En una entrevista publicada en El Tribuno Campo, Juan Luis Uccelli, titular de la consultora JLU, habló sobre la actualidad y futuro de la cadena de valor de la carne porcina.
JLU Consultora publicó un informe en el cual realizó la comparación del precio de la carne de cerdo, con otras carnes y el Salario Básico. Juan Luis Uccelli, titular de la consultora y expresidente de la Asociación Argentina de Productores Porcinos, dio detalles sobre el informe y habló sobre la actualidad y futuro de la cadena de valor de la carne de cerdo.
“Hicimos un estudio comparando qué pasó con el salario básico de 2012 hasta junio de 2022 y vemos, lamentablemente, una caída en dólares. Bajó a la mitad el salario básico en Argentina en la última década y eso implica menor poder adquisitivo para la gente.
Después, comparamos el precio del asado, del pollo y la carne de cerdo, relacionado con el salario y nos encontramos que el salario cayó un 44,8 % en estos 10 años y medio, que el asado subió un 2,6 %, el pollo cayó un 15 % y la carne de cerdo cayó un 41 %.
La carne de cerdo fue la que más siguió al salario”.
¿El haber copiado la curva del salario hizo subir el consumo?
Eso sucedió. Cerramos el 2021 con un consumo de 21 kg por habitante por año (kg/hab/año). Cuando hacemos la adecuación al nuevo dato de habitantes que tenemos en Argentina después del censo nos da 20 kg/hab/año y hace 10 años estábamos en 8 kg/hab/año; entonces, el crecimiento se vio.
Lo que hizo el productor fue ser más eficiente, bajar los costos de producción y tener un precio más competitivo al momento de venta. También participó, en parte, la cadena -especialmente el carnicero- que se dio cuenta que no tenía que subir la carne de cerdo como subía la carne vacuna. Por eso, hace 10 años la diferencia entre el pechito y el asado, que es el mismo corte, prácticamente no existía y hoy el pechito está en un 35 % más barato que el asado.
El cerdo se está transformando -junto con el pollo, que siempre fue una carne barata- en una carne accesible para los magros bolsillos. Pero lo ideal sería que los trabajadores, el salario básico, mejoraran su poder adquisitivo.
¿Actualmente está un poco debilitada la campaña de consumo de cerdo?
La campaña del cerdo es prácticamente nula, salvo algunas cosas que estamos haciendo a voluntad algunos, pero no es la campaña estructural que fue entre el 2005 al 2017. Es un error, porque habría que seguir con esa campaña.
Igual, las campañas no tienen directa relación con el aumento de consumo, porque si no, con la campaña que está haciendo la carne vacuna, deberíamos estar comiendo 80 kg y comemos 45 kg.
El consumo está más relacionado con el precio y eso es lo que el cerdo logró. Hoy está 1,2 o hasta 3 veces en la mesa de los argentinos cada semana.
¿Qué proyección ve a futuro?
Por las mismas razones por la cual llegó hasta acá, la carne de cerdo tiene posibilidades de seguir creciendo, y hay dos que son claves: un mercado que va a dejar libre la carne vacuna, que fue lo que pasó en los últimos años; y una mejora del precio de venta al público de la carne de cerdo. Entonces, en los próximos 10 años, vemos que tranquilamente vamos a llegar a los 30 kg/hab/año.
¿Eso sería en detrimento de la carne vacuna y aviar o con un crecimiento de las tres carnes en conjunto?
Lo ideal sería un crecimiento de las tres carnes, más allá que la carne aviar ya está en el límite, ya que está alrededor de los 45 kg/hab/año y es muy difícil superar los 50 kg/hab/año para la carne aviar.
Para la carne vacuna, lamentablemente, las proyecciones son del consumo interno en baja, por el precio, y ojalá que no baje la producción. No veo un aumento de producción que permita mantener un mercado exterior e interno y aumentarlo.
Mientras tanto, la carne de cerdo tiene mucho por crecer y va a ocupar todos los espacios que deje libre la carne vacuna, especialmente.
La proyección de un consumo de 30 kg/hab/año de carne de cerdo, ¿qué demanda en cuanto a producción?
Hoy en Argentina tenemos 378 mil cerdas y la proyección de crecimiento implica, más o menos, entre 170 y 200 mil cerdas, pero no solo para abastecer estos 30 kg/hab/año, sino para aumentar la exportación, que en 2020 llegamos a 40.000 toneladas y que este año vamos a llegar a 1.500 – 2.000 toneladas, cayó muchísimo. Entonces, tenemos que llegar a exportar 120.000 – 150.000 toneladas.
¿La caída de este año a qué se debe?
Fundamentalmente al tipo de cambio y al haber tenido solo un mercado abierto que era China, que bajó las condiciones de compra. Hoy ya tenemos otros mercados abiertos y el tipo de cambio empieza a acomodarse un poco y volver a la competitividad argentina
Hay muchas quejas por el ingreso de carne de cerdo de otros países, como Brasil y Dinamarca, ¿Qué pasa con las importaciones?
Somos un país abierto, especialmente con el Mercosur, no podemos poner ningún tipo de trabas y nos parece lógico eso. Al problema que tuvimos nosotros con China, Brasil lo tuvo también multiplicado por cien; entonces, tiene un excedente de mercadería y vendió por debajo del costo de producción en su mercado y en el de exportación de todo Latinoamérica, inundó de carne regalada a Latinoamérica. Eso le permitió a algunos importadores argentinos hacer unas tremendas diferencias financieras y económicas, y molestar al productor de cerdo argentino porque no tenía dónde colocar sus cerdos, porque había sobreoferta de mercadería.
¿Esos importadores son parte de la cadena de producción de cerdo o están afuera de ella?
Hay algunos, los menos, que son industriales (frigoríficos) y el resto son gente con celular, una oficina -si la tienen- y el alquiler de una cámara de frío.
¿El productor brasilero está vendiendo a quebranto o tiene algún tipo de subsidio por parte del gobierno de su país?
Hay algún tipo de ayuda, pero no llega a cubrir la tremenda pérdida de entre 30 y 40 dólares por cada animal que vende, es una cifra muy grande. Mundialmente los precios empezaron a subir y Brasil se va a subir a eso; China empieza a comprar de nuevo con mejores precios y Brasil le va a vender a China; entonces, el problema de la importación acá va a disminuir, sumado a la adecuación al tipo de cambio en Argentina.
¿Esta situación no resintió la capacidad productiva de Brasil?
En Brasil son 5 o 6 empresas, muy, grandes, y tiene integrados -parecidos al sistema avícola en Argentina- que son los que sufren, pero tienen eso y no pueden hacer otra cosa, son una especie de empleados/no empleados. Las empresas están perdiendo plata, pero tienen mucha espalda; entonces, pueden estar un año con situaciones como las que estamos pasando.
¿Qué pasa con la carne de Dinamarca?
De Dinamarca no entra tanto, es el 2 % de las importaciones, pero entra principalmente a la Patagonia, por un tema de aftosa. Esta oferta genera liquidaciones esporádicas, en una cadena de supermercados muy conocida de la Patagonia, ya que de Dinamarca se compra lo que esté de oferta.
Es simbólico, pero no significativo…
Exactamente.
¿Cuál es la estrategia productiva para llegar en la próxima década a 30 kg/hab/año?
Hay un camino. Mucha gente de la agricultura que ya llegó a su techo productivo -con niveles de producción de soja, maíz, extraordinarios- y que no pueden aumentar la facturación. Entonces, pone en 4 o 5 hectáreas cerdos y empieza a darle valor agregado a ese maíz y soja.
Esto será muy significativo en el NOA y NEA, porque hay maíz y soja demasiado barato, que podría tener mejor precio si se transforma en cerdo y, encima, abastecer al mercado local -porque, por ejemplo, hoy Salta es importador de carnes de otras provincias- y poder, a través del paso de por la Cordillera, llegar al sureste asiático, que son los países que van a seguir comprando en cantidad carne de cerdo.
¿Ve desde el Gobierno Nacional alguna política hacia la producción porcina?
Este y los anteriores gobiernos no tuvieron una política hacia el sector porcino. Es más, no hubo una política hacia el campo, hacia la producción agroindustrial, así que es medio egoísta pedir una política para el sector porcino.
Lo que sí hay son ciertas medidas que se pueden tomar, y que son coyunturales, que uno está esperando del gobierno. Obviamente, pedir hoy líneas de créditos, con la tasa de interés que hay, nadie la va a tomar.
Tenemos que arreglar la situación del país y ahí podría entrar el tema de China, que no es que los chinos van a invertir acá -a instalar granjas- sino que van a financiar proyectos argentinos, pagaderos en carne de cerdo, para exportar a China. Eso podríamos sumarlo, pero en el momento en que Argentina se normalice, ahora estamos en plena tormenta y nadie quiere venir a hacer nada.
Por: Belisario Saravia Olmos, editor de El Tribuno Campo