Las enfermedades infecciosas pueden reducir la tasa anual de destete en alrededor de un 10 %.
Continuando con el artículo publicado en El Tribuno Campo la segunda semana de mayo, en donde abordamos las generalidades de las pérdidas reproductivas, ahora nos focalizaremos en las causas infecciosas que producen abortos, las cuales se pueden dividir en bacterianas, virales, parasitarias (protozoarios) y fúngicas (hongos). Factores como la región, el tipo de producción, clima, manejo, y programas de vacunación pueden determinar las diferencias en la frecuencia de aparición de los patógenos que causan abortos.
En Argentina, la tasa de destete nacional promedio es de un 60 % para el ganado de carne y en vacas lecheras los abortos ocurrieron en el 10,4 % de las vaquillonas y el 7,4 % de las vacas, con un 53,6 % de pérdidas fetales dentro de los primeros 90 días de preñez. En términos generales se estima que las enfermedades infecciosas pueden reducir la tasa anual de destete en un 10% aproximadamente.
En la zona núcleo de Argentina las enfermedades descriptas con mayor frecuencia en casos de pérdidas reproductivas fueron la neosporosis, campylobacteriosis, leptospirosis y brucelosis, seguidas por diarrea viral bovina y herpes virus bovino. En el NOA la casuística etiológica de abortos es escasa, pero si se han descripto casos de abortos en Jujuy por diarrea viral bovina y neosporosis asociado a la deficiencia de yodo; mientras que, en Salta y Jujuy, a través de encuentras serológicas, se constató la circulación de neosporosis, leptospirosis, diarrea viral bovina y herpes virus bovino tipo 1.
Infecciones bacterianas
Los agentes bacterianos de mayor relevancia son Brucella abortus, Leptospira interrogans y Campylobacter sp. Con respecto a Brucelosis, los abortos ocurren generalmente en el último trimestre de gestación, descargando una gran cantidad de bacterias al medio ambiente, siendo la principal fuente de infección para el resto del rodeo como para los humanos. Inclusive hay que tener en cuenta que vacas infectadas pueden no abortar, sin embargo, causan la misma contaminación ambiental que un aborto.
El diagnóstico serológico es la forma más sencilla de diagnosticarla, teniendo que eliminarse todos aquellos animales que resulten positivos.
El esquema de vacunación obligatoria implica solo la aplicación a hembras de entre 3 a 8 meses de edad, ya que al cabo de los 24 meses los anticuerpos vacunales no interfieren con las técnicas de diagnóstico. Si se vacunan animales de mayor edad o repiten la vacuna, estos tendrán anticuerpos vacunales, los cuales no se pueden diferenciar de los anticuerpos producidos por una infección. Estos animales serán considerados positivos, impidiendo lograr que el establecimiento consiga ser libre de brucelosis y se tendrán que eliminar hembras sanas.
La leptospirosis se caracteriza por presentar abortos en el último trimestre de gestación o el nacimiento de terneros débiles. La humedad, suelos anegadizos con pH neutro o ligeramente alcalino y temperaturas cálidas, como así áreas con agua de bebida en general que concentran animales, son focos posibles de leptospirosis.
La campylobacteriosis es una infección bacteriana de transmisión sexual que causa muerte embrionaria y abortos esporádicos. Los toros infectados son la principal fuente de contagio por lo que el diagnóstico pre-servicio es de vital importancia a través de los raspados prepuciales, los cuales son de gran importancia respetando los protocolos establecidos, en cuanto a intervalos entre muestreos y cantidad de estos.
A su vez, existen bacterias (Arcanobacterium pyogenes, Bacillus sp, Escherichia coli, Histophilus somni, Pasteurella sp, Listeria sp, Staphylococcus sp, Streptococcus sp) a las cuales las podemos considerar como patógenos oportunistas y se asocian con abortos esporádicos. Estos organismos son habitantes comunes del huésped o su entorno, los cuales pueden ingresan al torrente sanguíneo de la madre pudiendo causar una inflamación en la placenta y ocasionar el aborto.
Infecciones virales
Las causas virales de aborto incluyen el herpesvirus bovino tipo 1 (IBR-1), Diarrea Viral Bovina (DVB) y, en menor medida, el herpesvirus bovino tipo 4 (IBR-4). De estos virus vamos a detenernos un poco en DVB debido a que su presencia en el rodeo puede ocasionar perdidas por acción directa, y a su vez por ser un virus que disminuye las defensas ocasionando el brote de otras enfermedades.
La infección por DVB se mantiene en una población bovina por el desarrollo de animales persistentemente infectados (PI). Estos actúan como una potente fuente de infección para los animales no vacunados y se estima que pueden llegar a constituir entre el 1 % y el 3 % en un rodeo infectado. La generación de un animal PI sucede cuando la infección fetal se produce entre los 90 y 120 días de gestación, y puede dar como resultado la muerte fetal o el desarrollo de un animal PI de por vida.
Los terneros PI nacidos en su mayoría mueren por la enfermedad de las mucosas (lesiones ulcerativas en el sistema digestivo que puede presentarse con fiebre elevada, anorexia, salivación y diarrea) entre los 6 y los 24 meses de edad, sin embargo, algunos animales PI viven lo suficiente como para unirse al rodeo general, siendo fuente de infección dentro del mismo, pudiendo potencialmente infectar hembras gestantes y generar nuevos PI, aparte de generar pérdidas embrionarias, abortos, teratogenia y nacimiento de terneros débiles.
En esto radica la importancia de incluir el diagnóstico de toros PI en los toros previo al servicio, ya que se transmite tanto por semen fresco como congelado. A su vez, como lo recalcó el doctor Anselmo Odeón (INTA Balcarce) en nuestra charla radial en el programa Claves del Campo (Radio Salta), los animales infectados sufren una inmunodepresión lo que puede llevar a la aparición de otras enfermedades ya sea en rodeos de cría, tambo o engorde.
Infecciones por protozoarios
Los principales agentes protozoarios asociados con el aborto en bovinos incluyen a Neospora caninum y a Trichomona feotus. La neosporosis se transmite principalmente desde la madre al ternero durante la gestación y a su vez por la ingestión de ooquistes infecciosos excretados por materia fecal de los caninos. La presentación más común asociada en la actualidad son los abortos esporádicos o endémicos, estando asociada a transmisión vertical en el rodeo. La madre es clínicamente normal y la mayoría de los abortos ocurren entre los 5 y 7 meses de gestación, o pueden nacer terneros con alteraciones nerviosas.
La trichomonosis es una enfermedad venérea, siendo los toros los portadores asintomáticos, y se asocia más a menudo con muerte embrionaria temprana y abortos tempranos en el ganado, pudiendo ser la causa de tasas de preñeces por debajo de hasta un 60 %. El diagnóstico se basa en el cultivo de raspados prepuciales considerándose como sanos a aquellos toros luego de dos análisis negativos consecutivos separados entre ellos entre 15 y 21 días, sin embargo, en rodeos positivos es recomendable realizar cuatro análisis consecutivos negativos para liberar los toros al servicio nuevamente.
En los rodeos que practiquen la detección de la gestación entre los 60 y 70 días, se recomienda la obtención de mucus cérvico-vaginal de las vacas vacías para el diagnóstico de trichomonas, la cual sirve a su vez para otros patógenos que causen abortos. Trabajando de esta manera logramos identificar en vacas vacías infecciones por Trichomonas foetus y Campylobacter sp.
Infecciones por hongos
El aborto puede ser causado por la invasión fúngica de la placenta y el feto y está asociado a sistemas estabulados con poca circulación de aire. El heno mohoso, la paja y el ensilaje son fuentes importantes de infección. Los hongos más frecuentemente aislados son Aspergillus fumigatus y las especies Absidia, Rhizopus y Mucor. Es posible que nazcan terneros vivos infectados. La madre no suele mostrar ningún otro signo clínico asociado con el aborto fúngico.
Para finalizar, volvemos a recalcar la importancia de realizar un diagnóstico de la situación general respecto a los índices productivos del establecimiento y actuar en consecuencia de manera coordinada entre todos los participantes de la cadena productiva, incluido el laboratorio.
Por: M. V. Dr. Emiliano Bertoni, director del Laboratorio de Diagnóstico Veterinario Centro Ganadero
Fuente: El Tribuno Campo