Con una nueva versión del Dólar soja, el Ministerio de Economía apunta a las más de 7 millones de toneladas de soja de la campaña pasada que aún están en manos de los productores.
Desde hace semanas, la mirada del Gobierno está puesta en las más de 7 millones de toneladas de soja de la campaña pasada que aún están en manos del sector productivo. Equivalentes a poco más de US$ 4.000 millones en divisas, es lo que, en primera medida, el equipo económico que lidera Sergio Massa apuesta a captar en las próximas semanas luego del lanzamiento del nuevo Dólar agro. Con esta medida, que vendrá acompañada por un tipo de cambio especial para las economías regionales, la apuesta es detener la sangría de divisas.
El anuncio oficial será hoy y entre el trascendido de la cartera económica la semana pasada y la puesta en marcha de la medida, el equipo de Massa concretó diversas reuniones con referentes del sector agropecuario y agroindustrial. Mientras que las entidades del campo ya se mostraron contrarias a cualquier tipo de cambio diferencial, los sectores vinculados a las economías regionales lo estaban esperando desde hace larga data, algo que en definitiva incrementaría las exportaciones en un contexto de caída de precios internacionales de muchos productos.
Respecto a este último ítem habrá una salvedad. Todas las economías regionales alcanzadas por este tipo de cambio diferencial que regirá por 90 días tendrán que comprometerse a abastecer en primer lugar al mercado interno, en caso de que sea un producto solicitado localmente. Además, rubricarían antes un acuerdo de precios para que los valores internos no se disparan ante la posibilidad exportadora. La industria vitivinícola sería una de las más beneficiadas con esta medida.
Por otro lado, respecto a la soja, con un tipo de cambio diferencial que rondaría los $ 300 por dólar, el Gobierno no solo busca captar esos 7 millones de toneladas de la campaña pasada, sino también la mayor cantidad de grano posible del nuevo ciclo. En un contexto además en el que se espera un recorte de alrededor del 40% en la cosecha final de la oleaginosa y una caída en el ingreso de divisas del sector en más de US$ 7.000 millones.
El Gobierno sabe que los productores no solo están golpeados por las inclemencias climáticas, sino que también utilizan el grano como refugio de valor y moneda de cambio de cara a la próxima siembra de granos finos (trigo y cebada) que ya se avizora con un buen patrón de lluvias. Es por ello que el nuevo dólar agro buscaría entonces captar grano del nuevo ciclo y acelerar de esta manera el ingreso de divisas que puede quedar cautivo en un compás de espera que generarían las próximas elecciones presidenciales. Más concretamente los productores que cuenten con la espalda financiera para hacerlo, guardarían la soja en sus silos hasta que aclare el panorama. Algo que en la práctica termina por complicar a una economía que necesita dólares frescos.
Mañana se esperan los anuncios que encabezará el ministro Sergio Massa que buscan contener los tipos de cambio paralelos y cuidar las divisas disponibles. Por lo pronto, a partir de la puesta en marcha del nuevo dólar agro, que comenzaría a regir el próximo lunes, la expectativa está puesta a que se acelere rápidamente el ingreso de divisas y el Banco Central deje de ejecutar ventas para terminar con saldo comprador. Todo depende en gran medida del éxito de esta medida que en el pasado logró el aire suficiente que necesitaba la economía para contar con divisas.
Por: Yanina Otero
Fuente: Ámbito Financiero