El paso por la ExpoRural 23 de ambas razas dio muestras de que la “pasión ganadera” aguanta un presente de sinsabores y apuesta a un gran futuro.
La pista central de Palermo volvió a recibir los pasados lunes y martes a la mejor genética de las razas Braford y Brangus del país. En un contexto extremadamente difícil para el sector ganadero, los productores de ambas razas volvieron a decir presente en el evento más importante de la ganadería argentina que, a la vez, es la vidriera de la actividad pecuaria nacional para otros países.
Los reproductores Braford y Brangus expuestos mostraron ser el fruto de una ardua y minuciosa tarea en materia de genética, adaptabilidad y superación por parte de los ganaderos. También, de un empuje que desde el interior del país muestra un camino a seguir en cuanto a la apuesta por un futuro mejor en cuanto a productividad, aguantando un presente agobiante.
Las charlas con los productores están llenas de reclamos y pesares, pero al en minutos se vuelven optimistas y resilientes al mirar el futuro con una óptica de superación que solo el ganadero argentino tiene.
Los Braford
Con la jura de Carlos Ojea Rullán, la raza Braford consagró el lunes a sus campeones de la 135° Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional de la Sociedad Rural Argentina. Participaron 110 reproductores de 33 cabañas de distintas provincias del país.
Al momento de la consagración de los campeones, Ojea Rullán destacó el nivel de la genética Braford que participó de la muestra y el empuje de los ganaderos argentinos, ya que a pesar de las dificultades a las que se enfrentan siguen apostando al mejoramiento de la raza y el crecimiento de la ganadería.
El premio Gran Campeón Hembra fue para una vaquillona hija de “Midas” de cabaña La Matilde, Entre Ríos. Para Reservado Gran Campeón Hembra el jurado se inclinó por una vaquillona mayor de las cabañas Mirungá y Don Cancio, Corrientes y Santiago del Estero. Tercer Mejor Hembra fue elegida una ternera mayor de las cabañas Doble Zeta y La Pasión.
Los premios mayores en machos salieron de una fila muy pareja, destacados por Ojea Rullán como “animales funcionales, con una excelente producción carnicera y buenas cualidades reproductivas”. Gran Campeón Macho fue elegido un hijo de “Domingo” de la categoría Senior, propiedad de cabaña La Dominga, Córdoba. De esa misma categoría salió también el Reservado Gran Campeón Macho, presentado por cabaña Don Cancio, Santiago del Estero; se trata de un hijo de “Experto” que había sido segundo de la categoría. El premio Tercer Mejor Macho fue para una cabaña debutante y con el primer animal que registró en Braford, es cabaña La Trinidad, Buenos Aires, y el toro, de la categoría Junior, es un hijo de “Midas”.
“Estamos muy contentos, porque con todo lo que pasó la ganadería venimos a batir los récords de Braford en Palermo y con una calidad extraordinaria. El empuje, esfuerzo y profesionalismo de los criadores hace que la raza vaya cada año subiendo un peldaño, y no importa si hay sequía o crisis, siempre apuestan a futuro y piensan que el año que viene vamos a estar mejor”, dijo Juan Manuel Alberro, presidente de la Asociación Braford Argentina.
¿Cómo se entiende que a pesar de todos los inconvenientes el ganadero siga apostando?, le preguntó El Tribuno Campo al dirigente de la Braford y dijo: “Hay que conocer al ganadero para saber que es una máquina de empujar, producir y dar trabajo. Estamos a un paso de una elección y, sin importar quien gane, esperamos que cumplan, que tengan palabra como tiene el ganadero y que hagan las cosas como dicen antes de las elecciones que las van a hacer. En este país, hace falta, sobre todo en la clase dirigente, respetar el valor de la palabra”.
Los Brangus
Pedro Borgatello (h) fue el jurado de la raza Brangus, que eligió sus grandes campeones el martes. Tanto en las filas de hembras como de machos se contó con un destacado número de reproductores de alto valor genético.
“Me centré en elegir animales moderados, de marcado dimorfismo sexual, correctos en su desplazamientos y aplomos; además, en macho hice mucho hincapié en los prepucios para que sean toros que puedan tener una vida útil larga y sin lesiones”, destacó el jurado y ponderó al Gran Campeón por su “notoria corrección en todas sus líneas”.
Sobre el momento de la raza, Borgatello señaló que “ya hace varios años que está muy bien, siempre hay un Palermo un poquito mejor o un poquito peor, pero nos tiene acostumbrados a que, año a año, se viene levantando la vara, no con grandes saltos, porque la raza a nivel poblacional tiene un muy buen presente”.
La Gran Campeón Hembra fue una vaquillona mayor (Guasunchos MAY 8726 Serena T/E) de Gregorio, Numo y Noel Werthein y Enrique R. Zeni y Cía.; en tanto que la Reservada fue una vaca mayor (El Porvenir 9739 T/E) de Walter Edgardo Orodá.
En machos, el Gran Campeón fue un toro de la categoría Dos Años Menor (El Porvenir 10611 Francesco T/E), también de Walter Edgardo Orodá, que fue secundado por un toro dos años mayor (Luquense 467 Mundial) de Ganadera del Villaguay.
“No deja de sorprender la mejora continua del nivel de la genética y eso es lo lindo de esta actividad: esta mejora enfocada a la productividad, a la generación de trabajo, riqueza e inversiones, que es la única manera de levantar el nivel de desarrollo humano de nuestra gente del interior y del país”, le dijo a El Tribuno Campo el presidente de la Asociación Argentina de Brangus, Pedro Navajas, quien además destacó la condiciones de los ejemplares de la raza como “máquinas de productividad, para producir riqueza y valor, transformando las materias de bajo valor, como son nuestros pastos, en carnes de alto valor”.
Navajas describió que la ganadería atraviesa un momento muy malo por la sequía de tres años que viene sufriendo, a lo que se le suman las complicaciones que imponen las autoridades nacionales a nivel comercialización, controles de precios, una “nube de impuestos, tasas y contribuciones”, y distorsiones de precios relativos y costos. “La economía de nuestro sector hace un giro muy grande valor, pero no quedan excedentes en ninguna parte de la cadena. Cuando nos comparamos con los países vecinos, a nuestros colegas les va bien, crecen ellos y sus comunidades; nosotros siempre estamos hablando del potencial que tenemos y nunca se convierte en realidad”, concluyó.
Por: Belisario Saravia Olmos