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Biológicos, ejes estratégicos del agro

Con una agenda diversa y fuerte presencia público-privada, el Congreso Casafe 2025 – Edición Biológicos reafirmó el rol clave de los bioinsumos en la producción agrícola sustentable y tecnificada.

El pasado 12 de junio, el Congreso Casafe 2025 – Edición Biológicos reunió en Rosario a más de mil asistentes para analizar la evolución del mercado de bioinsumos y proyectar los próximos pasos de una agricultura más eficiente y sostenible. Con la participación de 33 funcionarios de 10 provincias, el evento reflejó el creciente respaldo institucional y empresarial a las tecnologías biológicas.

Organizado por la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe), el congreso sirvió como espacio de encuentro entre sectores público, privado y académico. “El futuro del agro está ligado a la sustentabilidad, y no hay sustentabilidad sin innovación”, afirmó Federico Garat, vicepresidente de CASAFE. Su director ejecutivo, Federico Landgraf, destacó que la cámara acompaña este proceso “desde hace 76 años con ciencia, innovación y Buenas Prácticas Agrícolas”.

Radiografía de un mercado en expansión

Bajo la conducción del periodista Mauricio Bártoli, el primer bloque del Congreso, titulado “Mercado de biológicos: ¿dónde estamos?”, ofreció un panorama actualizado del sector. Ignacio Moyano Córdoba, de la consultora Dunham Trimmer, y Luis Mogni, de Somera S.A.S., aportaron datos concretos sobre el crecimiento sostenido del mercado argentino de bioinsumos, que en 2024 mostró un aumento del 10,9 %. Ambos coincidieron en que el segmento de tratamiento de semillas ya representa el 51 % del volumen total, mientras que los bioinsecticidas duplicaron su facturación en el último año.

Además, plantearon una proyección a 2047 en la que el mercado global de insumos agrícolas se dividiría en partes más equitativas entre soluciones químicas y biológicas, lo que marcaría un giro estratégico hacia modelos mixtos más sustentables. Moyano Córdoba y Mogni destacaron la necesidad de acompañar ese cambio con una mayor inversión en formulación, desarrollo y transferencia tecnológica para que los bioinsumos consoliden su posición no solo como alternativa ambiental, sino como una herramienta eficaz y rentable.

Perspectivas internacionales y desafíos compartidos

El segundo bloque, “¿Qué hay y qué se viene en biológicos? Experiencias en otros países”, fue guiado por Daniel Aprile y trajo al escenario una mirada comparada que combinó realidades de Brasil y Estados Unidos con el contexto argentino. Sergio Abud, referente de Embrapa, y Fernando Dini Andreote, investigador de Esalq-USP, expusieron los avances del sistema brasileño en la incorporación de tecnologías basadas en biodiversidad del suelo y formulaciones microbianas, destacando el papel de la ciencia pública en ese proceso.

Desde el sector privado, Thales Facanelli Martins, de Biotrop, aportó una visión empresarial sobre cómo el manejo integrado de plagas y la agricultura regenerativa están transformando los modelos productivos en la región. Por su parte, Nicolás Reinoso, del proyecto The NetZero (EE.UU.), compartió los avances en bioinsumos vinculados a estrategias de carbono neutro y prácticas de cultivos de servicio, mostrando cómo estas tecnologías se integran a políticas de sustentabilidad más amplias.

El panel dejó en claro que el desarrollo de los bioinsumos requiere tanto adaptación local como una apertura al aprendizaje global, donde las experiencias externas funcionan como catalizadores para acelerar los cambios en los sistemas productivos nacionales.

Innovación tecnológica con impacto real en el campo

Con la moderación del periodista agropecuario Belisario Saravia Olmos, el panel “Innovación y tecnología en biocontrol y bioestimulación” puso el foco en los avances concretos que ya están transformando el uso de bioinsumos a escala productiva. En este espacio se cruzaron experiencias de empresas tecnológicas, desarrolladores de insumos y referentes del sector agroindustrial, con un punto en común: la innovación como herramienta para lograr eficiencia, trazabilidad y resultados medibles en campo.

Adrián Mitidieri, de Agrodesarrollos S.A., compartió su experiencia en el desarrollo de biocontroladores adaptados a distintas zonas agroecológicas, mientras que Wenceslao Tejerina, de AgroEstrategias Consultores, enfatizó en la necesidad de acompañar estos productos con servicios técnicos personalizados y capacitación a productores. Desde el ámbito industrial, Julio Priotti, de Aceitera General Deheza (AGD), mostró resultados de campo con bioestimulantes en distintas etapas del cultivo, señalando mejoras significativas en vigor, sanidad y rendimiento.

Por su parte, Eduardo Amendola, de PLA by John Deere, presentó innovaciones en maquinaria y tecnologías de aplicación que permiten una integración más precisa y eficiente de bioinsumos en los esquemas productivos. En conjunto, el panel dejó en evidencia que la sinergia entre ciencia, tecnología y experiencia aplicada ya está permitiendo que los productos biológicos dejen de ser una promesa para convertirse en una solución comprobada.

Una agenda con respaldo institucional

Desde el ámbito público, se hicieron presentes Gustavo Puccini, Ministro de Producción, Ciencia y Tecnología de Santa Fe; y Manuel Chiappe, Subsecretario de Agricultura de la Nación. Ambos coincidieron en la importancia de construir políticas activas, regulaciones claras y marcos de incentivo para el desarrollo del sector biológico, resaltando que el crecimiento del agro sustentable no puede depender sólo de la iniciativa privada.

El cierre del congreso estuvo a cargo del economista Santiago Bulat, de Invecq, quien relacionó la coyuntura macroeconómica argentina con la necesidad de generar entornos estables que fomenten la inversión en tecnologías verdes. A su juicio, la sustentabilidad no es solo una cuestión ambiental, sino una estrategia económica para agregar valor y competitividad al agro nacional.

El Congreso Casafe – Edición Biológicos 2025 dejó un mensaje claro: el futuro del agro argentino pasa por la sustentabilidad, y los bioinsumos son protagonistas de ese cambio. Con evidencia técnica, respaldo institucional y mirada internacional, el evento marcó un nuevo hito en la consolidación de un modelo agrícola más responsable, rentable e innovador.