Yara realizó ensayos de fertilización con bioestimulantes en caña de azúcar que demuestran que su aplicación cumple un papel “recuperador” luego de eventos estresantes como sequías y aplicación de herbicidas.
Yara, en conjunto con la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), llevaron a cabo investigaciones, durante tres años consecutivos, sobre la aplicación de bioestimulantes en cultivos de caña con estrés hídrico, logrando aumentar el rendimiento frente a testigos sin bioestimular.
Para relevar la importancia del cultivo y según datos del INTA, en nuestro país casi la totalidad de la superficie sembrada se encuentra en las provincias de Tucumán, Jujuy y Salta y es de alrededor de 371.829 hectáreas.
La ingeniera agrónoma Ana Mejail, técnica para la región NOA en Yara Argentina, explica: “Los ensayos realizados con la Eeaoc demostraron que la aplicación del bioestimulante generó, en promedio, un aumento de 17% de la productividad del cañaveral, lo que se traduce en 17 bolsas de azúcar por hectárea. Esto último es remarcable, considerando que el costo de la aplicación ronda una bolsa de azúcar, tomando en cuenta servicio más producto. En cuanto al mejor momento para aplicar el biofertilizante, es a mediados de enero, momento en que la caña se encuentra en activo crecimiento y fue la que mejores resultados logró. Debe destacarse que la aplicación debe realizarse cuando la planta se encuentra receptiva a la aplicación de un producto foliar, es decir, con las hojas expandidas y los estomas abiertos” .
Es importante subrayar que la dosis recomendada para aplicaciones primaverales es de un litro por hectárea y en verano esta aumenta a dos litros por hectárea. El motivo de ello es la intercepción por parte del área foliar del cultivo, en primavera el cañaveral cuenta con menor superficie de captación del producto y, a medida que el cultivo crece, esta misma aumenta.
Con el objetivo de conocer el efecto recuperador en cañaverales que sufren una detención de crecimiento luego de una aplicación con herbicidas, comúnmente utilizados sobre este cultivo, se realizaron ensayos en colaboración con la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), liderados por la ingeniera agrónoma doctora Carina Cabrera, docente de esta casa de estudios. “Como resultados de estos ensayos se observaron aumentos en el rendimiento de hasta 28 toneladas de caña por hectárea, logrando el efecto de desintoxicación esperado ante la fitotoxicidad producida por el control de malezas”, comenta la ingeniera Mejail.
El bioestimulante que se utilizó es una formulación líquida para aplicaciones foliares basada en una mezcla de nutrientes (Nitrógeno, Potasio, Boro y Zinc) y componentes bioactivos extraídos del alga Ascophyllum nodosum . Esta composición busca potenciar el desarrollo del cultivo y mejorar las condiciones fisiológicas de la planta ante situaciones de estrés.
“Desde Yara estamos muy orgullosos de poder trabajar con instituciones de primer nivel como con la UNT y con la Eeaoc, con la que hemos logrado mantener una relación que acumula 9 años de trabajo conjunto”, afirma Mejail y agrega, “buscamos mejorar permanentemente la eficiencia del uso de los recursos y lograr que el productor pueda llegar a sus objetivos, e incluso superarlos, aún en tiempos de condiciones estresantes”.