El INTA Salta investiga sobre los microorganismos de la microbiota, proponiendo una alternativa al abuso de antibióticos en la producción animal.
Si consideramos el concepto “Una Salud” desde la definición propuesta por la Organización Internacional de Epizootias (OIE), donde se evidencia que la salud animal, vegetal y del ambiente deben comprenderse y abordarse en su conjunto, entenderemos que solo así es posible emprender un camino más eficiente hacia salud humana, con las grandes oportunidades ligadas a la protección de la salud pública.
La microbiota normal define al conjunto de microorganismos que se localizan de manera habitual en distintos sitios del cuerpo humano y que conviven con el huésped sin causar enfermedad. Se localizan principalmente en el tracto gastrointestinal (conocida anteriormente como flora intestinal), pero también a lo largo de la piel, las mucosas genitales y el tracto respiratorio. En su estado de equilibrio normal, la microbiota colabora en diferentes funciones con el organismo huésped. Así, previene infecciones y fortalece el sistema inmune, sintetiza enzimas, vitaminas y precursores de hormonas, antioxidantes, nutrientes, etc.
Actualmente ya se considera a la microbiota intestinal como otro órgano más del cuerpo. De allí la importancia que reviste para adquirir nuevos conocimientos.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que, en la producción animal argentina actual, se utilizan numerosos antibióticos como “preventivos” o “promotores de crecimiento”, cuyo uso ya está prohibido en varios países de la Unión Europea y en otros se encuentra en ese mismo camino, incluyéndose Argentina. Estas resoluciones y prohibiciones se basan en que el uso indiscriminado de antibióticos genera graves perjuicios para los propios animales, para el medio ambiente y, sobre todo, la salud humana.
El daño mencionado anteriormente se produce en forma directa por los residuos en las carnes y huevos, debido a que no se respetan los tiempos necesarios para poner en el mercado los productos. Acción favorecida, sin duda, por la ausencia de controles en frigoríficos. La presencia de estas sustancias puede causar reacciones alérgicas y/o perjudicar la flora intestinal de los consumidores. Lo más delicado a tener en cuenta es que, cuando consumimos carne o huevos, incorporamos con ellos residuos de antibióticos, que podrían generar reacciones adversas impidiendo su uso futuro como cura ante una infección, por ejemplo.
Abuso de antibióticos
El daño por abuso de antibióticos también se produce en forma indirecta a través de la generación de resistencia bacteriana, con transmisión de genes que se pasan las bacterias entre sí, tanto sean ambientales o patógenas, creando microorganismos resistentes y multirresistentes. Esto genera un grave problema sanitario, ya instalado en las infecciones intrahospitalarias.
Así mismo, resulta afectada la salud del medio ambiente debido a los residuos presentes en efluentes de granjas y en la disposición incorrecta de envases y elementos de uso veterinario, eliminando microbiota ambiental benéfica y alterando los ecosistemas.
Trabajo del INTA
Frente a esta realidad, desde INTA Salta nos hemos propuesto generar alternativas para el abuso de antibióticos en la producción animal. Por ejemplo, tomando el período de destete de lechones, terneros, corderos u otros animales domésticos, durante el cual sufren un importante estrés debido a la separación de su madre, a la mezcla con otros animales y al cambio de alimentación al pasar de la leche materna a alimentos sólidos, la mayoría de las veces sin un período de adaptación suficiente.
Tanto el estrés como el cambio de dieta causan un efecto perjudicial sobre la microbiota intestinal, generando una baja de inmunidad, que deriva en un aumento de las enfermedades y un retraso en el crecimiento que afecta la ganancia de peso, como también aumentando la mortalidad. Este mismo stress se produce durante el crecimiento y desarrollo de las primeras etapas en las aves, donde los pollitos están solos y no cuentan con la guía y protección de las aves adultas como en la forma natural de crianza.
El uso de antibióticos en este primer período crítico del desarrollo responde a la búsqueda de rentabilidad comercial, pero no contempla el daño posterior a la microbiota normal de los animales, con el desarrollo de efectos secundarios y el malestar que esto les genera, ni tampoco el perjuicio global al concepto de “Una Salud”.
En el INTA Salta estamos desarrollando un proyecto de investigación que propone el desarrollo de un probiótico a partir del estudio de la microbiota natural de los cerdos, para obtener microorganismos capaces de actuar sobre el eje neuroinmunoendócrino de los lechones, generando efectos beneficiosos como fortalecimiento inmunológico y contrarrestando los efectos perjudiciales del estrés propio del período de destete.
El uso de un probiótico como fortalecedor de la inmunidad, junto con medidas de manejo responsable, es lo que proponemos como una herramienta para aumentar el bienestar de los animales de producción, así como también contribuir al cuidado de la salud humana y del medio ambiente.
Autores
M.V., Mag. María Inés Bianchi, bianchi.maria@inta.gob.ar
Lic. en Producción Animal Alejandro Fabián Bassanetti, bassanetti.a@inta.gob.ar
Grupo de Innovación en Sistemas Ganaderos. Área de Investigación. EEA INTA Salta.