“Hay muchos indicadores bajistas para los granos” advirtió el analista Pablo Adreani al analizar el mercado nacional y mundial de los cereales y las oleaginosas.
El reconocido analista del negocio granario, Pablo Adreani, advirtió que “todos los vientos soplan en contra de la soja y el maíz”.
“El informe mensual del USDA profundizó el tobogán que venían mostrando los precios” expresó el especialista en una columna de análisis publicada en el diario La Voz del Interior y añadió que “en el plano interno, hay muchos indicadores también bajistas para los granos”.
La opinión de Pablo Adreani
La semana comercial que pasó tuvo noticias negativas tanto provenientes desde el exterior como en nuestro mercado interno. El primer impulso de viento en contra para los precios de los granos fue el informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos del 12 de octubre, en el que el organismo aumentó en 2 millones de toneladas la estimación de producción de soja de Estados Unidos.
La proyección es una cosecha de 121,06 millones de toneladas, contra 119,04 millones estimadas en septiembre y 114,75 millones de la campaña anterior. Además, sería la mayor producción sojera en la historia de ese país. Con respecto al maíz, el USDA incrementó en 500 mil toneladas la estimación de cosecha, ubicándola en 381,49 millones contra 380,93 millones del informe previo y 358 millones de la temporada 2020/21.
A priori, estos cambios no deberían haber tenido la fuerza suficiente como para generar una consistente baja en el mercado. Sin embargo, la reacción del maíz en Chicago fue bajista, acompañando el fuerte impacto negativo que tuvo el reporte del Usda en los valores de la soja.
A nivel local, se suma una muy buena oferta de granos disponibles: se están comercializando unas 400 mil toneladas por semana de soja y 500 mil de maíz, que actúan como principal detonante de la baja de los precios. En el caso del maíz, hay que sumar el impacto que tuvo la noticia que el gobierno nacional había cerrado los registros de exportación. No obstante, la resolución indica que se limitan los registros a las declaraciones jurada de ventas: esto es que se permiten declarar ventas al exterior siempre y cuando estén respaldadas con la compra de maíz físico, y con barcos nominados con fecha estimada de arribo.
En la práctica, se limitan los registros sólo a lo necesario para cumplir embarques y vapores nominados. Los operadores del negocio acuñan una frase muy conocida “vender con el rumor y comprar con la noticia”. En este caso la noticia fue bajista, y el primer impulso fue bien aprovechado por los exportadores, que mientras tengan oferta de maíz disponible seguirán activos en el mercado. Y si es en baja, mucho mejor.
Sobre este punto, hay que remarcar que los registros para el maíz de la nueva cosecha 2021/22 permanecen abiertos y sin limitantes. El dato de mercado es que los exportadores ya tienen compradas de maíz viejo o disponible 39 millones de toneladas, y ya tienen cubierto todo el saldo exportable.
El impacto bajista hizo que el mercado de maíz aterrizara en un nuevo mínimo de 188 dólares la tonelada para posición disponible y para maíz nueva cosecha, mientras que marzo 2022 cotiza a 186 dólares y julio a 172 dólares. Bajo este panorama, la pregunta del millón es: ¿Seguirá la baja? La cosecha de maíz estadounidense está en un 50% y, si el clima lo permite, en semanas más podría estar terminada. De allí que no se pueden descartar ajustes adicionales en Chicago, que tendrán impacto directo sobre el mercado doméstico.
En la soja, el informe del USDA potenció la caída en Chicago y la oleaginosa acumuló una pérdida de 20 dólares en una semana. Otra mala noticia es que en Argentina los márgenes de molienda siguen en terreno negativo y esto no ayuda para nada en la recuperación de los precios. En estos momentos, la industria tiene 3,5 millones de toneladas “priceadas” y disponibles para ser procesadas, lo que cubre por lo menos un mes de molienda.
En este marco, el dato “clave” es el volumen de soja en poder de los productores: alcanza a 12 millones de toneladas físicas sin vender, y otras 5 millones sin precio fijado. Es la otra espada bajista que asoma sobre este mercado: mientras la exportación de poroto de soja mantenga márgenes del negocio positivo, el precio de la soja podrá resistir la baja. Pero cuando los exportadores se retiren, la industria aceitera buscará recuperar parte de los márgenes negativos que tuvo que asumir en los últimos meses.
Si a esto le sumamos que la cosecha de soja en Estados Unidos podría estar finalizada para fines de octubre, Chicago no se escapa de una potencial baja probable en las próximas dos semanas.