Los especialistas Marcelo de la Vega y Alejandro Piñeiro repasaron el panorama de las malezas en el NOA y NEA y las herramientas disponibles para su control.
En el marco del ciclo #VocesExpertas de UPL, Marcelo de la Vega (UNT) y Alejandro Piñeiro (UPL) compartieron experiencias sobre el control de malezas gramíneas y latifoliadas en barbechos de NOA y NEA.
“Etimológicamente, la palabra barbecho viene del latín vervactum que significa lo que hacemos para la primavera”, comenzó explicando Marcelo De la Vega, consultor y docente de la Cátedra de Terapéutica Vegetal de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), y argumentó que el manejo de malezas no termina con la cosecha. Las decisiones que se toman inmediatamente después son claves para el próximo cultivo.
Durante el barbecho, las malezas pueden interferir en la capacidad del suelo de almacenar agua en el perfil y de reciclar nutrientes, lo que puede condicionar futuros rendimientos desde etapas muy tempranas. “Hacer barbecho tiene una importancia fundamental porque podemos usar productos que no son selectivos y en momentos en que no causamos daños al cultivo”, enfatizó el especialista. Y aclaró que conocer la actividad biológica de las malezas y su interrelación con los cultivos es el primer paso para tener en cuenta.
En los momentos de barbecho hay varias alternativas. Se puede apostar a los cultivos de cobertura para el control de malezas. De la Vega ponderó a la vicia (con destino a una siembra de maíz). También se puede optar por cultivos de invierno o servicio como el centeno (con destino a un cultivo de soja). Y se puede hacer un barbecho químico largo basado en herbicidas.
Si se recurre al control químico con herbicidas, “la maleza va a ser muy fácilmente controlable en estado de roseta, pero si no actuamos en ese momento es cuando empezamos a encontrar dificultades”, advirtió el especialista.
La rama negra es la estrella entre las malezas invernales del NEA y de la zona interprovincial de Santiago del Estero y Santa Fe. Sin embargo, no tiene tanta relevancia en el NOA donde predominan las poblaciones de malva blanca, que se las puede encontrar en el rastrojo de maíz. “Para estos casos son efectivas las aplicaciones con hormonales fluroxipir en mezcla con glifosato y fluroxipir + 2,4D”, afirmó.
El momento clave es el otoño, cuando la maleza tiene un tegumento muy fino y pocos puntos de crecimiento. Entonces “el herbicida puede penetrar muy fácilmente y realizar la inhibición, con lo cual la planta no puede rebrotar”, detalló. Por el contrario, cuando la planta ha crecido, la cutícula está más engrosada y el herbicida tiene mayores dificultades para penetrar. Hay un desecamiento parcial y un posterior rebrote de la maleza.
Modos de acción
Es de suma importancia identificar el complejo de malezas porque a partir de ese diagnóstico surge la estrategia. “Los productos ALS tienen la ventaja de ser más económicos, pero también el riesgo de crear resistencia y acumularse en el suelo generando carry over”, advirtió.
Otros productos muy utilizados son los fotosistemas II, donde se encuentra el amicarbazone, un modo de acción que tiene mucha residualidad. De la Vega reveló que lo ha utilizado en pasto cubano –una maleza muy propia del NOA– con mucho éxito, aplicada al cultivo de maíz, sobre todo por la residualidad que puede alcanzar 45 a 50 días.
El uso de PPO es otra alternativa que tiene variantes de productos con distintas residualidades. “Es fundamental identificar el objetivo de ese barbecho”, remarcó. Por otro lado, lo que se está probando ahora son los HPPD que, sin bien tienen control sobre latifoliadas, están más destinados al control de gramíneas, con buenos resultados también en nabos (brassicas). En tanto, para tratar la Borreria, “el mejor desecante es el glufosinato de amonio, sobre todo si se tiene en cuenta que el paraquat ya tiene firmado su certificado de defunción para el año que viene”, afirmó.
Según el especialista, el glufosinato de amonio ha mostrado excelentes resultados, sobre todo porque funciona muy bien en mezclas con flumioxazin. “A veces se puede aplicar en conjunto o por separado. Primero hay que realizar una aplicación de glufosinato para desecar bien la maleza, luego se hace la siembra, y si queda algo se aplica como preemergente flumioxazin”, aconsejó el profesor de la UNT. Finalmente, otra maleza importante en el NOA es el cardo, para este caso, el desecamiento se logra con otros hormonales como clopiralid.
Tres soluciones para el barbecho químico
Alejandro Piñeiro, gerente de Herbicidas de UPL, detalló algunas de las herramientas recomendadas para el control de malezas problemáticas en el Norte.
“La pérdida de sensibilidad de rama negra hacia los herbicidas ALS va en aumento. No obstante, los fotosistemas II siguen teniendo muy buena eficacia. Dentro de este grupo, Dinamic (amicarbazone) es un herbicida que posee mucha residualidad y es ideal para controlar Amaranthus spp, Conyza spp, y todo el complejo de malezas de enredaderas ipomeas, borreria, parietaria y también pasto cubano”, comentó. Además, agregó que permite disminuir la presión de selección y rotar con otros modos de acción como herbicidas preemergentes, ya que brinda estabilidad y seguridad de control, y gracias a que no se degrada, otorga un tiempo mayor de control hasta que llegan las primeras lluvias y se incorpora con facilidad. Este producto cuenta con registro en barbecho para maíz y soja.
Sobre Lifeline (glufosinato de amonio al 28 %), Piñeiro destacó que se trata de un producto que hoy está en auge para el cultivo de soja, ya que en esta campaña se van a empezar a comercializar variedades resistentes al glufosinato de amonio, y este es el primer producto que tiene registro para sojas resistentes a este principio activo. Se trata de un herbicida de contacto no selectivo de amplio espectro que proporciona control de gramíneas anuales y malezas de hoja ancha. “Ha demostrado un excelente desempeño en mezclas para ampliar el control de malezas específicas. Además, es ambientalmente muy seguro debido a que no deja residuos en el suelo. Tiene un control más consistente que el paraquat en malezas resistentes a glifosato”, dijo.
Finalmente, el técnico de UPL se centró en Celebrate, compuesto por cletodim + quizalofop. “Estos elementos aumentan la efectividad en el espectro de malezas gramíneas, puesto que el cletodim es más efectivo con algunas y el quizalofop con otras”, comentó y detalló que se trata de un herbicida post emergente para malezas gramíneas anuales y perennes del cultivo de soja. “Brinda tranquilidad al momento de controlar biotipos resistentes y gracias a su sincretismo, provee contundencia y velocidad de control sobre Lollium spp., Echinochloa spp. y chlorideas, entre otras”, concluyó.
Fuente: El Tribuno Campo