Inicio Ganadería ¿Cómo impactará en la producción de carne argentina el 2024?

¿Cómo impactará en la producción de carne argentina el 2024?

El sector ganadero se prepara para el 2024 con desafíos climáticos, económicos y cambios en los hábitos de consumo.

Las proyecciones para el año 2024 en el sector ganadero argentino presentan un panorama donde la oferta de carne juega un papel dominante en la configuración del escenario, en contraposición a la demanda, que se muestra más incierta. Estas perspectivas se basan en un reciente informe de Rosgan, enviado durante los últimos días del año.

Históricamente, las previsiones de la oferta en la ganadería han demostrado un mayor grado de certeza en comparación con las de la demanda. Esto se debe a que los factores que afectan la disponibilidad de ganado en el futuro suelen manifestarse a través de eventos pasados y ciclos previos. En contraste, las proyecciones de la demanda son más complejas, ya que están influenciadas por tendencias de consumo a largo plazo y decisiones de compra inmediatas, especialmente en situaciones económicas y políticas cambiantes.

El año 2023 estuvo marcado por una sequía que provocó una disminución significativa en la cría y el destete de terneros, una menor productividad de carne y una mayor extracción de ganado, especialmente hembras. Además, el cambio en el escenario político y económico, así como las condiciones climáticas, sugieren una mayor retención de ganado por parte de los criadores.

Sin embargo, la incertidumbre reina en cuanto al grado de retención que los productores podrán lograr en un contexto de costos en aumento y reservas financieras escasas, tras un año de descapitalización. Por otro lado, los engordadores se benefician de una mayor oferta de forraje y de un precio del maíz más competitivo para la exportación, lo que podría favorecer a la cría pastoril. Este cambio podría alterar la estacionalidad en la entrada de ganado terminado, especialmente después de un año en el que el feedlot tuvo un papel destacado debido a las difíciles condiciones en los campos.

En resumen, en términos de oferta, se espera una menor disponibilidad de terneros para engorde, una temporada de cría posiblemente más lenta y una salida de ganado terminado que podría verse afectada en su estacionalidad debido a la variedad de resultados que generan los sistemas menos intensivos.

Cifras clave para 2024

– Faena total estimada: 13,2 millones de cabezas.

– Producción de carne vacuna estimada: 3 millones de toneladas.

Demanda y contexto cambiante

En contraste con la oferta, la demanda presenta un escenario muy diferente en 2024, según el informe de Rosgan.

Hace dos años, con el mundo recuperándose de una pandemia, los gobiernos incentivaron el consumo como medio para revitalizar la actividad económica. Esto llevó a fuertes aumentos en los precios internacionales de la carne vacuna durante gran parte del año. Sin embargo, esta tendencia se revirtió a partir del segundo cuatrimestre de 2022, con la caída del mercado chino.

A nivel local, el gobierno argentino cerró las exportaciones de carne vacuna en mayo de 2021 y adoptó una política comercial restrictiva e intervencionista, en contraposición a la actual Administración.

Además, el consumidor argentino ha experimentado cambios significativos en sus hábitos de consumo y resistencia a los aumentos de precios. Hoy en día, existe incertidumbre sobre cuánto tiempo más podrá el consumidor sin reducir su ingesta de carne.

En términos de exportación, la devaluación de la moneda argentina ha mejorado la competitividad del sector, pero se plantea la pregunta de cuánto tiempo más se mantendrá esta ventaja frente a los crecientes costos internos.

Perspectivas para la demanda

A pesar de las incertidumbres en torno a la competitividad de la industria exportadora, las políticas de apertura y liberalización comercial sugieren que la exportación podría ganar terreno sobre el consumo local en el próximo ciclo. Esto podría llevar a un escenario en el que la exportación continúe aumentando su participación en el mercado a expensas del consumo local, que se perfila como el segmento más vulnerable y podría incluso caer por debajo de los 45 kilogramos per cápita.