Desde Casafe brindan recomendaciones para el manejo de malezas en uno de los principales cultivos del NOA.
El cultivo de “Caña de Azúcar” es la segunda actividad de mayor importancia económica y social del noroeste argentino. Esto se debe principalmente a las condiciones climáticas de las provincias que componen la región, que lo hacen uno de los mejores cultivos a nivel mundial en cuanto a rendimiento y calidad.
La caña de azúcar se caracteriza por poseer alto contenido de azúcar en el jugo y de fibras en sus tallos. Por eso, los objetivos de su producción son satisfacer la demanda del mercado en cuanto a cristales de azúcar y generar biocombustibles y pasta celulósica para la fabricación de papel.
Como todo cultivo, la caña tiene una etapa en la que es muy afectada por las malezas, que compiten por agua, luz y nutrientes. Es importante conocer estos momentos críticos para poder realizar el control en el momento adecuado, y que sea eficiente y efectivo.
Una maleza que ha tomado relevancia en el NOA en los últimos años es el “Pasto Cubano” o “Girasolillo”, una especie con alto poder invasor, con gran capacidad de competencia y velocidad de colonización. Por cada planta adulta bien desarrollada se obtienen cerca de cien mil semillas, que pueden ser transportadas por el viento, aves, agua de riego e implementos agrícolas, entre otros factores. La incidencia de esta maleza se amplía cada vez más como consecuencia de no haber realizado un manejo adecuado.
¿En qué consiste el manejo adecuado? En conocer el momento de mayor susceptibilidad de la maleza y los principios activos más adecuados para controlarla.
Al momento de seleccionar los herbicidas es imprescindible contar con el asesoramiento de un profesional de la agronomía. Antes, durante y después de la aplicación tené en cuenta las siguientes prácticas para un uso responsable del producto:
– Leé el marbete completo antes de preparar el caldo de aplicación.
– Utilizá el equipo de protección personal que indique la etiqueta del producto.
– Medí las condiciones climáticas y aplicá sólo cuando sean adecuadas.
– Lavá el envase cuando se agote el producto, tal como lo indica la norma IRAM 12.069. Podés hacerlo a través del triple lavado o lavado a presión.
– Una vez lavado, perforale la base para inutilizarlo y llevalo a un centro de almacenamiento transitorio (CAT).
– Lavá correctamente los equipos y elementos sobre una cama biológica, y el EPP separado de la ropa diaria.
Cuidar el cañaveral siguiendo las buenas prácticas agrícolas permitirá lograr más alimentos, papel y biocombustibles de manera segura y responsable. Comprométete con las Buenas Prácticas.
Por: Ximena Rojo Brizuela, Coordinador NOA Casafe
El pasto cubano
El pasto o yuyo cubano (Tithonia tubaeformis) -dice un informe de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC)- es una maleza que en los últimos años ha ganado terreno en la zona cañera de la provincia de Tucumán. En encuestas realizadas por la institución, en 2015 y 2018 fue considerada como la maleza con mayor potencial para convertirse en un serio problema en mediano plazo en este cultivo.
“Esta especie es originaria de América Central y pertenece a la familia de las Asteráceas. En 1983 fue declarada plaga nacional por la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación, y desde ese año todos los intentos por erradicarla o limitar su expansión han fracasado”, asegura la EEAOC.
En las provincias de Salta y Jujuy, esta maleza representa ya un problema en cultivos estivales, especialmente en poroto, dice el informe, y agrega que trabajos del doctor Salvador Chaila indican que la competencia de esta maleza puede generar pérdidas de rendimiento de hasta 21,44 t/ha en caña de azúcar, aun con densidades menores a 5 plantas por m2 de pasto cubano.
Fuente: El Tribuno Campo