Con varios productos para el cultivo de vid y nuevas incorporaciones biológicas, la firma busca acompañar a productores y técnicos en el manejo de enfermedades, estrés climático y nematodes.
Con una presencia consolidada en cultivos extensivos, Syngenta suele ser asociada a tecnologías para maíz, soja y protección de cultivos a gran escala. Sin embargo, la compañía también tiene un rol activo en producciones regionales y de alto valor, entre ellas la viticultura. Ese será el eje de su participación en Las Jornadas Bodegas de Salta – “La génesis del vino” – Edición Banco Nación, donde presentará los avances de su portafolio y el trabajo que viene realizando en los Valles Calchaquíes y en otras regiones productoras del país.
En diálogo con Claves del Campo (AM 840 – Radio Salta), Diego García Vidal -representante técnico comercial de Syngenta para el NOA en cultivos frutales, vegetales y regionales- destacó la importancia del trabajo regulatorio que sostiene la compañía. Señaló que Syngenta es la firma con mayor cantidad de registros formales a nivel nacional, una condición que habilita el uso de productos validados en cultivos como vid, tomate y nogales. Esa base regulatoria, explicó, es fundamental para cumplir con los estándares de inocuidad y los estrictos límites de residuos que exigen los mercados internacionales.
Sobre el caso particular de la vitivinicultura, García Vidal enfatizó que los fitosanitarios que se utilizan en estos cultivos no alteran sabor, aroma ni calidad final del vino. Los productos deben cumplir normas internacionales, auditorías y exigencias de destino, tanto en la Unión Europea como en Estados Unidos. “Se realizan los análisis y registros bajo estándares globales para asegurar el uso correcto y la inocuidad del producto final”, explicó.
En cultivos de consumo directo, el control de residuos se vuelve aún más relevante. García Vidal señaló que esta demanda del mercado -que se fortaleció en la última década- también se trasladó a los extensivos, aunque con matices. “El consumidor pide trazabilidad en fresco y en industrializados. Syngenta siempre fue sólido en ese pilar, y trabajamos para estar a la altura de lo que exigen los mercados”, sostuvo.
Respecto a la estrategia de cartera, el técnico explicó que Syngenta cuenta con un portafolio amplio para vid, compuesto por cerca de 18 productos, entre fungicidas, insecticidas, nematicidas y bioestimulantes. En los últimos años, la firma amplió su participación en biológicos y bioestimulantes, a partir de adquisiciones internacionales como Valagro, que aportó nuevas soluciones de origen natural. “Hay una revolución en marcha en estos productos. Argentina avanzó mucho en cinco o seis años y nosotros incorporamos tecnologías tanto biostimulantes como de biocontrol”, afirmó.
Estas tecnologías, no buscan reemplazar a los productos de síntesis química sino complementarlos. “Hay una confusión común, uno no sustituye al otro. Se complementan para el manejo de enfermedades, para la resistencia y para sostener la eficacia del control”, indicó. En algunos casos, incluso, requieren protocolos específicos para no afectar a los microorganismos benéficos, como ocurre con ciertos biofungicidas.
En cuanto a la recepción en viñedos, el experto de Syngenta destacó que la viticultura argentina es un sector altamente profesionalizado. “Los técnicos que trabajan en Cafayate son de primer nivel, con mirada internacional y un ida y vuelta permanente. Es un cultivo exigente, donde los registros, las buenas prácticas y la inocuidad son un requisito central”, dijo.
Bioestimulantes para enfrentar heladas, calor y estrés hídrico
Uno de los lanzamientos recientes para vid es Vaniva, un nematicida que Syngenta ya incorporó en hortalizas y tabaco y que ahora avanza en su adopción en viñedos. “Los nematodes son una plaga relevante en muchos cultivos, y en vid no es menor. Estamos reforzando su uso y acompañando al productor en esta etapa inicial”, señaló. Durante las jornadas también se presentará Megafol, un bioestimulante utilizado desde hace una o dos campañas.
García Vidal explicó que estos productos ayudan a la planta a tolerar situaciones de estrés -biótico y abiótico- como enfermedades, calor extremo, heladas, alta luminosidad, granizo o exceso de agua. En el caso de Megafol, su rol como anti estresante permite mejorar la capacidad de respuesta del cultivo y sostener procesos claves como el cuaje, la floración y la calidad de hoja. “Se aplican de manera preventiva, para que la planta esté preparada antes de la situación crítica”, detalló.
La vid, afronta cada año un ciclo marcado por la poda invernal y un rebrote vigoroso en primavera, seguido por condiciones climáticas severas típicas de zonas como Cafayate, donde el viento y la amplitud térmica agregan complejidad. Por eso, los bioestimulantes se consolidan como herramientas que contribuyen a mantener rendimientos y calidad de uva.
Para la presentación en las jornadas, Syngenta convocó a Marco Fontana, especialista en viticultura radicado en Mendoza y con amplia trayectoria en el manejo sanitario del cultivo. “Queríamos que estuviera él, que es el experto. Va a compartir experiencias de Mendoza y profundizar en el uso de Vaniva, Megafol y el manejo de enfermedades claves para la región”, cerró García Vidal.




