Esta tecnología es clave para asegurar la sostenibilidad de los sistemas productivos. CREA brinda datos de la adopción de estos equipos.
En la Argentina ya están operando más de 440 equipos de aplicaciones dirigidas de herbicidas, la mayor parte de los cuales se encuentran en el norte del país. Si bien existen al respecto dos tecnologías a la fecha –Weedit y WeedSeeker–, próximamente estarán disponibles otros equipos (DeepAgro, OcuWeed, DetecTAR, Ecosniper, etcétera) que incluso permitirán realizar pulverizaciones dirigidas en cultivos emergidos con un elevado grado de efectividad.
“Cuando se generalice el uso de equipos de aplicaciones selectivas o dirigidas, seguir hablando de dosis por producto va a ser una curiosidad”, explicó Luis Robles Terán, asesor del CREA Guayacán, durante una jornada virtual sobre aprendizajes de los proyectos de plagas y malezas en regiones CREA.
El asesor CREA indicó que ya existe evidencia suficiente en diferentes zonas que muestran que el uso de equipos de aplicaciones dirigidas permite obtener ahorros de costos en un rango general de 15 a 30 US$/ha.
“Verificar el correcto funcionamiento de los equipos y capacitar a las personas que van a emplearlos reduce los errores e incrementa los beneficios”, apuntó el asesor CREA, quien es uno de los principales referentes en la implementación de la tecnología de aplicaciones dirigidas.
El uso de equipos de aplicaciones dirigidas es parte de un conjunto de herramientas tecnológicas y agronómicas disponibles para contribuir a morigerar la proliferación de malezas problemáticas.
CREA señala la presencia de 280 equipos de aplicación en la región Chaco Santiagueño, seguida por la región NOA con 70 equipos.
En el marco del Proyecto Malezas CREA, desde 2015 cada una de las regiones agrícolas CREA lleva adelante una serie de módulos de evaluación (ensayos a campo) en donde se ponen a prueba diferentes estrategias para el manejo de malezas de difícil control. En algunos de esos módulos, además de controles químicos, se evalúa el uso de cultivos de cobertura o de servicio como práctica de manejo para evaluar qué capacidad tienen diferentes especies de controlar malezas en distintas circunstancias.
“El Proyecto Malezas no busca generar recetas, sino aprendizajes orientados a generar soluciones tan dinámicas como los factores que dieron origen a los problemas”, comentó Pablo Fernández Barrón, coordinador del Proyecto.
En la última campaña se observa un crecimiento significativo del uso de herbicidas inhibidores de la protoporfirinógeno oxidasa (PPO) tanto en barbechos cortos como en presiembra de soja de primera, según datos relevados por el DAT CREA.
“Eso debe constituir un llamado de atención porque eventualmente podría implicar una solución simplista como la que generó los problemas de malezas resistentes”, advirtió Pablo.
Fuente: CREA