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Carne argentina: libre de hormonas y sustentable

Ipcva

El Instituto salió al cruce de afirmaciones que afirman que la carne argentina utiliza hormonas de crecimiento.

El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) salió al cruce de un artículo publicado hace algunas semanas en Alemania en el que se hacía referencia a que la carne argentina utiliza hormonas de crecimiento. En la respuesta -realizada a través de la Consejería Agrícola ante la Unión Europea, la Embajada Argentina en Alemania y el Consulado Argentino en Bonn- se aclaró que en nuestro país está absolutamente prohibido el uso de sustancias promotoras del crecimiento, aspecto que es controlado por el Senasa.

La publicación hacía referencia a que el acortamiento de los ciclos de producción en la Argentina se debe a la utilización de sustancias promotoras del crecimiento. El Ipcva destacó la falsedad de la afirmación y retrucó que “la mejora en los ciclos productivos se debe a tecnologías de manejo de los sistemas ganaderos y al perfeccionamiento permanente de la genética del rodeo, que desde siempre ha sido reconocida como un elemento distintivo del prestigio de la carne vacuna argentina a nivel internacional”.

Desde el Instituto señalan que los consumidores europeos tienen presente este prestigio y que prueba de ello es un estudio de mercado del Ipcva realizado hace un par de años en Alemania, Inglaterra, Francia e Italia, que señaló que cuando se le pregunta a los europeos cuál es la carne vacuna que más reconocen, las respuestas destacan en primer lugar a las carnes nacionales y en segundo lugar a la carne argentina.

“El prestigio de un bife de chorizo en los mejores restaurantes del viejo continente no es casualidad. Es fruto de un sabor inigualable, ese sabor que se ha construido desde el comienzo, con trabajo, con pasión y con visión de futuro”, afirman desde el Ipcva y agregan que si bien la suplementación con granos ha ganado terreno en los sistemas de producción, trabajos recientes del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) demuestran que en la actualidad la producción ganadera argentina sigue siendo eminentemente pastoril. Los datos arrojan que del total anual de kilogramos producidos, más del 80 % se hacen sobre pasto; y si bien es cierto que existe una porción del rodeo que posee una mayor proporción de grano en su alimentación, este ganado es destinado al mercado interno, que por una cuestión de gustos y preferencias se orienta más al consumo de carne de animales más livianos.

“En la Argentina se destinan anualmente alrededor de 30 millones de hectáreas (equivalente a la superficie total de Alemania) a la siembra de cultivos, como soja, maíz, trigo o girasol, entre los más relevantes, usando técnicas conservacionistas y amigables con el medio ambiente, como siembra directa, rotación de cultivos, cultivos de cobertura etc.”, argumentan desde el Ipcva y agregan: “La ganadería vacuna ocupa aproximadamente 65 millones de hectáreas bajo pastoreo, sujetas también al uso racional de suelos, previniendo el sobrepastoreo y con prácticas de pastoreo racional y rotativo o la implementación de sistemas silvopastoriles. A ello se debe agregar que esta gran superficie contribuye significativamente al secuestro de dióxido de carbono, reduciendo los efectos de los gases causantes del calentamiento global: En nuestro sistema productivo se secuestra más carbono del que se emite”.

El Instituto sostiene que Argentina tiene una gran tradición, pero también un alto compromiso con las futuras generaciones, ya que siempre tuvo una enorme responsabilidad en sus sistemas de producción y en la forma en que construye competitividad.

“La Argentina es un país ganadero por excelencia. Está en nuestra esencia como nación. Producimos, y seguiremos produciendo, carne de alto valor y sustentable”, concluyen desde el Ipcva.