Investigadores del INTA Salta y Yuto buscan obtener una producción más sostenible, rentable y competitiva, reduciendo al mismo tiempo el impacto ambiental.
El nitrógeno es un nutriente esencial para el crecimiento de la caña de azúcar, pero un uso excesivo de este insumo puede tener impactos negativos en el medio ambiente. Por su parte, el agua es un recurso escaso en diversas regiones del NOA, por lo que es crucial eficientizar su uso en la producción de caña de azúcar.
En este sentido, investigadores del INTA Salta y de Yuto trabajan sobre la identificación de estrategias específicas que permitan maximizar la eficiencia en el uso del nitrógeno y el agua en caña de azúcar. Esto se traduciría en una mayor productividad y rentabilidad para los productores, al mismo tiempo que se reduciría el impacto ambiental asociado al uso excesivo de insumos.
De acuerdo con Hugo Fernández, investigador del INTA Salta y Yuto, “estas prácticas no solo contribuirán a una mayor sostenibilidad en la producción de caña de azúcar, sino que también ofrecen una oportunidad para mejorar la calidad de los cultivos y aumentar la competitividad en el mercado”.
“Este trabajo se enfocó en evaluar y estudiar cómo varía la eficiencia en el uso del nitrógeno y el agua en el cultivo de caña de azúcar, en dos zonas de manejo homogéneas caracterizadas por las condiciones edáficas (zona arcillosa y zona arenosa) y según las condiciones ambientales en las que se encuentre el cultivo”, afirmó Fernández. La caña de azúcar se encuentra fuertemente asociada a estos dos recursos, que inciden directamente en el rendimiento.
Las características edáficas presentan una gran variabilidad a nivel de lote, principalmente asociadas a variaciones físicas. “En este estudio determinamos a qué se debe la variación en la eficiencia en el uso del nitrógeno y agua; para ello, trabajamos sobre un lote determinando sus características fisicoquímicas. Además, se hicieron evaluaciones con imágenes satelitales, que sirvieron para establecer patrones y correlacionarlos con las características de este lote. Este tipo de información permite delimitar zonas que se comportan de manera homogénea”, destacó el especialista.
Resultados de la investigación
Los resultados permitieron determinar los cambios del rendimiento para ambas zonas. Con un mismo manejo agronómico, y en promedio de ambas campañas, la zona arcillosa rindió un 18 % más que la zona arenosa. A su vez, aplicando nitrógeno como urea en el rango de 0 a 173 kilos de nitrógeno por hectárea, el rendimiento se incrementó 0,22 toneladas por kilo de nitrógeno aplicado.
“En cuanto a las eficiencias, los valores fueron mayores en la zona arcillosa para ambas campañas, encontrándose una diferencia entre zonas promedio del 9 % para la eficiencia en el uso del nitrógeno y del 19 % para la eficiencia en el uso del agua”, determinó Fernández, y agregó: “Estos avances en la investigación permiten proporcionar información más precisa y que el productor sepa qué cantidades de insumos van a ser óptimas para cada ambiente al momento de planificar su campaña”.
Los resultados obtenidos permiten determinar la eficiencia en el uso y aplicación de los insumos de acuerdo con la zona y las características del lote, evitando así hacer un manejo homogéneo que no respete los requerimientos adecuados a cada lote en particular. Además, el retorno económico seguramente sea menor en casos donde se utilizan los insumos de forma homogénea, sin tener en cuenta la variabilidad que existe dentro de cada lote.
Por otro lado, “es importante tener en cuenta que esta eficiencia puede variar según sean las condiciones ambientales de la campaña o del año. En este estudio, detectamos que en años más lluviosos la diferencia entre zonas de manejo homogéneas tendió a igualarse, y en años más secos, esta diferencia de eficiencia tendió a ser un poco más alta” dijo Fernández.
INTA Informa