Gran convocatoria tuvo una asamblea organizada por más de una docena de entidades del sector agropecuario de Jujuy, Salta y Tucumán.
En una mañana fría y lluviosa, productores de Jujuy, Salta y Tucumán se dieron cita a la vera de la ruta 34 en la rotonda de la localidad salteña de Rosario de la Frontera. Convocados por más de una decena de entidades del sector agroindustrial de las tres provincias, fueron parte de una importante movilización que hizo recordar los tiempos de la 125, sucedida hace 14 años ya.
Las razones que empujaron a los productores a participar de la reunión también remiten, en gran parte, a las 125. La desmedida presión fiscal de un gobierno voraz de divisas y de modos bruscos e intransigentes hacia el sector, fueron algunos.
Pero se sumó una delicada situación productiva, fruto de los caprichos del clima que está afectando por igual a la agricultura y a la ganadería.
“El lema de esta convocatoria es decirles nuestra verdad y es que estamos hartos. Como productores tenemos que luchar contra el tiempo, las pestes y malezas, y encima con un Gobierno que no nos entiende, que no entiende nada, que no tienen ni idea de lo que están haciendo”, dijo Juan Paz Posse, vicepresidente de la Sociedad Rural de Tucumán, abriendo la lista de oradores.
El ruralista tucumano destacó que “las retenciones son solo un punto más, es la gota que rebasó el vaso, son miles de cosas que nos vienen haciendo. Recurren permanentemente al campo para buscar más fondos. Son insaciables, no hay fondos que les alcancen”.
Paz Posse enumeró que el Gobierno nacional cortó las exportaciones de carne, sin lograr nada, salvo perder los mercados externos –“que tanto tiempo nos costó ganar”- dejándolos en manos de Uruguay y Paraguay. “Pero no le llegó absolutamente nada al pueblo y a nosotros nos cortaron las alas, porque no tenemos ningún incentivo para producir”, afirmó.
“El agro no forma precios, miren el ejemplo de la carne, la leche, el pan. Nuestra participación en el costo de la cadena es ínfima. No entienden nada, no son austeros con el gasto público, la inflación que nos ahoga es culpa de ellos, es la emisión, el gasto público, el gasto político. Pero tenemos que seguir y acá empieza nuestra lucha, porque estamos hartos”, afirmó.
Paz Posse llamó a defender la República, “esta gente no va por nuestro sector, mañana serán otros sectores. Tenemos por delante muchas peleas que vamos a tener que ir dando”.
A su turno, Carlos Segón, presidente de la Sociedad Rural Salteña, ejemplifico con una de las consecuencias de la inflación -a la que tildó de “impuesto ilegal”- con lo que sucede en el departamento salteño de Rivadavia: “Nuestros comprovincianos que viven en Rivadavia subvencionan, a través de la inflación, la calefacción y la luz del departamento que le prestan al señor presidente para que Dylan no tenga frío, Es una injusticia muy grande, por eso digo que el impuesto de la inflación es el más injusto de todos”.
Segón reflexionó: “Nos dicen que la inflación es producto de los precios internacionales de los commodities y, ahora, de la situación triste de la guerra entre Rusia y Ucrania. Pregunto, ¿en un mundo globalizado no debería pegarles esta situación a todos los países?, no por igual ya que los países tienen características diferentes. Pero Paraguay, Brasil, Uruguay ¿inventaron fideicomisos para que baje el pan?, ¿tienen desdoblamiento cambiario?, ¿tienen retenciones? No, y sin embargo no tienen la inflación que tiene Argentina”.
El presidente de la Rural Salteña planteó que, si en Argentina la culpa del aumento del pan y harina la tiene los precios internacionales de los commodities, porqué en Brasil y Bolivia, que son grandes importadores de trigo argentino, no se da esa situación.
Segón les transmitió a legisladores nacionales y provinciales fueron parte del acto “que el campo no aguanta más y no vamos a permitir más impuestos ni intervenciones en la comercialización de la producción argentina”, y concluyó con un mensaje a los mandatarios de las provincias de la región: “Es inédito que más de 15 entidades rurales del NOA estemos juntos diciendo: Argentina aquí estamos presentes. Los señores gobernadores podrían imitarlo y dejar las políticas partidarias, así alguna vez el Norte Grande deja de ser un eslogan”.
“El señor presidente apuntó mal los misiles para la guerra contra la inflación. El enemigo no es el sector productivo ni los empresarios. Si uno suma las retenciones desde el 2004, el sector agropecuario aportó para pagar más de dos deudas con el Fondo Monetario Internacional. ¿A dónde fueron a parar? Me parece que el señor presidente debe apuntar los misiles a su propio gabinete. Qué son ineficientes, que tienen un gasto público desmedido. No hay infraestructura, no hay educación y, sin embargo, cada vez hay más impuestos”, afirmó Segón.
El ruralista salteño instó a observar que el primer formador de precios de la Argentina es el propio Estado, ya que, si se analizan los costos de cualquier producto de consumo, entre el 40 y el 50% de esa estructura de costos es carga fiscal.
“El sector productivo y los empresarios estamos dispuesto a ser aliados de los gobiernos, pero que presenten un plan económico serio y que estén dispuestos a terminar con la corrupción”, dejó planteado Segón e invitó a la Mesa de Enlace a “ser firmes y duros, ya que se acabó el tiempo de estar dialogando, porque son monólogos y no diálogos”.
El encargado de cerrar el acto fue el anfitrión, José Natalio Iglesias, presidente de la Asociación de Productores de Legumbres, quien advirtió y se lamentó que, día a día, se ven productores. “Desde la 125, cien productores del sur de la provincia de Salta desaparecieron, y nos quedamos callados. Hoy veo muchos amigos que alquilan sus campos y se dedican a otra actividad”, dijo e invitó a los productores a mirarse a la cara y decirse “tenemos coraje para enfrentar esta problemática de la Argentina que no es solamente del campo”.
Iglesias felicitó a las instituciones que hicieron posible la reunión y que hoy están al frente de esta lucha “que recién empieza”. “Esto depende de ustedes los productores y de la decisión que tomen las distintas entidades agropecuarias de seguir esta lucha que no es solo del campo”, apuntó.
“¿Qué hicieron con los más de 120.000 millones de dólares que aportó el campo?, muchos de ellos desde el noroeste argentino. Estamos mal en salud, en educación, se adoctrina gente, perdimos la cultura del trabajo. Nuestros hijos se van de la Argentina porque no hay posibilidades. ¿Vamos a seguir con los brazos cruzados?”, se preguntó el ruralista del sur salteño y concluyó: “La política tiene que hacer una reflexión: no podemos seguir manteniendo el gasto público que hoy tiene la Argentina. El campo no puede hacerse cargo de la mala praxis de los distintos manejos políticos”.
Por: Belisario Saravia Olmos
Fuente: El Tribuno Campo