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Fuerte rechazo a un plan de loteos que dejaría al INTA sin su campo experimental

Son casi 600 hectáreas de Cerrillos que pasarían a manos de la Provincia para el plan Mi Lote. La polémica iniciativa es canalizada por un diputado massista de Buenos Aires.

En la Comisión de Hacienda y Presupuesto de la Cámara de Diputados de la Nación quedó estancado días atrás un polémico proyecto de ley que transferiría cerca de 600 hectáreas del INTA Cerrillos a la Provincia para ser destinadas al plan Mi Lote.

El proyecto, que generó duras expresiones de rechazo en el agro y la ganadería, tiene más de un costado llamativo.

La iniciativa fue presentada en el Congreso por Carlos Selva, un legislador de Buenos Aires cercano al presidente de la Cámara Baja, Sergio Massa, quien el pasado miércoles ante los micrófonos de Radio Nacional Salta reconoció que impulsó la iniciativa en respuesta a una necesidad planteada por el Gobierno de Salta en torno al déficit habitacional de la provincia, pero sin consultar al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) sobre el uso de esas tierras y lo que representan para Salta, la región y el país.

El exintendente de Mercedes, que hoy ocupa una de las bancas bonaerenses del Frente de Todos, se mostró dispuesto a reconsiderar algunos aspectos que no se atendieron en el inconsulto proyecto de ley. No cabe duda de que el déficit habitacional es una prioridad en Salta, con más de 75.000 familias para las que hoy el sueño del techo propio es prácticamente una quimera, pero los campos experimentales que se urbanizarían también lo son en muchos aspectos que vale la pena repasar.

La EEA Salta tiene hoy 1.105 hectáreas en Cerrillos, en dos catastros que divide el camino a Las Palmas. Hacia el sur, la matrícula 6.966 abarca 543 hectáreas. Hacia el norte, la matrícula 6.968 comprende 562 hectáreas, que quedaron separadas en dos fracciones (de 40 y 522 hectáreas) por la traza de la autopista de circunvalación.

El polémico proyecto de ley refiere a la afectación del catastro 6.968, que en el texto presentado en la Cámara Baja nacional aparece con poco más de 596 hectáreas, porque no se consideraron allí áreas ya restadas a la superficie original del campo experimental del INTA.

En principio las propuestas de loteo que elevó el ministro de Infraestructura de Salta, Sergio Camacho, al gobernador Gustavo Sáenz afectarían dos áreas del citado catastro: una de 41 hectáreas, que tiene proyectadas 870 parcelas sobre el nudo la ruta 68 y la autopista de circunvalación, y otra de 106 hectáreas, que tiene planificados 2.025 lotes sobre la intersección de la autopista y la ruta 21 (camino a San Agustín). Serían 147 hectáreas las que se afectarían, inicialmente, al plan Mi Lote.

“El INTA fue creado para aportar conocimiento y desarrollo a los salteños y al NOA, mediante la generación de innovaciones agropecuarias. Queremos seguir haciéndolo, pero sin nuestros ensayos, sin nuestros campos, no podemos hacerlo”, remarcó el director del INTA Salta, Bruno Baldi.

La extensa matrícula que sería transferida a título gratuito a la Provincia si se aprueba el proyecto de ley está ocupada actualmente con cultivos de maíz, tabaco, ají y poroto. Son ensayos de genética y agrotecnologías desarrollados a través de unidades de producción, experimentación sistémica y demostración (UPEX) en conjunto con la Asociación Cooperadora del INTA Salta.

“Los terrenos del INTA no están en venta, ni menos a título gratuito.

Esas tierras son una herramienta con la que se cuenta para los trabajos de investigación y desarrollo de tecnologías y la incorporación de genética. No son tierras ociosas, sino necesarias para el desarrollo de nuestra región”, subrayó José Luis Checa, presidente de Asociación de Productores de Frutas y Hortalizas de Salta y del consejo del Centro Regional del INTA. Checa cursó notas a autoridades provinciales y al consejo nacional del INTA en las que pidió que se “arbitren todos los medios posibles para evitar la pérdida de esas tierras, que sirven al progreso en la provincia, la región y el país”.

En relación con esas notas, Checa resaltó que detrás del aporte de divisas de los granos y las carnes “está el apoyo del INTA al mejoramiento de las producciones”.

En la misma línea, el presidente de la Sociedad Rural Salteña, Carlos Segón, destacó que “el INTA Cerrillos, pese a los recortes presupuestarios que sufrió en los últimos tiempos, sigue realizando notables aportes a la región, y en particular a Salta, en variedades de maíz, legumbres, tabaco, alfalfa y semillas de pasturas subtropicales. Por eso, que hoy se quiera avasallar a la institución con las hectáreas más aptas que tiene en sus campos experimentales es una preocupación que genera rechazo”, sostuvo Segón.

Tras calificar de “improvisación total” al proyecto de ley, el dirigente rural lamentó “que no se haya hablado con el sector, como últimamente lo vienen haciendo tanto el Gobierno nacional como el provincial. Llama la atención que un legislador de Buenos Aires haya sido el que impulsó el proyecto para dejar al INTA sin su campo experimental, como si no hubiera terrenos en otros lugares para lotear y hacer barrios. En el proyecto de ley ni siquiera se prevé alguna alternativa para que el INTA pueda seguir investigando”, aclaró Segón.

INTA: Tierras que cumplen un rol clave para la región NOA

En los campos del INTA se resumen 62 años de apoyos decisivos para el sector agropecuario.

El INTA, con sus campos experimentales de Cerrillos, lleva 62 años de investigaciones, desarrollos y apoyos técnicos relevantes para la producción agropecuaria y el crecimiento de la región NOA.

Las primeras actividades de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA Salta) se remontan hasta el 16 de enero de 1959. Ubicada en la zona central del Valle de Lerma, tiene un área de influencia de cerca de 150.000 kilómetros cuadrados y 1,2 millones de habitantes.

El área de influencia de la EEA Salta abarca diversas regiones y zonas agroeconómicas como el chaco silvoganadero, el chaco con riego y el umbral al chaco con cultivos extensivos bajo secano. También comprende las sierras subandinas y pampeanas con ganadería y forestales, valles de producción intensiva con cultivos subtropicales y de primicia, valles y bolsones con oasis de riego y ganadería menor, sierras con ganadería extensiva y la región altoandina con ganadería de camélidos.

La función del INTA en todos estos territorios consiste en acompañar y transmitir tecnología y conocimientos para aumentar y maximizar las capacidades económicas a nivel regional. Este papel clave es cubierto con personal técnico y profesional que se desempeña tanto en la EEA Salta, como en las agencias de Extensión Rural (AER) y las oficinas de Información Técnica (OIT) diseminadas en las provincias de Salta y Jujuy.

Como organismo federal, el INTA es la principal institución pública de Ciencia y Tecnología vinculada al desarrollo agroproductivo del país. Sus servicios son imprescindibles para que provincias como Salta y Jujuy puedan alcanzar un desarrollo equitativo con tecnologías, genéticas y métodos de producción agrícola y ganadera aplicables en sus territorios.

En este contexto, la EEA Salta, con sus 1.142 hectáreas experimentales de Cerrillos, está destinada a generar alternativas de transformación, reconversión y aumento de la productividad de pequeños, medianos y grandes productores, tanto en gestión sostenible de los sistemas agropecuarios del territorio como del ambiente. Las múltiples actividades y temáticas abordadas allí se originan a partir de las demandas y necesidades productivas, locales y regionales que canalizan órganos participativos locales y el Consejo Regional de INTA.

En la mesa del Consejo Regional están representados diferentes sectores del agro y la ganadería, las universidades y los propios gobiernos de Salta y Jujuy. Municipios también conforman el control social.

Así, de las discusiones y consensos surgen los temas de interés para la formulación y desarrollo de los proyectos que generan conocimientos con base en la investigación científica y la aplicación de tecnologías. De esta manera, muy distinta al proyecto de ley inconsulto que hoy preocupa a todo el arco productivo, la estación cerrillana del INTA tiende a optimizar los sistemas productivos, reducir los impactos ambientales y mejorar la calidad de vida de la población en su extensa área de influencia.

Lo que se hizo y se hace en el campo del INTA

Allí surgieron la vacuna contra la tristeza bovina y las variedades elite de legumbres.

En el campo experimental de Cerrillos el INTA lleva adelante diversas actividades de investigación, demostración y transferencia en cultivos extensivos, hortícolas, de tabaco, pasturas y forrajes conservados.

Allí también se investigan y evalúan cultivos de cobertura para la recuperación de suelos degradados, especies forestales nativas (de reciente implantación) y se experimentan variedades frutales de primicia.

El campo experimental del INTA Salta, con sus actuales dimensiones, posibilita rotar y alternar cultivos para medir la recuperación en los perfiles del suelo y sus características microbiológicas. Estos estudios facilitan a la producción agrícola la planificación a largo plazo de los usos de la tierra para maximizar los rindes.

La Estación Experimental Agropecuaria con sede en Cerrillos, además, cuenta con instalaciones para la investigación ganadera y el desarrollo de líneas experimentales, como campos de pastoreo de ganado, corrales y tambo caprino, junto a un laboratorio de sanidad animal.

Avances científicos

Pese a todos los golpes bajos que recibió de distintas gestiones nacionales en las últimas décadas, la EEA Salta atesora enormes logros científicos.

La nobleza que tan esquiva se muestra en las actuales dirigencias obliga a recordar que hace años, en el campo experimental de Cerrillos, se desarrolló la vacuna contra la Babesiosis y Anaplasmosis, enfermedades anemizantes de los bovinos. La vacuna contra la llamada “tristeza bovina”, que el Senasa aprobó para su elaboración y comercialización, fue concebida en los laboratorios de Sanidad Animal de la EEA Salta.

En ella, aun con todos los recortes de programas y presupuestos, también se trabaja fuertemente en el mejoramiento genético de legumbres secas que constituyen cultivos de gran importancia a nivel regional.

No por casualidad la EEA Salta es la sede del Proyecto Nacional de Investigación y Mejoramiento de Legumbres del INTA en poroto común y pallar, garbanzo, arveja y lenteja. Este programa, mediante cruzamientos tradicionales, incorpora al germoplasma “elite” (líneas avanzadas y variedades inscriptas) que poseen calidad comercial y adaptación a las diferentes zonas. En ellas sobresalen caracteres deseables como la resistencia a enfermedades y al estrés abiótico (sequía y altas temperaturas) que las muestran como alternativas óptimas para mejorar la respuesta de los cultivos a las limitantes ambientales y aumentar la producción.

Variedades de poroto

A lo largo de años de experimentación e investigación en sus campos experimentales, la EEA Salta obtuvo diferentes variedades de tipos comerciales de legumbres, como el Alubia Cerrillos INTA, Camilo INTA, Nag 12 INTA, Anahí y Escarlata INTA, entre otras.

Recordemos que cerca del 70% de la producción comercial de poroto del país se origina en Salta y que las cosechas se exportan a diferentes mercados internacionales.

Las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán y Catamarca albergan un gran número de poblaciones primitivas y silvestres de poroto, que representan una proporción importante de la variabilidad genética de la especie. Conservarlas es de interés estratégico para el NOA.

La EEA Salta es sede del Banco de Germoplasma del Noroeste Argentino (Banoa), que mantiene una importante colección de poblaciones silvestres y primitivas de poroto colectadas en la región y ha incorporado recientemente una colección de trabajo de garbanzos introducidos. Así como las variedades de poroto, otros cultivos de importancia regional han sido mejorados y desarrollados en los campos experimentales de Cerrillos, y hoy se cultivan comercialmente en NOA.

Represas

Dentro de los campos experimentales de la EEA Salta hay dos represas que cumplen funciones de regulación hídrica y ambientales importantes para la zona.

Las represas son claves en el funcionamiento de los ecosistemas de la región, al ser proveedoras de servicios ecosistémicos para la sociedad. Se destacan tanto por la biodiversidad que albergan, como por su aporte a la productividad primaria, su rol en la conservación de especies y como fuentes de educación e investigación. Asimismo, actúan como reguladores hídricos del impacto del agua de lluvia, ya que captan los excedentes de las precipitaciones y evitan inundaciones.

El agua que escurre desde la ciudad de Cerrillos y zonas aledañas es captada por estas represas y se destina a riego tanto de los cultivos bajo estudio en los campos experimentales como a campos en producción localizados en zonas más bajas.

Importante finalidad académica

Entre sus fines resaltantes, los campos experimentales que tiene el INTA en Cerrillos cumplen una importante función académico-social a través de convenios de cooperación.

La Vinculación Tecnológica del INTA está orientada, desde sus bases fundacionales, a “crear vínculos perdurables con el sector público y privado, otorgando sustentabilidad y previsibilidad al sistema innovativo, procurando y promoviendo el crecimiento tecnológico y económico de las partes”.

La EEA Salta tiene numerosos convenios y programas de cooperación con la Universidad Nacional de Salta (UNSa), la Universidad Católica de Salta (Ucasal) y también con empresas y cooperativas del sector agro-productivo. El objetivo de tales convenios es “la complementación académica, científica y técnica para el desarrollo de actividades de investigación, experimentación, difusión, capacitación y extensión, coordinados por los profesionales de ambas instituciones y llevados adelante en los campos experimentales y laboratorios de la EEA Salta”.

Mediante los convenios institucionales el INTA desarrolla con las universidades del medio acciones coordinadas para alcanzar objetivos comunes, especialmente en la formación de pregrado, grado y postgrado, investigación y extensión. Estas actividades son articuladas con numerosas cátedras de la UNSa y la Ucasal.

Investigadores del INTA, que se desempeñan en la Estación Experimental Agropecuaria de Salta (EEA Salta), dirigen en las dos universidades de Salta tesinas de grado, como así también tesis de maestría y doctorado. En el marco de los convenios de cooperación, estudiantes universitarios utilizan el equipamiento de los laboratorios de la EEA Salta y sus campos experimentales.

Paralelamente, alumnos de grado realizan prácticas profesionales de las distintas carreras que se vinculan con la producción agropecuaria, la sanidad animal, la biología, la fauna silvestre, la flora nativa, los suelos y el medio ambiente.

Entre esas carreras se cuentan ingeniería agronómica, geología, ingeniería en recursos naturales y medio ambiente, veterinaria y las licenciaturas en ciencias biológicas, producción animal y administración agropecuaria. Las actividades prácticas y de campo resultan fundamentales en la formación de los estudiantes y en su proyección al medio productivo de la región. El hecho de que las prácticas se realicen en un ámbito de excelencia como el del INTA debería ser otro motivo de especial consideración antes de proyectar loteos en esos campos experimentales.

Represas e invernaderos

En los campos experimentales de Cerrillos, además de cultivos, hay dos represas, ocho invernaderos, dos galpones y oficinas del área de trabajo de Ecofisiología. Esta última infraestructura no está dentro de las áreas en las que se proyectaron las 2.895 parcelas del plan Mi Lote.

En el catastro contiguo (matrícula 6966) se concentra la mayor parte de la infraestructura. Allí se destacan seis laboratorios (de semillas, de salud animal con nivel 3 de bioseguridad, de agroalimentos, de biotecnología, de suelo y agua y de sanidad vegetal), una docena de invernaderos, cinco represas, un tambo caprino, una media docena de galpones con maquinaria agrícola, una planta procesadora de semillas y granos y un Centro Demostrativo de Agroecología (CDA).

En la matrícula afectada, sin embargo, está el 80% de la superficie con aptitud agrícola y sin esos campos experimentales el INTA se parecería más a una cáscara de nuez vacía que al organismo de tecnología agropecuaria que Salta necesita tanto como los techos que se niegan para miles de familias y que más de una vez fueron usados como prenda clientelar.

Por: Antonio Oieni

Fuente: El Tribuno