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El campo rechaza la idea de crear un impuesto a la supuesta “renta inesperada”

Lo sugirió el ministro de Economía Martín Guzmán y generó malestar entre los productores.

Vuelve el estado de alerta al campo; esta vez por una iniciativa que dejó entrever anteayer el ministro de Economía, Martín Guzmán, para impulsar un proyecto impositivo con foco en “redistribuir la renta inesperada”.

En el campo, la frase generó sorpresa y malestar. Es que la actividad está intervenida por el Gobierno con los fideicomisos del aceite y la harina; “volúmenes de equilibrio”, que no permiten a los exportadores exceder un nivel de ventas en trigo y maíz, y además con exportaciones de carne “administradas”. “No veo en el bolsillo esa renta inesperada; los precios de los insumos han subido más que los granos. La ‘renta inesperada’ la tiene el Gobierno, porque, con estos precios de los granos, los ingresos son muy superiores por la exportación”, apuntó Elbio Laucirica, vicepresidente de Coninagro.

Vuelve el estado de alerta al campo. Esta vez por una iniciativa que dejó entrever anteayer el ministro de Economía, Martín Guzmán, para impulsar un proyecto con foco en “redistribuir la renta inesperada”.

La sola mención de esa frase del economista generó un fuerte rechazo, ya que en el campo recuerdan cuando, en 2008, con la excusa de la “renta extraordinaria”, el gobierno de Cristina Kirchner promovió una iniciativa de retenciones móviles, que, tras cuatro meses de conflicto, naufragó en el Senado con el voto “no positivo” del entonces vicepresidente Julio Cobos.

Anteanoche, en declaraciones a C5N, el ministro de Economía descartó un nuevo incremento de las retenciones. El último aumento se produjo hace tres semanas, para subir de 31% a 33% los derechos de exportación a la harina y el aceite de soja con la excusa de crear el Fondo Estabilizador del Trigo para subsidiar la harina que llega a las panaderías. “Hay una definición política tomada de no aumentar los derechos de exportación de los granos”, dijo el ministro.

Pero, además, apuntó que el Gobierno se encuentra trabajando en crear un “mecanismo para redistribuir la renta inesperada que no es producto de una inversión adicional hacia los sectores que más desprotegidos han quedado”. Esto con relación al impacto que generó la guerra Rusia-Ucrania. El ministro precisó, según consignó Télam, que “esto va a requerir del apoyo del Congreso” e insistió: “Hay un asunto de ganancias inesperadas, que no son fruto de inversión adicional o más contratación de empleo, sino fruto de un shock que no tiene que ver con la acción humana y que, si no se hace nada, es regresivo”.

En el campo, la frase sobre la “renta inesperada” generó sorpresa y malestar. Es que la actividad está intervenida por el Gobierno con los fideicomisos del aceite y para la harina; los “volúmenes de equilibrio”, que no permiten a los exportadores exceder un nivel de ventas en trigo y en maíz, y además con exportaciones de carne “administradas”, donde las autoridades realizan un seguimiento.

“No veo en el bolsillo esa renta inesperada, porque los insumos han subido más que los granos y los márgenes son parecidos. Por el contrario, la ‘renta inesperada’ la tiene el Gobierno, porque con estos precios de los granos, los ingresos son muy superiores por la exportación de estos. Una estimación que realizáramos oportunamente nos da US$900 millones extras para el Gobierno por este incremento en las exportaciones. Y los aumentos en los insumos no los paga el Gobierno, los paga el productor”, apuntó Elbio Laucirica, vicepresidente de Coninagro. Laucirica remarcó que ya “la carga impositiva en los granos está en un 50% a 60%”, según el producto que se considere.

Un informe de la consultora AZ Group reflejó que los granos perdieron parte de la fuerte suba inicial que registraron tras la invasión de Rusia a Ucrania el 24 de febrero pasado. En el Matba Rofex, en soja, la variación positiva entre el 18 de febrero último –días antes de la guerra– y ayer es del 0,9%, mientras que en maíz asciende al 6,1%. Solo el trigo tuvo una mayor suba, del 36%. Sin embargo, el incremento llegó con toda la exportación comprometida. En tanto, los insumos se dispararon mucho más. El fertilizante urea trepó a US$1530 la tonelada, un 87% más, según AZ Group. En tanto, el fosfato monoamónico se encareció 57%, a US$1600 la tonelada.

“Más que distribuir riqueza, este nuevo proyecto de carga impositiva lo que haría es generar más pobreza. Si siguen creando impuestos lo que van a generar en más incertidumbre, alejando inversiones, empleo y riqueza”, señaló Marcos Pereda, vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA).

“La situación de nuestro país necesita un Estado que haga eficiente el gasto público, para no seguir creando impuestos y darle mayor competitividad al país”, agregó.

Carlos Achetoni, presidente de Federación Agraria Argentina (FAA), opinó: “Lo que deben hacer con la recaudación extraordinaria es solucionar los problemas, no ir contra la renta del productor, que no es tal porque se diluye con los aumentos de los insumos y con los accidentes climáticos”.

El dirigente federado añadió que “sería bueno que el debate se dé en el Congreso”.

La respuesta de Domínguez

“Pregúntenle al ministro de Economía, no es un tema mío”. Con esa frase, ayer el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, respondió a los medios de comunicación al ser consultado sobre la iniciativa que dejó entrever Guzmán de “redistribuir la renta inesperada”.

En una visita a la localidad bonaerense de Rojas, donde se inauguró un nuevo Centro de Desarrollo Tecnológico de la firma Basf, Domínguez no se pronunció de manera directa sobre la iniciativa de Guzmán, aunque aludió con sus definiciones. Insistió en que el productor “no es formador de precios” y, en este punto, en línea con Guzmán, precisó que “no se van a subir las retenciones”. Afirmó: “Queremos darle tranquilidad al productor”.

Por: Fernando Bertello con la colaboración de Pilar Vazquez

Fuente: La Nación