Con motivo del Día Del Enólogo, el Grupo Peñaflor repasa el trabajo de algunos de ellos.
En el concepto de terroir tal como lo determinaron los franceses, las personas que trabajan en los viñedos son tan importantes como el clima y el suelo para lograr vinos con carácter. ¿Qué hace un enólogo? Se encarga, entre otras cosas, de analizar las técnicas de cultivo de la viña, el proceso de elaboración y crianza del vino, y su correcto almacenaje. La época de oro de la enología nacional transcurrió en la década de 1970, en donde se llegó a un promedio anual de consumo de 90 litros de vino per cápita, un número alto incluso para el mundo.
En resumen, un enólogo es quien supervisa y controla todo el proceso de elaboración del vino. Se podría decir que son los artistas de los vinos, que permiten que cada botella nos deleite de una forma totalmente distinta.
Sergio Casé, enólogo de Bodegas Trapiche nos cuenta sobre su profesión: `La verdad que es una gran responsabilidad y un gran desafío poder liderar una bodega con tanta historia. Son casi ciento cuarenta años de historia, pero siempre motivados para aportar desde la innovación, para captar nuevos paladares. Claramente hay que mirar una enología del futuro, pero sin dejar de prestar atención a lo que nos han dejado las generaciones previas, es invalorable ese trabajo. Hay que adaptarse todo el tiempo cómo enólogo. Tenemos hermosos Malbec y riquísimos Cabernet Sauvignon y tanto más, que puedan aportar a la diversidad al paladar de muchas personas. Nuestro trabajo implica cambios y todo nos lleva tiempo de maduración. Estamos todo el tiempo pensando en innovar, pero en la enología no se hace nada de un día para otro. Por eso si uno mira bien hay varios estilos que figuran dentro de Trapiche, tenemos cosas más tradicionales, otras innovadoras y algunas disruptivas que nos permite llegar a todos los matices del consumidor de nuestros vinos”.
Cuando Alejandra Riofrío se recibió en la Universidad, se abrió una oportunidad para trabajar en Bodegas Navarro Correas y aún allí está. La bodega la vio crecer y convertirse no solo en mamá de dos pequeños sino también en una gran profesional. Son décadas de labor como enóloga y nos cuenta que le encanta lo que hace, “siempre digo que no me imagino haciendo otra cosa que no sea esto”. En una industria casi gobernada por los hombres, ella conquistó el sueño de muchos, ser representante de una marca reconocida a nivel internacional.
En Cafayate, corazón de los Valles Calchaquíes, rodeada de un bello paisaje natural tallado por el sol, montañas y viñedos, se encuentra El Esteco. Sus paisajes los camina todo el año Alejandro Pepa. “En este trabajo, hay satisfacciones y tristezas. Las satisfacciones están en poder levantar toda la cosecha sin dejar uvas en la planta, con la bodega llena. Y las tristezas las tenés cuando se produce una helada antes de la cosecha, o un granizo que deja las plantas peladas y nos arrasa el 60% o más del trabajo de un año”, nos explica y aclara que siempre el amor por lo que hacen es más fuerte que todo.
Rodolfo ‘Opi ‘ Sadler lidera la bodega de alta gama Mascota Vineyards. Es uno de los enólogos más premiados de la Argentina. Con 30 años de trayectoria, lleva las riendas de este proyecto orientado al mercado internacional – tiene presencia en más de 35 países – y que actualmente se consigue en exclusivos canales de Argentina. En el 2018 la bodega recibió un premio al mejor Cabernet Sauvignon del mundo. “El reconocimiento en un concurso implica una sensación maravillosa. De todos modos, lo mejor que me puede pasar es que el vino que hago le guste a la gente y se pueda vender por la calidad de sus características organolépticas. Mi objetivo final es que mi producto tenga éxito en el mercado”, cuenta este enólogo que es ilustre desde la cuna. Su abuelo fue un viticultor que cosechaba viñas escalonadas en terrazas, en el norte de Italia cuando todavía pertenecía a Austria.
Germán Buk nació en Mendoza en 1981, egresó del Liceo Agrícola y Enológico y se graduó en la Universidad Don Bosco donde obtuvo su título de Licenciado en Enología en el año 2006, recibiendo la medalla de Oro. Desde 2001 realizó varias experiencias laborales en distintas bodegas, tanto en Argentina como en el exterior. Hoy es el enólogo de Finca Las Moras y dice sobre su trabajo: “En mi labor, la honestidad es acercar al consumidor un vino que cumpla con sus expectativas con altos niveles de calidad. Para mí, el foco debemos ponerlo en la satisfacción del cliente y es eso lo que hacemos a partir de nuestra mejor interpretación de cada región”, relata.
Ezequiel Ortego es un joven enólogo mendocino que se estaba especializando en la elaboración de Malbec para la bodega Trapiche, hasta que en 2013 sus jefes le pidieron que viaje por tres semanas a la costa bonaerense, para trabajar en el armado de un nuevo proyecto cerca de Mar del Plata, en Chapadmalal, llamado Costa & Pampa. Ahí se quedó, enfrentando el desafío de producir “vinos del mar”. “Hoy en día el 70% de mi tiempo está abocado al control de la finca y el 30% a la elaboración del vino. Es un desafío constante estar encima y ver que la planta se desarrolle bien e implantando malezas para que absorban el exceso de agua”, remarcó sobre el desarrollo de su profesión.