En un difícil contexto económico, las facilidades de pago son la puerta de entrada hacia el crecimiento para los productores agropecuarios.
Son tiempos particulares para la Argentina y, sobre todo, para aquellos que apuestan a invertir con el afán de seguir creciendo. Los productores agropecuarios encontraron la manera de avanzar en la financiación, uno de los tópicos que mayor preponderancia adquirieron en el Congreso Aapresid. Al respecto, Metalfor se adelantó a las necesidades del mercado y diseñó un plan de financiamiento en todos sus productos.
José Luis Dassie, director de la compañía, explicó: “Lo ofrecemos para toda nuestra línea, no sólo para la fertilizadora. Hoy le damos entidad a la 7040 porque pensamos que la tecnología que marca el rumbo agropecuario tiene que ver con esta máquina. No podríamos pensar en que un cliente nuestro pueda comprar una maquinaria sin un financiamiento adecuado; las tenemos para apoyar a este sector que es tan dinámico”.
Y agregó: “Generamos un departamento de crédito interno en la empresa. En Metalfor nos convertimos en un oficial de negocios con varios de los bancos con los que tenemos convenios. Organizamos la información y facilitamos la tarea entre el cliente y el banco para lograr una efectiva colocación del crédito en corto plazo”.
Por su parte, Javier Grasso, gerente comercial de Metalfor, hizo hincapié en las posibilidades que se abren a raíz de los acuerdos bancarios. “Con convenios, buscamos bajar las tasas y que el productor pueda acceder al crédito adecuado para contar los equipos, ya sea usada o nueva. El financiamiento de fábrica es para maquinaria autopropulsada, siempre pensando en que el productor pueda acceder”, señaló.
Además, se refirió a la importancia que es satisfacer al cliente. “Queremos darle lo mejor. Por eso apostamos a darle facilidades y a que las máquinas tengan un bajo costo de mantenimiento. Hacemos un fuerte esfuerzo para asistir al productor que no puede acceder a un crédito bancario”, expresó.
Las facilidades apuntan a que el productor pueda renovar su maquinaria. Por eso, José Luis Dassie sumó un pedido: que haya una ley que determine a qué se considera máquina de industria nacional. “Esta diferenciación no es una mera idealización de un concepto, sino que debemos determinar qué máquinas se fabrican y generan un valor agregado dentro del país, contando la mano de obra. Esto dispara otra consulta: cómo utilizamos nuestros recursos como país. Hay límites financieros y, además, podríamos potenciar nuestro programa de financiación para beneficiar a los productores. Tendríamos un mejor provecho si los recursos y las tasas fuesen más favorables para la industria nacional, porque generamos puestos de empleo. Esa es nuestra posición y creemos fundamental tener una ley”, concluyó.