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El Inase, INTA y productores vallistos registraron semillas criollas

La alianza entre el Inase, Inta y agricultores salteños dio como resultado el registro de semillas criollas. Una medida crucial para mantener viva la tradición agrícola y asegurar un futuro sostenible.

La puesta en marcha de la Resolución Instituto Nacional de Semilas (Inase) N° 317/2022 que establece el marco regulatorio para la registración, identificación y comercialización de semillas criollas, inició un proceso de relevamiento territorial de semillas criollas desarrolladas por agricultores familiares, campesinos y comunidades originarias con la finalidad de registrar aquellas que se ajusten a las características de producción que se establecen en la norma.

Este trabajo de identificación de posibles semillas criollas y de acompañamiento a las comunidades agrícolas que las cultivan es realizado interinstitucionalmente, en una dinámica que busca compartir herramientas, agilizar logísticas, optimizar recursos y posibilitar abordajes integrales a situaciones específicas de cada región.

En esta oportunidad los nuevos registros se dieron en la Provincia de Salta, con especies cultivadas por comunidades de La Zanja, El Rodeo, La Yesera y Cachi.

Las semillas criollas registradas son:

Poroto Pallar de La Zanja y el Rodeo. Phaseolus lunatus. Cultivo anual, se inicia en diciembre. Porte bajo con flores blancas o violetas, semillas aplanadas, subglobosas y blancas. Se originó hace 60 años de semillas criollas de porotos pallares originarios de Cachi.

Pimiento Bolita Salteño de Cachi. Capsicum annum. Fruto redondo color rojo intenso. Pedúnculo muy corto y abundante cantidad de semillas. Se realiza el almácigo desde julio a octubre y la producción a campo de octubre a abril, para evitar heladas. Se cosecha manualmente en 1 o 2 cortes, reservando los mejores frutos para semilla. Es intolerante a la salinidad. Se originó hace 50 años con semillas de origen desconocido.

Arveja Ojo Negro de La Yesera. Pisum sativum. Presencia del hilum color negro en la semilla, vainas de 3 a 4 cm. Cultivo anual que se produce entre enero y abril y entre junio y octubre, sin tutorado. Se cosecha de 4 a 5 cortes, las mejores vainas se reservan en la planta para semilla. Es más resistente a las heladas que la arveja “blanca”. Se originó hace 20 años de semillas criollas procedentes de Cachi, y fueron mejoradas por selección por la familia de Carmen Tolaba.

Arveja Blanca de La Yesera. Pisum Sativum. Vainas grandes (7cm.), semillas color marrón claro. Cultivo anual, sin tutorado, producido desde marzo a julio y desde agosto a noviembre-diciembre. Las fechas de siembra responden a la susceptibilidad a la alta humedad ambiental, a las heladas y a las altas temperaturas. Se cosecha manualmente en 2 cortes y se deja en planta las mejores vainas para semilla. Se origina hace 20 años, con semillas criollas procedentes de Cachi, mejoradas por selección por la familia de Carmen Tolaba.

Silvana Babbitt, resaltó el “trabajo articulado entre organismos para facilitar el acceso a las herramientas que pone a disposición el Estado con el objetivo de impulsar a las economías regionales y familiares…”; a su vez, señaló la importancia “de proteger la riqueza que radica en la heterogeneidad de nuestras especies criollas y de reconocer las prácticas tradicionales y la sabiduría ancestral de las poblaciones que han adaptado especies a las características de sus ecosistemas, posibilitando el desarrollo de productos que abastecen comunidades y mercados de cercanía”. También, trazó como objetivo futuro la posibilidad de realizar análisis de calidad de semillas criollas en los Laboratorios Inase.

Por su parte, Miguel Gómez Humbert, secretario del Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (Inafci) señaló la importancia de fortalecer el rol “de la agricultura familiar en la producción local de alimentos, apalancado en la construcción de los Centros de Producción de Semillas Nativas, y con la herramienta del registro legal que permitirá a nuestros productores hacer mejoramiento y comercializar legalmente como un salto cualitativo y cuantitativo para la actividad”.