El robo de ganado y su comercialización ilegal encendieron una alarma sanitaria y productiva, mientras productores reclaman mayor control y presencia del Estado.
La creciente preocupación por los delitos rurales volvió a reunir esta semana a productores del Valle del Lerma con autoridades provinciales y fuerzas de seguridad. El encuentro se dio en un contexto marcado por una serie de hechos delictivos, entre ellos robos de ganado, sustracción de agroquímicos y maquinaria, y un caso particularmente grave ocurrido en el norte salteño, sobre la ruta provincial 86, donde se denunciaron robos, deforestación ilegal e inacción judicial. Frente a este escenario, el reclamo central del sector apunta a una mayor presencia del Estado, controles efectivos y, sobre todo, decisiones judiciales concretas que acompañen el trabajo policial.
Uno de los productores que participó del encuentro fue Roberto Junquet, quien describió la situación como persistente y estructural. Según explicó, desde hace seis años los finqueros del Valle del Lerma sostienen un grupo de comunicación permanente con legisladores, intendentes y la cúpula policial, destinado exclusivamente a alertar sobre hechos delictivos. “El grupo funciona solo para declarar los ilícitos que sufrió cada uno, y en lo que va del año ya nos robaron 29 vacas de tambo”, señaló.
Junquet destacó que a mediados de diciembre se logró desarticular una banda dedicada al robo de ganado, tras una investigación que involucró a la Brigada, la Policía Rural, la Caballería y fuerzas regionales. Subrayó el respaldo político del Ministerio de Seguridad y Justicia y el trabajo conjunto con la fiscalía de Rosario de Lerma. “Fue una decisión política muy importante llevar esto adelante y poner todos los recursos para atraparlos”, afirmó, al tiempo que remarcó que la investigación permitió detectar vínculos con carnicerías donde se comercializaba carne de origen ilegal.
Sin embargo, el productor advirtió que el problema no se limita a la acción policial. Si bien valoró la respuesta rápida de las fuerzas de seguridad, puso el foco en el eslabón judicial. “La policía con nosotros actúa rapidísimo, siempre está disponible, pero después dependemos de lo que haga la Justicia, y muchas veces los ladrones quedan libres a las pocas horas”, expresó. En ese sentido, consideró que esa situación genera una sensación de impunidad que desalienta los esfuerzos preventivos.
El epicentro de los delitos, según Junquet, se concentra principalmente en Rosario de Lerma. “Ahí es donde están bastante apañados”, afirmó, y aclaró que se trabaja para identificar responsabilidades y conexiones, aunque reconoció las limitaciones operativas y judiciales existentes. A su vez, alertó sobre los riesgos sanitarios asociados a la faena clandestina. “No sé si llega a causar muertes, pero intoxicaciones seguro, porque no hay controles, no hay frío, no hay higiene, y la carne se traslada en baúles o bolsas”, sostuvo.
Durante la reunión, los productores y las fuerzas de seguridad acordaron avanzar en un esquema de patrullaje más dinámico, con apoyo logístico del sector privado. Junquet explicó que se trabaja para facilitar el desplazamiento de la Caballería entre fincas y mejorar el equipamiento de la Policía Rural. “Hoy estamos ayudando como podemos, parando una goma, arreglando una camioneta o comprando una cubierta”, relató.
En ese marco, uno de los pasos acordados fue avanzar en la conformación de una cooperadora policial del Valle del Lerma, con el objetivo de dar institucionalidad a ese acompañamiento. “La idea es dejar de funcionar solo por voluntad y poder sentarnos en una mesa con más herramientas”, explicó Junquet, quien consideró que esa figura permitiría canalizar recursos y reclamos de manera más formal.
Más allá del abigeato, el productor enumeró otros delitos frecuentes que afectan a los establecimientos rurales, como el robo de baterías, cubiertas, agroquímicos, maquinaria y hasta calefactores. “Ahora viene fuerte el robo de calentadores de estufas, además de lo de siempre”, advirtió.
Finalmente, Junquet adelantó que los productores volverán a reunirse con las fuerzas de seguridad para avanzar en nuevas capacitaciones, tanto para la Brigada como para la Policía Rural y la Caballería. El objetivo es mejorar la identificación de animales, documentación sanitaria y condiciones de transporte. “Somos cerca de 200 productores en el grupo, casi todos del Valle del Lerma, y la idea es seguir organizados porque solos no se puede”, concluyó.
