La investigación del INTA proporciona nueva información sobre la biología y evolución de la chicharrita del maíz, ayudando a mitigar futuros brotes y reducir el uso de fitosanitarios.
Investigadores del Instituto de Patología Vegetal (Ipave) del INTA, lograron secuenciar el genoma de la chicharrita del maíz, un hito científico que permitirá diseñar estrategias más eficientes para el control del insecto y facilitar el desarrollo de variedades de maíz más resistentes a las enfermedades transmitidas por este insecto.
Este trabajo esta llevado adelante por un equipo de especialistas del Centro de Investigaciones Agropecuarias del INTA de la Secretaría de Bioeconomía del Ministerio de Economía de la Nación, que logró la secuenciación, ensamblado y anotación del genoma de Dalbulus maidis.
Este avance global, que es el primero registrado hasta la fecha, se logró a partir de haber detectado que las condiciones de altas temperaturas y abundantes precipitaciones, junto con el escalonamiento en las fechas de siembra fueron las principales causas de la rápida reproducción y migración del norte del país a la zona núcleo de producción de esta plaga que afecta al maíz.
Además del impacto en el control de la chicharrita del maíz, esta investigación proporcionará información para entender la biología, distribución y evolución del insecto, lo que ayudará a predecir y mitigar futuros brotes y epidemias. Además, posibilitará el desarrollo de enfoques más precisos y dirigidos para el control de esta plaga, mediante la reducción en el uso de productos fitosanitarios.
También podría ser utilizado en la mejora genética del maíz, facilitando el desarrollo de variedades más resistentes a las enfermedades transmitidas por este insecto. En este sentido, se podría llegar a comprender aspectos como los genes de inmunidad del insecto, identificar blancos potenciales para el desarrollo de mejores insecticidas, así como genes asociados a su interacción con las plantas infectadas y los agentes patógenos.
Primer borrador
“Este es un primer borrador sobre el mapa genético de Dalbulus maidis”, indicó Humberto Debat, virólogo del Instituto de Patología Vegetal (Ipave) del CIAP, ubicado en Córdoba, Argentina y agregó: “El genoma es como el manual de instrucciones del insecto; allí está guardada toda la información que hace que la chicharrita sea el vector de enfermedades que afectan al maíz”.
“Conocer cómo vive el insecto, cómo se multiplica, cómo se dispersa, qué lo hace resistente o susceptible y cómo se convirtió en un ‘súpervector’, nos va a permitir diseñar estrategias más precisas y dirigidas para controlarlo”, expresó Debat quien desde hace 10 años se enfoca en el estudio de la interrelación que se da entre patógenos y cultivos.
“Comprender aspectos sobre la inmunidad del insecto, nos permitirá identificar cuáles son los genes blancos para el desarrollo de mejores insecticidas, por ejemplo”, indicó Debat y aseguró que esta investigación proporcionará información crucial para entender su biología, distribución y evolución.
Contar con la información del código genético de la chicharrita es importante y necesario para comprender y afrontar el patosistema asociado a la cadena de maíz, que generó un gran impacto en el sector. “Esta es la primera versión del genoma, que se actualizará regularmente como un ‘genoma viviente’”, detalló Debat.
“Esta iniciativa representa la capacidad de respuesta del INTA frente a emergencias sanitarias en el sector agropecuario y demuestra cómo se pueden enfrentar las demandas del sector con una visión a largo plazo, utilizando tecnologías de vanguardia para abordar problemas urgentes”, puntualizó el investigador del INTA.