Este aumento en los ingresos y en el aporte del agro al PBI nacional se producirá a pesar de la previsión de una menor cosecha, como consecuencia de la sequía que afectó a gran parte del área agrícola nacional.
Las principales cadenas de cultivos en Argentina aportarán un monto récord al Producto Bruto Interno (PBI) de US$ 40.244 millones, en un contexto en el que las exportaciones del sector rondarán los US$ 34.642 millones, debido a la suba de los precios internacionales de los granos, en base a las proyecciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).
Con un crecimiento interanual promedio en el precio de los commodities superior al 40% respecto a 2020, impulsado principalmente por China, el Producto Bruto Agrícola crecerá en US$ 9.122 millones -un 29% más que el año anterior-, mientras que las exportaciones tendrán un incremento de US$ 8.900 millones aproximadamente.
Según las estimaciones de la entidad bursátil la producción de soja se ubicará en 44 millones de toneladas, 5 millones de toneladas menos que en la campaña 2019/20, mientras que la de maíz lo hará en 45 millones de toneladas, lo que significa una merma de 6,5 millones de toneladas. Asimismo, la falta de agua impactó en el girasol, el trigo, el sorgo y la cebada.
A partir de este escenario, la entidad calculó una producción total de granos de 115,8 millones de toneladas, lo que arroja un valor bruto de la producción de US$ 93.318 millones (+27% interanual) y una recaudación fiscal de US$ 13.576 millones (+26%).
Sin embargo, la entidad advirtió que aunque “estamos próximos a cosecha y parece que hemos alcanzado un piso interesante en términos de cantidades producidas, especialmente después de las últimas lluvias, no se descartan posibles recortes en la producción a medida que se confirmen rendimientos por debajo de las expectativas.
En cuanto al porvenir de los precios, la BCBA indicó que “si bien existen elementos para pensar en un escenario sostenido durante 2021, debemos ser cautos en relación a lo que pueda llegar a suceder”. “Lo acontecido durante el 2020 es prueba que su dinámica es muy difícil de prever.
El temor a un rebrote del virus continúa allí. Todavía queda mucho de la cosecha sin fijar precio, vulnerable a un cambio de escenario, lo que representa un riesgo para alcanzar las estimaciones aquí comentadas”, culminó el informe.