Inicio Ganadería ¿Alcanza con buenos precios para que la ganadería despegue?

¿Alcanza con buenos precios para que la ganadería despegue?

Especialistas advierten que, sin estabilidad, crédito y reglas claras, los valores favorables no alcanzan para impulsar un verdadero despegue del sector.

La ganadería argentina arrastra, desde hace más de una década, problemas estructurales que limitaron su expansión y frenaron la capacidad del país para capitalizar sus ventajas comparativas. Según un informe de Franco Artusso y Valentino Costamagna, responsables de la sección Agroindustrial del Ieral, el stock bovino -capital productivo de la actividad- no volvió al nivel que tenía 15 años atrás, antes de la fuerte liquidación de vientres ocurrida entre 2008 y 2010 como consecuencia de las intervenciones en la exportación.

Las restricciones aplicadas durante años al negocio ganadero, orientadas a contener los precios internos mediante cupos, trabas comerciales y limitaciones a las exportaciones, desincentivaron la inversión y acortaron el horizonte de planificación. A esto se sumaron la falta de crédito alineado con los plazos biológicos de la producción bovina, la escasez de mano de obra rural y una rentabilidad persistentemente menor a la agrícola, todo en un contexto de volatilidad macroeconómica e imprevisibilidad regulatoria. El resultado fue un estancamiento prolongado del stock y pérdida de dinamismo productivo.

Sin embargo, el escenario reciente muestra señales de un cambio incipiente. Desde el inicio de su gestión, el Gobierno nacional implementó medidas que marcan un giro hacia una orientación más promercado y hacia una mayor articulación con el sector privado. Entre estas señales se destacan la eliminación de los derechos de exportación (DEX) para las vacas, la reducción de alícuotas en determinados subproductos, la simplificación de trámites para frigoríficos exportadores y el inicio de negociaciones para ampliar destinos comerciales. Esto ocurre en un contexto acompañando por precios favorables en el plano doméstico e internacional.

El informe del Ieral organiza el análisis en tres ejes: la evolución de las exportaciones de carne vacuna en 2025, el impacto de la ampliación de la cuota arancelaria preferencial de EE. UU. y la dinámica de precios de la hacienda en el mercado interno. La pregunta es si este entorno de precios es suficiente para que la ganadería ingrese en una fase de expansión sostenida.

Un frente externo con precios firmes: entre enero y septiembre de 2025, las exportaciones de carne y subproductos sumaron 572 mil t/peso producto, por US$ 2.826 millones (M). En comparación con igual período de 2024, los volúmenes cayeron un 11 %, pero el valor exportado creció un 17 %, impulsado por un incremento del 32 % en el precio promedio ponderado.

La merma en los volúmenes se concentró en la carne deshuesada, que retrocedió un 14 % y representa entre el 65 y el 70 % del total exportado. También disminuyeron las menudencias (-15 %), mientras que los huesos del desposte y la carne con hueso se mantuvieron prácticamente estables.

En perspectiva de 5 años, los volúmenes estuvieron 5 % por debajo del promedio, pero los valores 6 % por encima. Sin embargo, la dinámica mensual muestra una mejora clara: desde junio, los volúmenes y valores se ubicaron entre los niveles más altos del período 2019–2024. En precios constantes, los registros de agosto y septiembre fueron máximos históricos para esas fechas.

China domina, pero EE. UU. abre una ventana estratégica: China continúa siendo el principal destino, absorbiendo el 65,6 % de las cantidades exportadas entre enero y septiembre de 2025 (375 mil t). Luego aparecen Israel (7,2 %), EE. UU. (5,2 %), Rusia (4,3 %) y mercados europeos y regionales con participaciones menores. En conjunto, el top ten concentró el 94,4 % de los envíos.

En valor, el ranking varía porque los cortes enviados y su precio internacional difieren según el mercado. China explica el 48,6 % del valor total, muy por debajo de su participación en volumen, mientras que Israel, Alemania, EE. UU. y Países Bajos elevan su incidencia en valor al demandar cortes de mayor calidad o certificaciones específicas.

En este panorama, la decisión del Gobierno de Estados Unidos de cuadruplicar la cuota arancelaria preferencial para Argentina -de 20.000 a 80.000 t- es un hito central. En un escenario donde Argentina logre colocar el total del cupo, EE. UU. podría convertirse en el segundo destino más relevante después de China, desplazando a Israel.

Además, esta ampliación reduce la dependencia del contingente global de “otros países” (65 mil t), que Brasil suele agotar rápido debido a su elevado volumen de exportaciones sin acuerdo preferencial. Contar con una cuota específica ampliada garantiza un acceso más estable y menos condicionado por la competencia regional.

Aun así, la cuota argentina sigue siendo marginal frente al mercado estadounidense, que en 2024 importó 1,52 M de t. Australia, Canadá, Brasil, Nueva Zelanda, México, Uruguay y Nicaragua dominan el abastecimiento. Pero, como señalan los autores, la ampliación representa un salto significativo en términos de posicionamiento estratégico.

El mercado interno, señales positivas, pero no contundentes: en el plano doméstico, los precios de la hacienda en pie muestran un comportamiento favorable. En octubre, el precio promedio en Cañuelas alcanzó $3.171 por kg/vivo, un 30 % por encima de octubre de 2024 en términos reales, 18 % por encima del promedio de los últimos 15 octubres y 15 % por encima del promedio entre 2010 y 2024.

Las subas fueron homogéneas entre categorías livianas y pesadas, todas con incrementos reales de entre 30 % y 32 % interanual. En dólares constantes, el precio promedio ponderado llegó a US$ 2,21 por kg/vivo, un 20 % por encima de octubre de 2024 y apenas por encima de los promedios de largo plazo. El ternero de 160–180 kg promedió $ 4.661 por kg/vivo (+33 % interanual real) y US$ 3,25 por kg/vivo.

En síntesis, los valores actuales de la hacienda son muy buenos en términos históricos. Octubre de 2025 fue el tercer mejor octubre de los últimos 15 años en Cañuelas. Sin embargo, en dólares, los valores se alejaron del pico de marzo de 2025 y se acercaron a su promedio histórico.

No obstante, como advierte el informe, la faena de hembras -clave para anticipar un cambio de ciclo ganadero- aún no muestra señales firmes de retención. Esto sugiere que, pese a los buenos precios, el productor no percibe aún un nivel suficiente de estabilidad para comprometerse con decisiones de largo plazo.

Más allá de los precios, ¿qué necesita la ganadería para despegar?: en el análisis final, los autores describen un escenario de precios firmes, internos y externos, y oportunidades estratégicas concretas, especialmente por la ampliación de la cuota estadounidense. Sin embargo, también advierten que los problemas estructurales que afectan a la ganadería argentina no se solucionan únicamente con precios favorables.

El informe recuerda que el 31 de octubre finalizó la eliminación transitoria de los DEX. Estas decisiones, de naturaleza cortoplacista, generan señales inconsistentes y deberían evitarse en favor de instrumentos estables y previsibles, acordes a los ciclos biológicos de la actividad.

Para Artusso y Costamagna, el despegue requiere profundizar medidas promercado, avanzar hacia la eliminación de los DEX, crear instrumentos financieros adecuados a los plazos de la ganadería y resolver el cuello de botella laboral que afecta al sector.

La ganadería argentina tiene potencial para crecer, pero necesita estabilidad, crédito, previsibilidad y un entorno regulatorio que acompañe un proyecto de largo plazo. Los buenos precios son un incentivo importante, pero no suficiente para impulsar por sí solos un cambio de ciclo productivo.