Desde el INTA Salta, el médico veterinario Roberto Daniel Neumann presenta las ventajas de estacionar el servicio en los rodeos bovinos de cría y las particularidades que deben tenerse en cuenta en el NOA.
Antes de adentrarnos en el tema en particular, es conveniente realizar un repaso sobre la fisiología reproductiva de la hembra bovina.
La hembra bovina, una vez que llega a la madurez sexual o pubertad, empieza con sus ciclos reproductivos y esta actividad cíclica puede producirse durante todo el año, por lo que la hembra bovina es considerada poliéstrica anual o continua. Esta ciclicidad solo se interrumpe durante la gestación, el puerperio y, eventualmente, antes situaciones de limitación en la ingesta de alimentos (falta de forraje).
El ciclo de la hembra bovina, denominado ciclo estral, dura en promedio 21 días (de 17 a 25 días). El estro o celo, que es el momento del ciclo durante el cual la hembra acepta la monta (período de receptividad sexual), dura en promedio 15 horas (rango de 3 a 30 horas); la duración y la intensidad del celo está en función de la raza, la edad, factores ambientales e individuales. La gestación dura en promedio 282 días, variando con la raza, edad, sexo de la cría y factores individuales.
Factores ambientales como clima y alimentación, juegan un rol importante en la duración de esta. Con respecto al momento en que las hembras alcanzan su pubertad, va a depender de la edad, el peso y la raza. Normalmente, en hembras correctamente alimentadas, ocurre entre los 10 y 15 meses de edad, y con un 50 % del peso adulto.
Las razas británicas son más precoces que las continentales, índicas o sus cruzas. De todas maneras, lo ideal es que las hembras reciban su primer servicio, teniendo las 2/3 partes del peso de una vaca adulta (de su misma conformación). Esto es fundamental para no tener problemas de distocia en el parto, y comprometer el crecimiento futuro de esa hembra, que todavía no llegó a su peso definitivo de adulta.
Con muy buen manejo y el biotipo adecuado, el primer servicio puede ser a los 15 meses; en general, se da a los 24 meses y en situaciones de mal manejo, puede ser tan tardío como 36 meses o más. Esto va a impactar en la eficiencia productiva de los vientres, ya que al final de su vida útil tendrán una o dos preñeces más o menos.
Si tenemos en un mismo potrero machos enteros y hembras maduras sexualmente ciclando, obviamente la monta se produce y, eventualmente, las hembras se preñarán, y en un plazo de 280-285 días se produce la parición. Pero aquí está la cuestión. Las vacas al ser poliéstricas continuas pueden, en principio, preñarse en cualquier mes del año y parir en cualquier mes del año; entonces, cuando los toros y vacas conviven en un mismo potrero o a campo abierto todo el año, se dice que el servicio es continuo.
Naturalmente en nuestra zona, por la estación seca marcada que estamos sobrellevando, que en condiciones extensivas y sin suplementación supone una marcada restricción alimentaria por falta o baja calidad forrajera, el servicio tiende a estacionarse en 6 meses aproximadamente, ciclando las hembras coincidentemente con la época de lluvias, el rebrote de pasturas y la producción de hojas y frutos de árboles y arbustos. Inclusive, estos servicios de hasta 6 meses se consideran continuos.
Si no hay un control o manejo de la época de servicio, tenemos los siguientes inconvenientes:
– Mayor desgaste de toros.
– Mayor cantidad de toros.
– Se dificulta llevar registros.
– Preñeces por robo.
– Gran diferencia entre cola y cabeza de parición (como mínimo hay 6 meses de diferencia entre los terneros más grandes y los más chicos de una misma temporada reproductiva), lo que es un problema para el manejo y para la comercialización.
– Se dificulta hacer un destete homogéneo y planificado.
– Es muy complicado aplicar un plan sanitario.
En todo sistema productivo, la eficiencia en la utilización de los recursos es clave, y hay un recurso que muchas veces subvaloramos que es el tiempo dedicado a una tarea.
Estacionamiento del servicio
En la producción pecuaria o animal, un pilar fundamental en los sistemas es el “manejo”, y el manejo depende del hombre. Y aquí es donde aparece la aplicación de una tecnología de manejo, el estacionamiento del servicio. Para considerar que un servicio es estacionado, y que tenga un impacto positivo en el sistema productivo, la duración de este no debería ser mayor a los cuatro meses. Lo ideal es tres meses y, en condiciones muy particulares de algunos campos, se puede acortar hasta los dos meses.
Ventajas de estacionar el servicio en un rodeo bovino:
– Mejora la eficiencia de los toros.
– Menos toros de mayor calidad.
– Coincidir el momento de mayor requerimiento de la vaca, con la mayor oferta forrajera.
– Aplicar un plan sanitario en forma racional.
– Posibilita una mejor atención durante la parición.
– Facilita la suplementación al pie de la madre y los destetes anticipados, precoces o temporarios.
– Lograr destetes más uniformes.
Mejores ventas.
– Seleccionar por fertilidad a las hembras.
– Poder llevar registros reproductivos.
¿En qué momento conviene estacionar el servicio?
Esto va a depender de la zona del país donde nos encontremos. Y recordemos que una de las ventajas es poder hacer coincidir el momento de mayor requerimiento nutricional de una hembra bovina, con la mayor oferta forrajera.
El momento de mayor requerimiento de una hembra es la vaca recién parida, que tiene que amamantar un ternero y, a su vez, en unos meses nuevamente quedar preñada.
Para el NOA, donde tenemos un clima subtropical con estación seca marcada que va en promedio desde abril a octubre, el inicio de la temporada de lluvias se da en octubre-noviembre, extendiéndose hasta abril, con mayores precipitaciones de enero a febrero, el momento para estacionar el servicio, estaría entre los meses de enero a marzo.
En algunas situaciones de manejo, como es el caso de vaquillonas, éstas pueden servirse en noviembre (en muchos casos en esta categoría se implementa IA -inseminación artificial-) de manera tal de que cuando desteten a sus terneros y entren a su próxima temporada reproductiva, tengan 45 a 60 días más de reposo. Este manejo impacta positivamente en la condición corporal de estas nuevas madres y posibilita que sigan creciendo. Esta categoría suele resentirse en su segundo servicio y presentan menores tasas de preñez que las vacas de mayor edad.
En el norte de la región del NOA, debido a las elevadas temperaturas al inicio de la temporada estival, el servicio puede retrasarse e ir desde febrero a abril.
Algo para recalcar es que el toro, que aporta un 50 % de la carga genética de las futuras concepciones, en ese tiempo acotado de tres meses para preñar a las hembras, debe estar en óptimas condiciones sanitarias, nutricionales y físicas.
El toro es un “atleta sexual”, y como tal debe ser cuidado y tratado.
Por: M. V. Roberto Daniel Neumann, E.E.A. INTA Salta