Expertos de Nidera Semillas destacan la capacidad de adaptación de la genética de la marca y el potencial del girasol en la región.
Tucumán es tierra de caña de azúcar y de citrus, sobre todo de limón. A pesar de ser una de las provincias más pequeñas del país en su extensión territorial, también produce cultivos extensivos como soja, maíz y trigo, además de poroto, garbanzo y… ¿girasol? Sí, los avances genéticos y tecnológicos permiten proyectar muy buenos resultados para este cultivo en el noroeste del país.
“Participamos de una charla técnica y nos llamó mucho la atención, nos pareció un cultivo muy noble e interesante para implementar en nuestra zona”, dice Máximo Lizarraga, de la empresa Sol María S.A. que cultiva campos en el este de Tucumán y el oeste de Santiago del Estero, una zona donde predominan los suelos franco-arenosos y las precipitaciones anuales varían entre 800 y 1.000 milímetros.
Luis Diarte, responsable de producción de esta firma, detalla que trabajan en esquemas de rotación de 50% maíz y 50% soja en verano. En tanto que en el invierno rotan con trigo y garbanzo. “Buscando una alternativa diferente a lo que venimos haciendo, este año empezamos a experimentar con girasol para explorar las potencialidades de este cultivo y encontrar algún negocio puntual”, explica.
El objetivo es diversificar la producción e incorporar el girasol en pequeños porcentajes para conocer su adaptación y adquirir conocimiento y experiencia. Con esta premisa sembraron 30 hectáreas con NS 1113 CL y NS 1115 CL de Nidera Semillas. Dos materiales que están demostrando gran capacidad de adaptación a la zona.
La fecha de siembra fue entre el 15 y el 16 de enero y proyectan cosechar hacia fines de abril o principios de mayo, aunque todavía están estudiando cómo se adapta el ciclo a la zona. “El cultivo viene muy bien; hemos hecho todos los tratamientos recomendados, como fertilización de base y nitrogenada. Creemos que vamos a andar muy bien”, se entusiasma el Diarte.
“Este año, puntualmente, el antecesor del girasol fue el garbanzo y no hizo falta usar la tecnología CL porque los lotes venían bien. Pero es una buena alternativa para hacer frente a las malezas resistentes”, puntualiza el responsable de producción de Sol María.
En esta experiencia se apoyaron mucho en el RED-IN zonal de Nidera, quien les brindó orientación en cuanto a las variedades y la fecha se siembra óptima de cada material. Sergio Sánchez, gerente comercial del NOA, que abastece a Tucumán, Salta y el oeste santiagueño, remarca que este proyecto tiene como objetivo incorporar cultivos no tradicionales en la región y aprovechar toda la genérica disponible de Nidera Semillas.
“Queríamos encarar el desafío de abrir nuevos horizontes productivos y comerciales para los productores de nuestra zona. Y la verdad que fue muy bien recibido tanto por ellos como por los asesores. Hoy hay varios ensayos con diferentes materiales de la marca”, sostiene.
Nicolás Celsi, encargado de extensión y desarrollo de producto de Nidera, explica que la genética de la marca tiene una gran capacidad de adaptación y que el girasol tiene un alto potencial en la región, donde hay que centrar los esfuerzos en abrir mercados. “Creemos que el girasol puede ser una excelente opción para ambientes más restrictivos. Geográficamente creemos que tenemos potencial desde el norte de Tartagal, el este de Salta y Tucumán, y el oeste de Santiago del Estero”, afirma.
Si bien aún no se cosechó, Celsi sostiene que, siguiendo algunos parámetros fisiológicos del cultivo, “la combinación de factores de manejo y recomendaciones de aplicación pueden hacer que el girasol sea una alternativa conveniente y rentable. Estamos en búsqueda de un negocio zonal para que pueda ser atrayente para la economía de Tucumán”, finaliza.