Acsoja propone sacar del estancamiento al principal cultivo del país y lograr una producción de 70 millones de toneladas.
Los pasados martes y miércoles se llevó a cabo la sexta edición del Seminario Acsoja en el que se realizó un exhaustivo análisis de la actualidad y futuro de la cadena de valor de la soja en la Argentina.
“En los últimos 10 años la producción de soja está estancada y tenemos el área menor de los últimos 15 años en el país”, diagnosticó con preocupación el presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), Luis Zubizarreta, en la apertura del evento. “Lo más inexplicable es que esto sucede en un contexto favorable para el cultivo. Brasil en los últimos 10 años duplicó su producción”, se lamentó.
A la luz de estos datos, y para revertir la situación, Zubizarreta presentó la propuesta de la cadena de la soja de llevar la producción a 70 millones de toneladas. “Tenemos un proyecto para revertir esta situación que requiere de decisiones políticas que permitan cambiar esto: lo tenemos a Messi en el banco y el partido requiere que salgamos de esta crisis hacia adelante y para hacerlo necesitamos agrandar la torta”, dijo. Para Acsoja, el salto productivo se pude hacer sin que requiera una disminución de la recaudación porque es un momento muy difícil para el Estado.
Zubizarreta resaltó que la de la soja es la cadena exportadora más importante del país, con US$ 22.500 millones y aportes fiscales de casi US$ 10.000 millones por año, lo que representa 350.000 empleos, además de tener un alto porcentaje de agregado de valor e industrialización, ya que el 80 % de lo que se exporta son productos industriales. “Por esto nos gusta decir que la cadena de soja no es solo campo: es campo, es industria y es cuidad”, remarcó.
La meta de las 70 millones de toneladas propuesta implicará la generación de 80.000 puestos de trabajo, US$ 10.000 millones más de exportaciones y 2 % más de PBI que significan US$ 9.000 millones de dólares más. “Y todo esto sin disminuir la recaudación del Estado”, concluyó el presidente de Acsoja.
Presencia oficial
Acsoja 2021 fue el marco para que el recientemente asumido ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, haga su primera aparición en público frente al sector agroindustrial.
Domínguez expresó su disposición de trabajar junto a los productores agropecuarios “porque no se concibe a la Argentina sin el campo” y destacó “el milagro generado desde el campo”, que llevó al país a estar “30 años adelantado” respecto de proyecciones de las Naciones Unidas en cuanto a metas y sistemas de producción, gracias a la adopción de la siembra directa.
“Planteo mi disposición a trabajar para que Argentina pueda recuperar el nivel de sueños y de iniciativas como la de llegar a los 70 millones de toneladas”, prometió el ministro, haciendo referencia a lo que fue el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial (PEA) 2010-20, que había presentado en su paso anterior por el Ministerio y quedó trunco.
“Hoy, la exigencia global de la agricultura se concentra en la necesidad de implementar producción en cantidad y calidad, con menos huella ambiental, y mayor sanidad e inocuidad”, manifestó Domínguez, haciendo foco en la necesidad de producir preservando el ambiente. En ese orden, abogó por el aporte que puede realizar la “agricultura moderna” al reemplazo de los combustibles fósiles por energías renovables. “Argentina es plataforma fotosintética y de biodiversidad”, afirmó.
“Nuestro país tiene grandes posibilidades de exportación de conocimiento, de maquinarias, de talentos, de insumos y procesos”, enumeró Domínguez, repasando las ya conocidas virtudes del sector agroindustrial argentino, que no pueden alcanzar todo su potencial debido a las permanentes obstrucciones que ponen los gobiernos nacionales.
“El cultivo de soja debe enmarcarse en un manejo sustentable”, respetando la Ley de Bosques, dijo el ministro, pareciendo ignorar que el gobierno del que forma parte incumplió con la norma que pide respetar al no dotarla de los fondos que le corresponden en el Presupuesto Nacional 2022.
En los últimos años hubo cambios importantes en las rotaciones, fechas de siembra y grupos de madurez que transformaron el panorama productivo.
Evolución y situación de la soja en Argentina
Un panel formado por especialistas de las principales regiones sojeras del país abordó la situación del cultivo y el manejo de este. Daniel Ploper, de la Eeaoc, repasó la evolución de la soja en Argentina desde la década del 70. “El máximo en superficie sembrada se registró en 2015-2016 con alrededor de 20,5 M/ha, la mayor producción con casi 61,4 M/t en 2014-2015 y el máximo rendimiento en la campaña 2018-2019 con 3.334 kilogramos”, repasó. Pero a partir de 2015, el área destinada a la oleaginosa empezó a retroceder.
“Mientras que en los últimos diez años en Argentina el cultivo se estancó y el volumen se mantuvo, Brasil duplicó su producción en toneladas por hectárea”, indicó. La superficie sembrada con soja se mantuvo en 17 M/ha en las últimas dos campañas, aunque hubo aumentos de rendimiento debidos al mejoramiento genético varietal. “Así y todo, la soja sigue siendo el cultivo más importante en el país, el más sembrado y el que mayor cantidad de divisas aporta, el 27 % de las exportaciones totales de Argentina corresponden al complejo sojero”, destacó Ploper.
La situación en el Noroeste Argentino (NOA) fue abordada por el investigador del Eeaoc, Fernando Ledesma, quien describió que en la zona la oleaginosa ocupa 777.000 hectáreas; con menores rindes potenciales; alta presión de plagas, malezas y enfermedades, lo que implica mayores costos por gastos en insumos; además de los gastos fletes y bajo valor agregado de la producción primaria.
“Ha decrecido el área implantada, en algún momento hubo un millón de hectáreas, esto se debe al incremento en la superficie de maíz y la competencia con caña de azúcar, citrus, poroto, sésamo, poroto mung”, relató Ledesma.
El técnico de la Eeaoc describió que en el NOA las siembras tempranas se realizan a fines de noviembre y principios de diciembre, y que los grupos de madurez (GM) más usados son los cortos IV, V y VI (70 %) y entre los largos, VII y VIII con tecnología Intacta en el 65 % del área. Aunque los GM VIII son más estables para la región, fueron bajando y “se registra un aumento de GM cortos, especialmente VI, que se destacan con rendimientos superiores a la media, por mayor oferta de variedades con alto potencial de rendimiento que permiten manejar mayor plasticidad en fechas de siembra y ambientes, escapar a enfermedades, desocupar el campo de manera anticipada, ahorrar agua de suelo permite hacer cultivos de servicio y de renta”, contó Ledesma.
Entre las plagas, dijo el especialista, el complejo de picudos causa daños muy importantes en la región, así como las chinches, y spodoptera obligó a hacer aplicaciones en algunos lotes en la última campaña. Además, en cuanto a enfermedades, hubo problemas con nemátodos en densidades altas. Por otro lado, se ha incrementado peligrosamente la mancha ojo de rana y fue importante muerte súbita, también crecieron la podredumbre húmeda del tallo y la mancha anillada.
“Este año hubo problemas principalmente con ataco, borreria, chloris y trichloris”, indicó el ingeniero sobre la problemática de malezas, e indicó que el 60 % de los agricultores llegó a aplicar herbicidas tres veces con distintos modos de acción.
“Casi un 40 % de los lotes presenta valores de fósforo críticos”, advirtió el investigador, e indicó que, a pesar de que la fertilización aumentó, “aun agregando fósforo, no es suficiente para compensar la pérdida por extracción del cultivo”, lamentó. Asimismo, remarcó que hay un deterioro importante en los valores de proteína en soja.
Por: Belisario Saravia Olmos
Fuente: El Tribuno Campo