Por la invasión de Rusia a Ucrania académicos anuncian, además, una caída de la tasa de crecimiento de la economía mundial y un fuerte impacto en el mercado energético.
Víctor Beker y Luis Agüero, académicos e investigadores de la Universidad de Belgrano, analizaron para el diario Ámbito Financiero las consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania sobre la economía mundial. Anunciaron una caída de la tasa de crecimiento de la economía mundial, un fuerte impacto en el mercado energético y en los mercados financieros y un alza del precio de cereales y oleaginosas.
“La estimación del FMI de un aumento del PBI global del 4,4% para 2022 deberá ser revisada a la baja. La magnitud de la revisión dependerá de la intensidad y duración del conflicto. Las peores perspectivas son, naturalmente, para el continente europeo” explicó Beker y añadió que “Rusia es un importante productor y exportador de gas. Un 40% del consumo europeo es provisto por ese país. Esto tendrá un efecto alcista en el precio del gas y en la disponibilidad de gas licuado a escala mundial. También el precio del petróleo acusará un impacto al alza, ya sea porque Rusia reduzca sus exportaciones o porque los países occidentales impongan sanciones a quienes las adquieran”.
Advirtió que “como en todo momento de turbulencia, se espera una liquidación de activos financieros en favor del oro y del dólar, que son los activos de reserva por excelencia; de todas maneras, la suerte del dólar estará atada al rol que jueguen los Estados Unidos en el conflicto”. Y finalmente, anunció que “Rusia y Ucrania son fuertes productores y exportadores de trigo, la merma en la oferta, debido al conflicto bélico, dispararía los precios, abarcando al resto de los cereales y oleaginosas”.
Además, consultado por las consecuencias para la Argentina de la invasión, consideró que “el aumento en el precio de nuestras exportaciones primarias puede ser un factor positivo, aunque el menor crecimiento de la economía mundial conspirará contra el resto de nuestras ventas al exterior, y deberemos hacer frente a un abultamiento de la factura por las importaciones de energía. El relativo aislamiento de la Argentina respecto de los mercados de capitales haría que las turbulencias financieras puedan tener un menor efecto que en otros países”.
Y Agüero coincidió en que “si bien la Argentina se beneficiará por el incremento del precio de los alimentos, esto se compensará con los crecientes costos de importación de energía”. “En un contexto de debate interno sobre los subsidios al consumo energético, el incremento en los costos de generación hará prácticamente imposible que estos subsidios bajen en términos reales en 2022” pronosticó y consideró que “a pesar de que la errática política exterior argentina no permite prever cuál será la postura de un país que hace días nomás tuvo a su presidente ofreciéndolo como puerta de entrada de Rusia a la región, en un contexto de negociación con el FMI y con la necesidad de conseguir el apoyo de las potencias occidentales, la Argentina se verá obligada a elegir un bando”.
“Sólo el 1% de las exportaciones argentinas tiene como destino Rusia y hay pocas inversiones rusas en el país, no habrá un impacto fuerte si se impone algún tipo de sanción en el comercio de mercancías o a empresas de origen ruso” dijo y destacó que “en el largo plazo, el conflicto puede presentar una oportunidad para la Argentina porque Europa limitará sus importaciones de energía desde Rusia, y necesitará importar desde otros orígenes: el potencial que tiene Argentina en el sector y la histórica buena relación entre nuestro país y el continente europeo lo presenta como una interesante opción para suplir parte de esa futura demanda”.