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Estado de situación del sorgo argentino 2021/22

Para la campaña de sorgo 2021/22 se espera una merma productiva cercana a las 500.000 t respecto al ciclo previo. La exportación representará el principal destino.

La campaña 2020/21 del sorgo quedó atrás y nos dejó un año de gran desempeño productivo alcanzando las 3,3 millones de toneladas (Mt), de las cuales se exportó el 66,7 %, es decir, unas 2,2 Mt. Con el fuerte empuje de la demanda externa y un considerable incremento en la superficie destinada a la gramínea se alcanzaron estos registros, donde en buena parte de los casos el pulgón fue la mayor complicación del ciclo pasado. No obstante, el sorgo se muestra como un cultivo cuya siembra está bien distribuida entre las provincias de la región centro, acumulando el 73 % de la superficie total entre Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. El resto de las provincias que completan el área total se sitúan por debajo del 10 %, destacándose la participación de Chaco, que supone el 7 % del territorio nacional destinado a la gramínea.

La vara quedó elevada para el ciclo 2021/22, puesto que se dio una merma en la superficie implantada por las casi 50.000 hectáreas respecto al ciclo previo. Además, al presentarse una fuerte sequía durante parte del verano se deriva en estimaciones de menor producción por caídas de rindes y de superficie. No obstante, debe aclararse que las condiciones naturales de este cultivo, que le dan una mayor resistencia ante la sequía en comparación con otros cultivos de verano, amortiguaron los descensos en los rendimientos y, si suponemos un nivel de recolección (área cosechada/sembrada) similar al promedio de las últimas 5 campañas obtenemos que, en promedio, la caída de los rindes se acercaría al 7,3 % respecto a la cosecha 2020/21, pasándose de 44,3 qq/ha a 41,1 qq/ha.

De esta manera, las estimaciones preliminares de producción arrojan un total de 2,8 Mt de grano producido en el corriente ciclo. De esta cantidad de granos, el 53,6 % del total será destinado a la exportación, mientras que el 46,4 % restante se destinará al consumo interno. Estos guarismos señalan un incremento del consumo interno, lo cual se genera principalmente por la mayor utilización dentro de la producción ganadera, es decir, del consumo animal. Asimismo, la merma productiva de casi 500.000 toneladas entre años y el aumento de los stocks finales en 150.000 toneladas.

En comparación con la campaña pasada las exportaciones disminuyen su participación sobre la producción, aunque de momento se lleva un buen nivel de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) teniendo en cuenta las toneladas que se estima que se remitirán al exterior. En este sentido, si bien tenemos que hasta el 23 de junio se han declarado poco más de 1 Mt de mercadería, implicando un descenso del orden de las 500.000 toneladas, se presenta una comercialización con el exterior equivalente al 69 % de las exportaciones estimadas para el período 2021/22, cuando el año pasado teníamos DJVE equivalentes al 71,3 % de las exportaciones totales de la cosecha 2020/21.

Conclusiones

Las mejoras de las cotizaciones locales e internacionales le han brindado una mayor competitividad a la gramínea y ha servido de soporte para la producción local. Asimismo, las exportaciones locales se han potenciado con el ingreso de China dentro de los mercados abastecidos por Argentina, aunque sea una historia relativamente reciente. Con un consumo interno constante, la exportación se erige como la principal dinamizadora del sorgo argentino.

A pesar de la ampliación de la superficie sembrada, la caída de rindes en un complejo contexto climático nos dejaría con una producción similar entre esta campaña y la anterior. En adición, las mejoras en términos productivos con la introducción de óptimos híbridos provistos principalmente por tres empresas del sector y la detección temprana de plagas, enfermedades y malezas del sorgo también brindan factores positivos que solidifican los cimientos del entramado productivo de la gramínea, dando lugar a un amplio espectro de crecimiento para las campañas venideras.

El 15 % que se exporta en el mundo sale del Gran Rosario

El Up River es el segundo nodo portuario exportador de sorgo del mundo.

Considerando a nuestro país como exportador de cerca del 20 % del sorgo del mundo, cabe destacar el peso que tiene el Up River en la logística sorguera argentina. Más de 1,72 Mt de sorgo fueron exportadas por los puertos del Gran Rosario en la campaña pasada. Con un comercio mundial de 11,55 Mt en ese año comercial, el Up River es entonces responsable del 15 % de las exportaciones mundiales de sorgo.

No conforme con ello, el Up River acumuló más exportaciones de sorgo que todos los puertos de Australia juntos. Esto es relevante en vista de que el país oceánico es el tercer exportador mundial de sorgo, por detrás de EE. UU. y Argentina. En este sentido, los puertos australianos embarcaron 1,68 Mt conjuntamente en la campaña anterior.

El nodo portuario del Gran Rosario emerge entonces como el segundo nodo que más embarca sorgo en el mundo, sólo por detrás de Houston-Galveston, en los EE. UU. En este importante nodo de Texas embarcó 5,4 Mt en la campaña anterior, cerca del 47 % de las exportaciones globales de sorgo.

El grueso de los ingresos de camiones del Up River se concentra entre los meses de abril y septiembre de cada año. Luego de la robusta cosecha pasada, la campaña actual 2021/22, iniciada en marzo de este año, viene con novedades positivas. Los meses de mayo y junio se mostraron con robustos ingresos de camiones al Gran Rosario. De hecho, el mes pasado fue el mes de mayor ingreso de camiones al Up River desde junio del 2013.

El año pasado se transportaron apenas 16.279 toneladas de sorgo por tren, mayoritariamente por la línea Belgrano, al mismo tiempo que no se registra transporte de sorgo por barcaza. Consecuentemente, el camión se lleva prácticamente la totalidad de la logística del sorgo argentino.

Quién es quién en el mercado mundial del sorgo

El 97 % del comercio mundial del sorgo se explica entre EE. UU., Argentina y Australia. China es el primer exportador mundial.

Hablar de comercio mundial de sorgo es hablar principalmente de EE. UU. y China. Para la campaña 2022/23, el primero espera concentrar el 65 % de las exportaciones y el segundo el 88 % de las importaciones a nivel mundial, de acuerdo con proyecciones del Departamento de Agricultura de los EE. UU. (USDA). El robusto crecimiento del stock ganadero chino hace que esta dinámica sea reciente, ya que en 2013 EE. UU. no exportaba sorgo a China.

Camino a la nueva campaña, nuestro país aspira a ubicarse como segundo exportador global de sorgo, ocupando el 22 % de las exportaciones a nivel mundial, con proyecciones de comercio exterior de 2,5 Mt, según estimaciones del USDA. Este dato difiere levemente de las 2,3 Mt de estimación propia de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), pero aun tomando la estimación BCR nuestro país se mantendría en el segundo lugar de exportadores globales.

La geopolítica no es ajena a los mercados de commodities, afectando el comercio mundial en general y el mercado de sorgo en particular. En este sentido, el pacto estratégico AUKUS -Australia (A), Reino Unido (UK) y EE. UU. (US)- fue firmado en septiembre del 2021 con el fin de “defender los intereses compartidos en el Indo-Pacífico” de estas potencias. Entre otras cuestiones, permitirá a Australia construir submarinos de propulsión nuclear por primera vez en su historia. Sólo en 1958 EE. UU. compartió información con otro país para hacer esto, en ese entonces con Reino Unido.

Este acuerdo se lee en términos geopolíticos como una respuesta a los intereses geoestratégicos de China en el Océano Pacífico. En un marco de múltiples medidas frente a este compromiso de cooperación, China ha impuesto aranceles superiores al 80 % sobre la cebada, que persisten hoy en día. Parecía inminente la imposición de aranceles prohibitivos sobre el sorgo australiano para el mercado chino, pero finalmente los mismos no se impusieron.

Sin embargo, todo indica que las medidas que China tomó con la cebada no pudo tomarlas con el sorgo ante la imposibilidad de conseguir orígenes alternativos. El 97 % del comercio mundial del sorgo se explica entre EE. UU., Argentina y Australia. El resto de los productores de peso a nivel mundial, como Nigeria, Sudán, México, Etiopía, India, etc., destinan todo su sorgo al mercado doméstico y de hecho tienen leves necesidades de importación anual, sin posibilidad de exportar en el corto plazo en vista de la importancia de la ganadería en estos países.

En un marco geopolítico, cabe destacar que el sorgo que compra China desde EE. UU. es más caro que el adquirido en Australia y Argentina, otra de las razones por las que no se ha desacoplado la importación de sorgo australiano hacia China, ya que implicaría reemplazar a un miembro del AUKUS por otro, en este caso EE. UU. por Australia. El sorgo estadounidense concentra su siembra entre los estados de Texas y Kansas.

Es evidente que a nivel global los principales exportadores del sorgo no han cambiado. Asimismo, y al menos en el corto plazo, un cambio en los principales jugadores en el comercio mundial de sorgo tampoco parece muy probable.

En lo atinente a las importaciones, Japón sigue siendo un país importador de sorgo, aunque en un grado mucho menor que en el pasado. El país asiático no produce sorgo, aunque en los últimos años su consumo doméstico del grano ha caído sustancialmente. México sí ha logrado incrementar su producción y limitar sus necesidades de importación. Por su parte, la Unión Europea equilibra su producción con sus necesidades de consumo, lo que le permite reducir su necesidad de importaciones. En muchos casos la merma en la demanda de estos países se explica en el reemplazo del sorgo con maíz.

Esto nos deja con China como el principal demandante de sorgo a nivel mundial. La multiplicidad de jugadores en el mercado del maíz ha sido fundamentalmente lo que ha dejado al gigante asiático como el mayor consumidor global de sorgo. Este cultivo no tiene variedades genéticamente modificadas que podrían ser sujeto de aranceles o restricciones a la importación, como sí los tiene el maíz (Hansen, 2018). Además de la demanda forrajera, el sorgo en China es utilizado para la producción de Baijiu, una bebida espirituosa. Antes del boom importador chino, en el gigante asiático el sorgo se utilizaba mayoritariamente para la producción de esta bebida, entre otros usos industriales, pero no para alimentación animal.

Desde los picos de consumo a principios de la década del ochenta, el mercado mundial de sorgo arrastraba una tendencia declinante que sólo cambió con el auge de la demanda del gigante asiático en los últimos años. China comienza su explosión de demanda externa de sorgo en 2012, cuando los precios internos del maíz subieron y se buscó sustituir ese consumo forrajero. No conforme con ello, el gigante asiático dispone de precios sostén para el maíz, lo que encarece los costos hacia adelante en la cadena productiva, por eso el reemplazo en muchos casos con sorgo para uso forrajero. En vista de los elevados y estratégicos niveles de stocks de maíz que dispone China, cualquier potencial liberación de estos llevaría a la demanda de sorgo sustancialmente hacia abajo.

No obstante, las tensiones comerciales entre China y EE. UU. en 2018 llevaron a que el 17 de abril de ese año el gigante asiático establezca un arancel del 178,6 % y abra una investigación antidumping. Luego de un mes de un mercado completamente trastocado, el 18 de mayo China anunció que suspendía la investigación y dejaba sin efecto el arancel. Un nuevo y breve capítulo del peso en la geopolítica en las relaciones comerciales agrícolas, que no dejan afuera de sus efectos al mercado del sorgo. A pesar de ello, no se llegó a reflejar en el volumen de las importaciones de la gramínea, teniendo en cuenta que EE. UU. continuó siendo el mayor proveedor de China, aunque en los últimos años Argentina ha logrado sentarse en la mesa chica de los abastecedores del mercado del gigante asiático.

No caben dudas que los aspectos geopolíticos seguirán influyendo los mercados de commodities a nivel mundial, y el sorgo espera tener un rol protagonista. Nuestro país puede mirar atentamente el desenvolvimiento de estas dinámicas bilaterales y multilaterales para aprovechar potenciales oportunidades y apuntalar su rol como proveedor de alimentos a nivel mundial.

Precios en niveles previos a la guerra

El conflicto bélico había elevado los precios internacionales a más de un 77 % por encima de los valores previos a la pandemia.

Los valores del sorgo provenientes del principal exportador del mundo, EE. UU., marcan en buena medida el compás al que se mueven las cotizaciones en el resto del globo. De esta forma, en los últimos años se ha registrado un incremento considerable en los valores de exportación de la gramínea, que se encontró muy relacionada con las subas que se dieron en los valores de los demás commodities agrícolas.

En agosto de 2020 el precio FOB del sorgo en el Golfo de México rompió la barrera de los US$ 200/t, un valor que no mostraba en cinco años. El contexto de pandemia y tasas bajas a nivel global llevaba los commodities a un nuevo ciclo alcista de precios, con el sorgo subiendo un 107 % desde los inicios del 2020 hasta sus nuevos máximos a finales de abril de este año. Específicamente el 29 de abril del 2022, se registró la máxima cotización en al menos 10 años, luego de que se alcanzaran los US$ 355,6/t, mientras que se ha presentado una retracción en los valores del sorgo a partir de allí, ubicándose el 23 de junio en US$ 304,1/t.

A pesar de los últimos descensos en los precios internacionales, nos encontramos en valores históricamente elevados para este cultivo, lo cual da magnitud de la firmeza de la demanda de abastecimiento del gigante asiático. Los precios llegaron a superar en más de un 77 % por encima de los valores previos a la pandemia. Desde entonces, han bajado y ya se encuentran por debajo de los valores previos a la guerra ruso-ucraniana. Este recorte ubica los precios hoy cerca de un 43 % por encima de los valores previos a la pandemia.

En lo que hace a la potencial trayectoria de los precios, aún se mantienen niveles de incertidumbre sobre cómo se desenvolverá el comercio internacional sorguero, teniendo en cuenta no sólo las negociaciones bilaterales o por regiones en lo que hace al comercio del sorgo, sino también ante la ralentización del crecimiento del PBI global, que llevaría a potenciales mermas en la demanda.

Los precios locales

Los valores pagados internamente por la gramínea presentaron una elevación en los últimos años. Esto fue consecuencia principalmente de las presiones de demanda que acontecieron desde mediados del 2020 en los mercados de commodities agrícolas. En este sentido, al igual que sucedió con la soja, el maíz y el trigo, el sorgo experimentó incrementos en los precios pagados localmente. El 19 de marzo del 2020, en un marco de creciente incertidumbre por la pandemia, los precios se ubicaban en torno a los US$ 125/t. A abril del 2021, la tonelada local de sorgo se valorizaba en casi US$ 230.

Luego de una nueva baja de precios, las cotizaciones volvieron a tomar impulso sobre finales del año pasado y actualmente la tonelada de sorgo se ubica nuevamente en los mismos valores de abril del 2021, luego de haber tocado un máximo histórico de casi US$ 280/t a principios de mayo de este año. Asimismo, debe destacarse que, por su utilización como alimento en la actividad ganadera posee una estrecha relación con las cotizaciones del maíz.

En este sentido, debido al ingreso del segmento exportador dentro de la demanda local, se registran variaciones en sus desempeños relativos. De hecho, se debe tener en cuenta que Argentina comenzó a exportar con mayor intensidad a China (principal demandante internacional de sorgo) desde 2019 y ello generó un acercamiento en los valores de estos dos granos.

En otras palabras, el diferencial que se tenía entre los precios del maíz y del sorgo, que generalmente beneficiaba al primero de estos granos, se ha achicado e incluso ha cambiado de signo, implicando que el sorgo llegase a cotizar por encima de los granos amarillos, dependiendo de las necesidades de abastecimiento en momentos determinados. Esto da más fuerza al sorgo argentino de la mano de su creciente demanda internacional y explica parte del crecimiento de área sembrada de los últimos años.

Fuente: Especial Sorgo elaborado por Guido D’Angelo, Alberto Lugones, Julio Calzada, Federico Di Yenno, Emilce Terre, Tomás Rodríguez Zurro, Pablo Ybañez. Bolsa de Comercio de Rosario.