Los principales pilares de ALZ-Agro -rendimiento, valor agregado y sustentabilidad- estuvieron en sintonía con los del evento.
La agricultura moderna demanda soluciones amigables y sustentables, con mayor productividad y rentabilidad. Así, esta industria gana protagonismo con insumos más novedosos e innovadores que colaboran con la practicidad y eficiencia en la producción. Insumos más rentables y de mayor calidad. El mundo lo exige y “el compromiso desde ALZ-Agro es estar a la altura de las circunstancias”, afirma Luis Perez, socio fundador y director de Marketing del grupo.
Él sostiene que el mundo exige productividad, rentabilidad y, al mismo tiempo, soluciones más amigables y sustentables. Este cambio, desde ALZ-Agro, se plantea a partir del reemplazo y la optimización estratégica del sistema. “Proponemos soluciones con menos huella de carbono y aplicando productos orgánicos que nutran y brinden las condiciones que requieren las plantas para superar situaciones de estrés. Se trata de propuestas más económicas, menos perjudiciales para el ambiente, para las personas y con muchas ventajas”, explica.
La incorporación de productos biológicos al sistema tiene beneficios reales tanto en rinde como en todas las variables involucradas. El cambio radica, también, en la forma de comprender el proceso.
Balance y perspectivas
En la última década la tendencia del maíz fue creciente, tanto en superficie cultivada como en producción, más allá de las fluctuaciones propias debidas a la variabilidad climática. Y, por sobre todas las cosas, la mejora en la rentabilidad amplió de forma considerable el área sembrada de este cereal.
Argentina es el tercer exportador mundial con el 16,6% del total comercializado (año 2018), detrás de Estados Unidos y Brasil, y lidera los cambios en agricultura gracias a la innovación.
La producción de bioetanol de maíz muestra un aumento constante desde 2012, salvo en 2018 que mostró por primera vez un descenso del 3%, aunque inferior a la caída de la producción total de caña y maíz que fue del 7%.
Cada porción del grano es aprovechada para obtener una amplia variedad de productos que se destinan al consumo directo o bien, como insumos en otras industrias.
Por todo esto, la industrialización del maíz es una de las actividades del agro que genera mayor valor agregado.
Este camino se está transitando a partir del uso de bioproductos. Esto requiere un plan integral que incluye ensayos conjuntos, evaluaciones y mediciones de calidad, efecto global, entre otros ítems. Con estos cambios que van sucediendo, aparecen nuevas preguntas para evaluar y responder.
15 años al servicio del productor agropecuario
ALZ-Agro comercializa la marca Nord, semillas que cuentan con biotecnología de punta para la protección de cultivos, tanto para lepidópteros como para malezas. La más reciente, PowerCore Ultra Enlist, brinda ambas protecciones en una misma semilla. Con más de 300 mil bolsas de maíz vendidas por campaña, continúa creciendo sostenidamente en el mercado de este cultivo.
ALZ-Agro nació en 2007 como una empresa de semillas a través de un convenio con Dow y en estos 15 años diversificó el crecimiento. “Operamos tanto en el rubro de mercados, como en nutrición animal y vegetal; desarrollamos las startups QIRA y QIRA Pagos, la primera plataforma para comprar agroinsumos 100% online y la billetera del campo para operar en pesos y en granos, respectivamente”, detalla. “Además, cada unidad de negocio va generando oportunidades y nos desafía a desarrollar nuevos servicios. Tenemos un equipo de 120 empleados y exportamos a diferentes mercados”, concluye Luis Perez, orgulloso de participar del evento.