importantísima de este sistema es que ayuda a evitar incendios porque el manejo integral del monte implica un orden en todo sentido, lo que incluye la diagramación de las calles cortafuegos: de esta forma se obtiene una masa boscosa más vital con mayor cantidad de árboles de cosecha futura y menos ejemplares sobremaduros, lo que reduce la carga de material “combustible”.
“Procuramos aportar al desarrollo de la región desde las diferentes visiones y generar propuestas de manejo en el marco del MBGI para aumentar la productividad de los sistemas y mantener o mejorar los servicios ecosistémicos”, detalla Tilda Ledesma, ingeniera forestal de la Estación Experimental de Cultivos Tropicales INTA Yuto (Jujuy) quien, junto a un equipo de profesionales, trabaja en Salta y Jujuy bajo el enfoque de ganadería sustentable y conservación de bosques nativos.
“Nuestro trabajo se basa en generar información a través de las diferentes mediciones en los predios para elaborar el Plan de Manejo y esta instancia es muy importante porque la realizamos junto a los productores; ellos nos ayudan a tomar todos los datos y encontramos mucho interés y apoyo de su parte”, comenta Ledesma.
Propuesta conjunta
Koky cuenta que el proceso de pasar a un planteo MBGI comenzó con una propuesta conjunta entre el INTA y la APGN, Asociación de Productores Ganaderos del Norte, entidad que preside. “Hicimos una prueba piloto donde fuimos realizando cerramientos, divisiones y el rolado de bajo impacto para siembra de pasturas, a la vez que íbamos experimentando en el manejo del rodeo y la pastura. Como aún no se logró sembrar todos los potreros el ganado pasta el mayor tiempo en el monte, que en esta zona siempre ha sido la gran fuente de alimento, y se usan las pasturas en la época de escasez (junio a noviembre), según el estado del pasto”. describe.
Hernán Hernández, ingeniero forestal y coordinador del Proyecto Estructural MBGI del INTA explica que, una vez recopilados todos los datos, se realiza la planificación según la información generada y los objetivos que tenga el productor. “En este caso aplicamos un rolado de baja intensidad (RBI) que genera una apertura en la cobertura del bosque por remoción parcial del estrato arbustivo, luego se realiza una siembra de pasturas megatérmicas para aumentar la oferta forrajera y se ordena el rodeo para lograr adecuar la carga. Todas estas prácticas se hacen junto con el productor para generar un aprendizaje en la ejecución del plan; actualmente seguimos trabajando en el monitoreo de los diferentes indicadores ambientales, productivos y sociales para lograr el manejo sustentable”, cuenta el ingeniero forestal.
Armonía con el ambiente
“A la hora de producir es necesario evaluar y manejar al agroecosistema como un todo y en este sentido la ganadería presenta un gran desafío para trabajar en las buenas prácticas que se llevan adelante en el marco de una producción sostenible”, recalca María Julia Cabello, técnica del Área de Programas de FAO Argentina. “El MBGI es un enfoque que facilita herramientas a los productores para realizar prácticas ganaderas en armonía con el ambiente, donde el manejo ganadero alcanza resultados positivos evitando la pérdida de la estructura y funciones del bosque nativo. Desde la FAO se promueve y busca visibilizar estas prácticas sostenibles para que mayor cantidad de productores las adopten”, afirma la técnica de FAO.
Como toda nueva iniciativa, las acciones que iban realizando en El Chaparral recibían distintos comentarios y reflexiones. Koky recuerda que llegaban muchas visitas a su predio y a algunas personas les parecía una gran idea lo que hacía, mientras que otras consideraban que el renoval y los rebrotes en unos años taparían la pastura y tendría que gastar nuevamente en rolado. “El proceso fue lento e implantar la pastura fue muy difícil debido a las épocas de pocas lluvias, pero los resultados son interesantes ya que disponemos de más pasto para las vacas”, reflexiona.
“El modelo implica más trabajo por la construcción de los alambrados, la instalación de las pasturas y el manejo del ganado, pero se logró mejorar la alimentación de los animales y también se observan nuevos árboles de varias especies, aunque hay que cuidarlos para que no se los coman las vacas durante el pastoreo”, dice el productor salteño.
Producir y proteger
Para la ingeniera Tilda Ledesma, la herramienta clave en el manejo es generar el ordenamiento de los sistemas en función del potencial, y ajustar las cargas a cada potrero: “En el caso de Koky vimos que acomodando las cargas y aumentando la oferta forrajera en los primeros potreros trabajados, el bosque nativo ha comenzado a regenerarse”, se entusiasma la especialista, al tiempo que remarca que otro de los beneficios es que el productor comienza a ver resultados positivos del manejo y así es posible seguir trabajando con un objetivo común, donde la producción de ganado de cría permite proteger el bosque.
“Establecer un enfoque de MBGI permite ajustar las variables productivas en función de los potenciales de cada sitio, lo cual brinda una visión general al productor que incluye constatar los beneficios de producir conservando el bosque”, enfatiza Hernán Hernández, y agrega: “Favorecer el manejo sustentable de los bosques nativos en la región chaqueña y en otras regiones boscosas del país a través de la difusión de información, la formación de capacidades locales y el desarrollo de propuestas tecnológicas acordes a la situación y características de los bosques nativos, son líneas de acción estratégicas del INTA y otras instituciones que articulan en el ámbito local, regional y nacional”.
“Con este sistema de MBGI mejoró la oferta forrajera, ya que tenemos pasto en épocas malas, cambió el manejo de los animales, se logró un mejor control de las vacas preñadas y los nacimientos, disminuyeron las pérdidas durante las pariciones y pudimos destetar más terneros, así que los resultados son positivos”, concluye Koky, quien también mejoró la cruza de su ganado con la compra de mejores toros y al poder mantenerlos bien cuidados.
Fuente: El Tribuno Campo