Alejandro Nisnievich, especialista de Metalfor, describió este conjunto de normas y recomendaciones técnicas que se aplica a toda la cadena de producción.
Estas normas se tornaron primordiales para el trabajo que se realiza en el campo y las metas tienen que ver con el cuidado del medio ambiente, del suelo y de la salud de la población. El productor cumple un rol clave para que el cumplimiento de estas recomendaciones transforme el proceso en más productivo y responsable.
En el marco de una nueva jornada del Congreso Aapresid 2021, uno de los tópicos abordados es el de las Buenas Prácticas Agrícolas. Alejandro Nisnievich, especialista en Maquinaria Agrícola, Atención Técnica y Agricultura de Precisión de Metalfor, brindó un taller sobre BPA. Este conjunto de normas y recomendaciones técnicas se aplica a toda la cadena de producción, incluido el procesamiento y el transporte. “Consisten en la aplicación del conocimiento disponible a la utilización sostenible de los recursos naturales básicos para la producción, en forma benévola, de productos agrícolas alimentarios y no alimentarios, inocuos y saludables, a la vez que se procura la vialidad económica y la estabilidad social” según define la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Metalfor, empresa líder en fertilización y pulverización, informa de manera constante a productores, contratistas y a las compañías de fabricación, distribución y venta de fitosanitarios acerca de los parámetros y factores técnicos que refieren a la aplicación, circuito de pulverización y tecnologías agrícolas vinculadas a las Buenas Prácticas Agrícolas. Es clave el cuidado del operario, teniendo en cuenta el manejo de la máquina, la calidad de las aplicaciones y la preservación del medio ambiente. Este último ítem abarca el suelo, los cursos del agua y las cortinas forestales de los campos.
Nisnievich explicó que “si bien hay diversas formas de abordar el cumplimiento de las BPA, las distintas instituciones y organismos recomiendan el control de los fitosanitarios, los elementos de protección personal, almacenamiento e instalaciones específicas, procedimientos de recepción y el manejo de productos y la gestión de las Buenas prácticas agrícolas, el camino hacia una producción más sustentable”.
Metalfor participa activamente en todos los cursos provinciales de otorgamientos de licencia para manejo de pulverizadoras y tiene un rol activo en instituciones técnicas y demostraciones con máquinas nuevas para comprender de manera práctica todas las normativas que refieren a las BPA. “Para poder realizar una aplicación de fitosanitarios y fertilizantes, lo que se necesita es el carnet de operario, tener máquina habilitada, una receta fitosanitaria con la firma del profesional y cumplir con la ordenanza municipal, en caso de que no haya ordenanza local, se rige la ley de la provincia” dijo el especialista.
Córdoba, Santa Fe, Chaco y Santiago del Estero son las provincias que forman parte de la red BPA en la que Metalfor brinda capacitaciones, actividades y demostraciones técnicas a productores y operarios de manera responsable y segura para lograr la enseñanza y el aprendizaje de la práctica. Respecto a ello, Nisnievich señaló que, en lo cotidiano, se recomienda utilizar ropa y elementos de protección personal, el producto fitosanitario con su correspondiente marbete, el almacenamiento seguro y la guarda del bidón o caja ya usada. “También sugerimos tener los cuatro puntos para disminuir los riesgos laborales, como derrames, incendios e intoxicaciones. Tener en cuenta las BPA garantiza el cuidado del operario, del productor, del medio ambiente y, claro, del conjunto de la sociedad” agregó.
El objetivo de la implementación de las Buenas Prácticas Agrícolas es la producción de alimentos sanos y de calidad, a través del cuidado de los procesos y las condiciones de producción. Todo ello pendiente de la salud del trabajador rural, su familia y la sociedad, pero también de los recursos naturales. Es fundamental llevar a cabo actividades que permitan la protección y el cuidado de las plantas: la fertilización y la pulverización. La primera de ellas es una práctica que implica la correcta nutrición de la planta, lo que promueve el manejo responsable de los cultivos. El plan de fertilización debería contemplar las necesidades nutricionales del cultivo y la fertilidad del suelo. Contar con ello forma parte de un diagnóstico que debería realizarse de manera continua para llegar al objetivo productivo. La tecnología jugó un papel esencial en la maquinaria para ayudar al tratamiento de la planta.
Claro que la pulverización es trascendental, teniendo en cuenta el manejo integrado de plagas. Así, preserva a los cultivos de las adversidades como los insectos, las malezas, los hongos y las enfermedades. En ese aspecto, no trabajar correctamente la aplicación de las BPA tiene consecuencias económicas, ambientales y sociales.
Por estos días, las Buenas Prácticas Agrícolas son un pilar para la aplicación de fitosanitarios y puede dar garantías a la sociedad del correcto trabajo del sector. En este sentido, debemos saber que, en época de pandemia, el sector sigue siendo el sostén del país, de los pueblos del interior y el motor de la economía.