Los insumos biológicos se presentan como una complementación en la agricultura con un desafío claro: seguir creciendo en el continente con la mirada puesta en la productividad.
El productor agropecuario de hoy no solo busca rendimiento: quiere eficiencia, rentabilidad y sustentabilidad. Y en ese nuevo paradigma, los productos biológicos dejaron de ser una promesa lejana para convertirse en aliados clave en el manejo de los cultivos.
De norte a sur, América Latina vive una transformación: más hectáreas tratadas con biológicos, nuevas tecnologías en el campo, marcos regulatorios más ágiles y una convicción creciente de que la salud del suelo y del negocio pueden ir de la mano.
El cambio no es solo técnico, es cultural. Cada vez más productores, asesores y empresas entienden que los biológicos permiten adaptarse mejor a contextos climáticos inciertos, reducir residuos, cumplir con certificaciones internacionales y acceder a mercados exigentes.
Además, con precios más competitivos y mayor desarrollo tecnológico, estos insumos se vuelven cada vez más accesibles y confiables.
Un escenario en movimiento
Aunque el 2024 trajo desafíos económicos y climáticos, Latinoamérica está atravesando un proceso acelerado de adopción de productos biológicos. Brasil marca el ritmo: la soja representa el 55% del uso de bioinsumos, seguida por el maíz (27%) y la caña (12%).
La nueva Ley de Bioinsumos simplifica registros, fomenta la producción on-farm y redefine su marco normativo. Se estima que el mercado brasileño alcanzará los R$ 5,62 mil millones en la campaña 2024/25.
México avanza con fuerza en cultivos de exportación como aguacate y berries, mientras que Argentina consolida el uso de biofertilizantes y bioestimulantes, especialmente en soja, maíz y trigo. Colombia y Perú, por su parte, ganan tracción en café, banano y hortícolas, con foco en calidad y trazabilidad.
Cuando el contexto aprieta, lo biológico responde
En un año difícil, con márgenes ajustados y escaso acceso al crédito, los productos biológicos no solo resistieron; ganaron espacio. Su menor impacto ambiental, mayor competitividad en costos y capacidad de generar valor en mercados exigentes los vuelven una herramienta clave.
En Brasil, por ejemplo, entre las campañas 2023/24 y 2024/25, los costos por aplicación de biológicos bajaron entre un 12% y un 23% según el tipo de producto.
Sin embargo, aún persisten barreras: falta de disponibilidad en puntos de venta, escasa capacitación técnica y desafíos en formulación y compatibilidad. Como advierte Ignacio Moyano, vicepresidente para LATAM de DunhamTrimmer: “el productor decide en el momento. Y si no tenés el producto en el lugar y la hora justa, perdiste la oportunidad”.
Un congreso clave para entender el presente y el futuro
En este contexto, el Congreso Casafe 2025 se posiciona como un espacio clave para repensar el rol de los bioinsumos en la agricultura moderna. Con foco en innovación, tecnología y buenas prácticas agrícolas, reunirá a expertos, empresas y referentes del sector.
En el evento, Moyano será uno de los protagonistas del panel “Mercado de Biológicos: ¿Dónde estamos?”, donde compartirá su visión sobre la evolución del mercado global de bioinsumos.
Junto a referentes locales como Luis Mogni (SomeraS.A.S.), analizarán tendencias, segmentos emergentes y oportunidades de crecimiento tanto a nivel internacional como argentino. El objetivo será entender en qué punto se encuentra el universo biológico y hacia dónde se dirige en esta nueva etapa del agro.
La revolución ya empezó
La innovación no se detiene. Aparecen tecnologías como la fijación biológica de nitrógeno vía foliar, coformulaciones bioquímicas, e incluso soluciones disruptivas como el control de malezas con calor o láser. América Latina, con su diversidad de cultivos y apertura a la innovación, tiene todo para liderar esta transformación.
Con una proyección de crecimiento anual del 14,65% hasta 2030 (DunhamTrimmer), los biológicos ya no son una tendencia: son una necesidad estratégica. Porque la revolución biológica redefine cómo producimos, cómo cuidamos el suelo y cómo competimos en el mercado global.