Inicio Ambiente El Eco Terrorismo y su poder militante – Ideología mata ciencia

El Eco Terrorismo y su poder militante – Ideología mata ciencia

Desde la Fundación Producir Conservando destacan que el oportunismo de algunos políticos que ignoran la ciencia y prefieren mirar tendencias en redes sociales, ponen en riesgo la seguridad alimentaria mundial.

Distintas fuentes de información dan cuenta que lamentablemente en la Unión Europea, el oportunismo de algunos políticos que ignoran la ciencia y prefieren mirar tendencias en redes sociales, ponen en riesgo la seguridad alimentaria mundial.

Se conoció hace pocos días un proyecto del gobierno de Irlanda de reducir en 200.000 cabezas de ganado lechero en los próximos 3 años, para cumplir con sus “objetivos climáticos”. Recordemos que la Unión Europea aprobó el mes pasado un presupuesto de 1.600 millones de dólares para reducir a la mitad el stock vacuno en Holanda. 

Como presentara el Dr. Ernesto Viglizzo en el último Seminario de la Fundación Producir Conservando, este año se reveló el primer mapa espacial de la Nasa que mide las emisiones y fijación o secuestro de gases de efecto invernadero (Carbono) y sus revelaciones son claras.

Hay solo 5 países en el mundo que tienen más ganado vacuno que habitantes, uno de ellos es Argentina con 1,3 animales por persona y que resultó tener uno de los mejores balances de carbono, con más fijación que emisión.

Nueva Zelanda, Australia y Uruguay, el país con más ganado vacuno por habitantes del mundo, resultaron neutrales, mientras que solo Brasil da balance negativo entre estos países.

Este mapa muestra las emisiones y absorciones netas medias de dióxido de carbono de 2015 a 2020 utilizando estimaciones informadas por las mediciones satelitales OCO-2 de la Nasa.

Claramente no son las vacas las responsables del problema. China es el país que más emisiones de CO2 genera en el mundo y tiene 0,07 vacas por habitante. Estados Unidos lo sigue en la lista y pese a su gran stock vacuno apenas llega a 0,29 vacas por personas.

Claramente, el problema no son las emisiones de metano provenientes de la ganadería.

El CO2 aumenta en la atmósfera solo si las emisiones superan la fijación y la visión de la Unión Europea se centra solo en las emisiones y no en el Balance de Carbono ya que su sistema de producción secuestra muy poco carbono. Mientras el 75% de las emisiones de GEI proviene del uso de combustibles fósiles, el sector agropecuario representa el 15% de las emisiones globales y la ganadería de carne y leche solo el 7%. Pero de estas actividades, solo la ganadera tiene el potencial de fijar carbono en forma importante en el suelo a través de la utilización de pasturas y campos naturales.

¿Qué pasaría con las pasturas y campos naturales si no existieran los bovinos y rumiantes que las utilicen?

Claramente desaparecerían y se dejaría de fijar Carbono en esas superficies. El ganado es esencial para ayudar a mantener el carbono almacenado en el suelo y el mismo es el principal reservorio de Carbono que debemos cuidar para que siga siéndolo.

La leche y la carne han sido y siguen siendo, por más que le pese a algunos grupos ecologistas, los mejores alimentos que la humanidad ha incorporado a su dieta. El desarrollo muscular, las defensas y del cerebro dependen en parte del aporte de la proteína animal.

Las reducciones del número de vacunos no harán más que encarecer el acceso a la alimentación de millones de personas. Algo que ya hoy es un problema y que solo agravaríamos.

Es el momento de repensar lo que se está haciendo y basarse en Ciencia y no en falsa ecología y defensa ambiental.

La solución al cambio climático está mucho más cerca de la ganadería que lejos de la misma. Por supuesto que debemos seguir trabajando para reducir emisiones, pero principalmente debemos potenciar la capacidad de los suelos de fijar y almacenar carbono y esto sin la ganadería sería casi imposible.

Por: Francisco Oliverio, Fundación Producir Conservando