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El garbanzo entra al sistema de certificación

Esta legumbre, que tiene grandes perspectivas, se incorporó al Sistema de Información Simplificada Agrícola (SISA).

Una Resolución del Instituto Nacional de Semillas (Inase N° 563/23), incorpora al cultivo de garbanzo al Sistema de Información Simplificado Agrícola (SISA).

La inscripción en el SISA es obligatoria y gratuita para los productores de granos y semillas en proceso de certificación -cereales y oleaginosas- y legumbres secas; los operadores que intervengan en la cadena de comercialización de dichos productos y los propietarios, copropietarios, usufructuarios y ocupantes, cualquiera fuera su título, y sus subcontratantes cualquiera fuera su modalidad de contratación, de tierras rurales explotadas situadas en el país, en la medida en que en ellas se desarrolle el cultivo de dichas especies.

Al momento de confeccionar la Declaración Jurada en el sistema SISA dentro de la web de la AFIP, se requerirá a los productores de grano de soja, trigo, algodón, maní, arveja, cebada y arroz -y ahora garbanzo- el detalle de los cultivares utilizados durante la campaña en gestión con sus respectivas superficies sembradas por cultivar. Por ello es importante que los cultivares sembrados aparezcan en el Catálogo Nacional de cultivares del Inase.

“La incorporación de este cultivo en el SISA refuerza la conveniencia de fomentar y fortalecer la investigación e introducción de nuevo germoplasma para acompañar el desarrollo productivo regional”, señalan desde el Inase.

En el mercado existen avances tecnológicos suficientes para desarrollar este cultivo y potenciar su rendimiento, llevándolo a niveles productivos que generarían altas rentabilidades al agricultor, producto de la demanda de exportación. Por ello la incorporación al SISA permitirá contar con información precisa en relación a la utilización, superficie, destino y manejo de las semillas sembradas por el productor agrícola, tanto sea semilla de la clase Fiscalizada como aquella destinada para su propio uso.

Al igual que en los cultivos ya incluidos en SISA como soja, trigo, algodón, entre otros, Inase auditará el uso de semilla de garbanzo con origen legal, verificando el cumplimiento de la normativa vigente respecto de los requisitos para el correcto ejercicio de la excepción del agricultor y respeto por la propiedad intelectual de las variedades.

El cultivo

El garbanzo (Cicer arietinum), como cultivo de invierno, es una alternativa productiva de peso para la región Centro-Norte del país. La superficie sembrada por provincia y su porcentaje sobre la superficie total es un indicativo de ello. En Salta representa el 44,48 %, en Tucumán el 18,92 %, en Santiago del Estero el 16,86 %, en Córdoba el 11,38% y en Catamarca el 3,82 %; en tanto el resto de las provincias suman el 4,54 %.

El Inase informa que en los últimos 2 años se inscribieron en el Registro Nacional de Cultivares 6 nuevas variedades sobre un total de 12, indicando expectativas de crecimiento. Todas las variedades son argentinas; 3 de ellas fueron desarrolladas por el INTA y las 9 variedades restantes son de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), de Granaria S.A., de la Estación Experimental Obispo Colombres (E.E.A.O.C) y de Quimarsem S.A.

Tanto la UNC, Granaria S.A., como la E.E.A.O.C, son proyectos públicos o público-privados; el único desarrollo privado en su totalidad es de la empresa Quimarsem S.A., ubicada en el sur de la provincia de Santa Fe, se trata de un criadero que lleva adelante programas de mejoramiento genético en maíz, sorgo y garbanzo, entre otros.

La especie cuenta con dos variedades bien diferenciados y dada su inserción comercial terminan siendo los más importantes tanto en la faz productiva como económica:

– Desi: se cultiva principalmente en regiones tropicales semiáridas, ocupando la preferencia de los consumidores en el mercado mundial, dado que representa cerca del 60 % del total comercializado. Son pequeñas semillas de color marrón, contiene una capa áspera y la superficie es estriada.

– Kabuli: se desarrolla principalmente en las regiones templadas del mundo y presenta una piel fina de color cremoso blanquecino, forma vainas relativamente largas, sus semillas son grandes y representa el 40 % restante.

Mercados

El economista Juan Manuel Garzón de la Ieral de la Fundación Mediterránea, señala que el mercado mundial del garbanzo ha mostrado un buen desempeño en lo que hace a volúmenes en los últimos 15 años y también una elevada volatilidad de precios, con ciclos alcistas y bajistas bien marcados. Estos ciclos se generan por situaciones de desequilibrio de oferta y demanda, en un mercado de tamaño reducido, con algunos jugadores que disponen de poder de mercado y otros, de una importante capacidad para responder, en materia de producción, con rapidez y potencia frente a las señales de precios.

Entre 2018 y 2020, informa Garzón, el comercio global se ha aproximado a los 2,1 millones de toneladas, un volumen muy pequeño comparado con los volúmenes que mueven el maíz (170 millones de t), la soja (165 millones de t) o el trigo (190 millones de t), por citar los tres cultivos más importantes de la agricultura extensiva argentina. El comercio global de garbanzo llegó a su máxima expresión en el 2017, con 3,1 millones de toneladas intercambiadas entre países, completando un período de fuerte aceleración en las ventas.

Garzón afirma que en mercado mundial de garbanzos hay países dominantes, países importantes y otros que cumplen más bien un rol de reparto. Entre los actores que tienen mucho peso propio, que por su tamaño pueden alterar equilibrios de mercado, se destacan claramente dos, uno por el lado de la oferta, de la provisión; y el otro, que opera en ambos lados del mercado, tanto desde la producción como del consumo: se trata de los casos de Australia e India, respectivamente.

Por su parte, hay un conjunto de países importantes en la producción y exportación de garbanzo, que además del caso australiano incluye países como México, Estados Unidos, Canadá, Myanmar, y más recientemente Rusia, Argentina, Turquía y Tanzania. Hay otros 15 o 20 países que también exportan garbanzo, pero en volúmenes reducidos y sin una presencia tan estable.

Respecto de los importadores, el economista de la Ieral apunta que “habiendo mencionado ya a India, aparecen un par de países que son también del sur de Asia, de hecho, tienen frontera con India, caso de Bangladesh y Pakistán. Se destaca también, como bloque, el mercado de Unión Europea, donde sobresalen países de buen consumo como Reino Unido (actualmente fuera de la Unión), Italia, España y Portugal. En los últimos años han crecido mucho las compras de Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos (que también es exportador), Turquía y algunos otros países de medio oriente (Arabia Saudita, Jordania) y el norte de África (Argelia)”.

Según datos de la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios de la Nación, en el primer semestre de 2022, Argentina exportó garbanzo a más de 10 países, siendo los más relevantes compradores en términos de divisas y volumen Pakistán y los Emiratos Árabes Unidos, con 5,1 y con 4,5 millones de dólares, respectivamente. Es decir que de los US$ 28 millones que exportó Argentina los primeros seis meses de ese año, un 34 % de la producción de garbanzos fue a parar a la región de Asia del Sur y el golfo pérsico. El resto de las exportaciones se dividió en destinos de América del Sur y Europa.

Una gran oportunidad

Para el Inase, “las legumbres representan una gran oportunidad de crecimiento para el sector productivo y exportador, aportando divisas e incrementando las rotaciones agrícolas con cultivos alternativos de alto valor, generando así condiciones para la introducción de nuevo germoplasma en el futuro”.