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Hidatidosis: medidas de prevención en producciones pecuarias

El Senasa recuerda las principales medidas para cortar el ciclo del parásito y reducir riesgos sanitarios en el ámbito rural.

La hidatidosis es una zoonosis parasitaria causada por Echinococcus granulosus. En su estadio adulto, el parásito habita en el intestino de los cánidos y se transmite a través de los huevos que se eliminan por las heces. La enfermedad puede afectar a las personas, a los perros y a los animales de las producciones ganaderas.

Los huevos del parásito contaminan el ambiente -agua, pasto, tierra y verduras- y también pueden adherirse al pelo de los animales. De este modo, los herbívoros como ovejas, cabras y vacas, así como las personas, pueden adquirir la infección al ingerirlos.

En los animales de producción, la hidatidosis no presenta signos visibles y suele pasar desapercibida. No afecta el rendimiento productivo ni provoca la muerte, pero mantiene activo el ciclo del parásito y constituye un riesgo sanitario para toda la comunidad rural. En las personas, la infección suele ser asintomática, de evolución crónica y con diagnóstico tardío.

Rol del productor

Los productores rurales cumplen un papel central en el control de la enfermedad. Al momento de realizar la faena en el campo, es fundamental adoptar medidas que eviten la propagación del parásito:

  • No alimentar nunca a los perros con vísceras crudas, ya que es la principal vía de transmisión.
  • Mantener a los perros alejados del lugar de faena.
  • Eliminar correctamente las vísceras, ya sea mediante incineración o disposición en un pozo sanitario profundo, con tapa de cemento para evitar filtraciones.
  • Impedir el ingreso de perros al área de sacrificio y al pozo sanitario mediante cercos o paredes.
  • Evitar el acceso de perros a las huertas, dado que sus heces infectadas pueden contaminar los alimentos.

Higiene y control

Además de las medidas durante la faena, se recomienda adoptar buenas prácticas de higiene y control:

  • Lavarse las manos después de estar en contacto con animales o tierra y antes de comer.
  • Lavar cuidadosamente frutas y verduras antes de su consumo.
  • Utilizar, en lo posible, únicamente agua potable o de red.

Desparasitación canina

La desparasitación periódica de los perros es una herramienta clave para interrumpir el ciclo del parásito. Se recomienda realizarla:

  • Cada 45 días en zonas rurales.
  • Cada 4 a 6 meses en zonas urbanas.

Es importante tener en cuenta que, aunque el perro reciba tratamiento antiparasitario, si vuelve a ingerir vísceras crudas contaminadas con la forma juvenil del parásito puede reinfectarse, reiniciando el ciclo de transmisión.

La prevención de la hidatidosis es una responsabilidad compartida. La adopción de prácticas sanitarias adecuadas en los establecimientos rurales, el control de la alimentación de los perros y el mantenimiento de condiciones de higiene son medidas simples que contribuyen a proteger la salud humana, animal y ambiental.