Una empresa salteña trasladó al agro desarrollos fabricados con PRFV, un material utilizado en industrias altamente exigentes.
En las Jornadas Bodegas de Salta “La génesis del vino”, una empresa de capitales 100 % salteños presentó una propuesta que introduce un cambio de fondo en los materiales utilizados en el campo. Se trata de FMF Argentina, que si bien trabaja con soluciones conocidas para el sector productivo, propone un giro clave al reemplazar materiales tradicionales por productos fabricados en PRFV, un compuesto con amplia trayectoria en industrias de alta exigencia técnica.
La iniciativa apunta a resolver problemáticas del agro vinculadas a la corrosión, el desgaste prematuro, el peso de las estructuras y los costos de mantenimiento, especialmente en entornos donde la humedad, los agentes químicos y el uso intensivo deterioran rápidamente al acero o a la madera. Desde la empresa sostienen que el cambio de material implica una mejora técnica y una revisión del costo total a lo largo de la vida útil de cada producto.
Del mineral al agro
FMF Argentina nació en 2009 con un foco inicial puesto en la minería. “Es un sector donde la resistencia química y la durabilidad frente a ambientes altamente corrosivos son condiciones indispensables”, explicó Lautaro Mendoza, gerente General de la empresa. A partir de esas exigencias, comenzó a desarrollar productos fabricados en PRFV, un material compuesto por fibra de vidrio y resinas que combina resistencia química, alta capacidad mecánica y aislación térmica y eléctrica.
“El primer desarrollo fueron los tanques de PRFV, diseñados para soportar productos ácidos, básicos y salmueras habituales en los procesos mineros, así como el revestimiento de tanques metálicos destinados al transporte de químicos corrosivos”, detalló Mendoza. Ese punto de partida marcó el perfil técnico de la empresa y sentó las bases para una expansión posterior hacia otros sectores productivos.
Con el tiempo, y a medida que se consolidaba su experiencia técnica y productiva, FMF amplió su portafolio. A los tanques se sumaron bandejas portacables, rejillas para pisos, chapas y otros componentes fabricados con el mismo material, siempre enfocados en resolver problemas asociados a la corrosión y al desgaste prematuro. Este crecimiento estuvo acompañado por la incorporación de conocimientos y tecnologías observadas en mercados más desarrollados.
“En países como Europa, Brasil y Estados Unidos, el PRFV se utiliza desde hace años en múltiples aplicaciones industriales y productivas”, señaló el ejecutivo. Esa observación permitió adaptar procesos, mejorar formulaciones y ajustar diseños a estándares internacionales. Si bien se trata de un material cuyas primeras aplicaciones estuvieron ligadas a ámbitos de altísima exigencia -la aviación militar, la industria aeroespacial o el desarrollo de satélites-, con el tiempo estos compuestos se volvieron más accesibles y aptos para usos productivos a mayor escala.
“Hoy permiten desarrollar productos que superan en varios aspectos a los materiales convencionales, manteniendo costos competitivos”, explicó Mendoza. En ese recorrido, FMF logró consolidar una industria con dominio de casi todos los procesos productivos necesarios para fabricar sus soluciones.
Material y desempeño
Esa capacidad industrial abrió la puerta a nuevos mercados, entre ellos el agropecuario, ya que identificaron que muchas soluciones ya utilizadas en otros países podían adaptarse a las necesidades del campo, especialmente en actividades donde la durabilidad y el mantenimiento son factores críticos.
Postes, varillas para bolleros, tranqueras, trabillas, estructuras para invernaderos y soluciones para corrales y bretes forman parte de los productos que apuntan a reemplazar materiales tradicionales por PRFV. El objetivo es resolver problemas como la baja vida útil, la reposición frecuente y la corrosión.
Uno de los atributos más destacados del PRFV es su comportamiento frente a la intemperie. La fibra de vidrio no presenta inconvenientes en ambientes húmedos ni en contextos con alta presencia de agentes corrosivos, una condición clave en actividades como la ganadería o el transporte de animales.
Aplicaciones productivas
En ese segmento, FMF fabrica chapas de PRFV para laterales y pisos de semirremolques, diseñadas para resistir el contacto permanente con purines, que deterioran rápidamente los pisos metálicos o de madera.
A esta ventaja se suma el peso. Frente al acero, los productos de PRFV pueden ser hasta cinco veces más livianos, simplificando el transporte, manipulación e instalación. Esa diferencia se vuelve especialmente relevante en aplicaciones como los postes de gran altura.
Según explican desde la empresa, un poste de 8 o 10 metros puede instalarse en menos de media hora con solo dos personas, sin necesidad de hidrogrúas ni equipamiento especial. Esto impacta directamente en los costos logísticos y de montaje, ya que permite transportar mayor cantidad de material por viaje y reducir significativamente el uso de maquinaria pesada.
En términos de resistencia, Mendoza destacó que los productos de PRFV que fabrica FMF alcanzan valores de resistencia a la tracción y a la rotura superiores a los del acero de construcción tradicional. “Si bien algunas maderas duras pueden mostrar valores elevados en comparaciones puntuales, trabajamos con distintos diámetros y espesores de pared para adaptar cada producto a la necesidad específica del cliente”, explicó.
Para ello, la empresa cuenta con un departamento de ingeniería y un laboratorio propio, desde donde se diseñan soluciones a medida en función del uso previsto y de las exigencias mecánicas de cada estructura. La oferta también incluye pisos y rejillas, con aplicaciones tanto en minería como en el sector agropecuario.
Costos y durabilidad
En la producción porcina, por ejemplo, las rejillas de PRFV combinan resistencia mecánica y comportamiento anticorrosivo, dos condiciones fundamentales para instalaciones expuestas de manera permanente a humedad y agentes agresivos. FMF produce distintos modelos, desde rejillas estándar hasta versiones de alta resistencia.
En el análisis económico, la empresa señala que, frente a productos metálicos, las soluciones de PRFV pueden resultar entre un 5 % y un 10 % más económicas en promedio. En la comparación con la madera, el escenario varía según el tipo utilizado. Mientras maderas duras como el quebracho suelen tener un costo elevado, opciones como el eucalipto resultan más baratas, aunque con una vida útil menor.
El PRFV, en cambio, ofrece un producto homogéneo, con mayor durabilidad y sin variaciones estructurales entre piezas. Además, se trata de un material que no conduce electricidad, una ventaja relevante en aplicaciones vinculadas a instalaciones eléctricas o iluminación.
Otro respaldo clave para la empresa es la certificación ISO 9001:2015, que avala la gestión de calidad de sus procesos de fabricación y comercialización. A esto se suma el trabajo permanente en ensayos mecánicos y pruebas de comportamiento frente a radiación UV y humedad, con equipamiento propio y certificaciones del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
Con esta base tecnológica e industrial, FMF apuesta a profundizar su vínculo con el campo. La empresa ya cuenta con acuerdos de distribución para productos estándar, pero también pone a disposición su equipo técnico para desarrollar soluciones específicas según las necesidades de cada productor. “La experiencia acumulada en minería se convierte en una ventaja para ofrecer respuestas concretas a problemáticas del sector agropecuario”, concluyó Mendoza.
Por: Belisario Saravia Olmos
Fuente: El Tribuno Campo
Catálogo AGRO PRFV 2025 (1)
TRANQUERAS Y CERCOS RURALES
