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Un modelo ganadero de integración y crecimiento sostenible

Inversora Juramento propone para la ganadería del norte argentino con un modelo de integración vertical y sostenibilidad.

Inversora Juramento, una de las empresas líderes en producción ganadera del norte argentino, sigue consolidando su posición como referente del sector, apoyándose en una integración vertical que abarca desde la cría hasta la venta directa al consumidor. Durante el reciente Día de Campo organizado por la Asociación Argentina de Brangus, bajo el lema “Brangus: del campo al consumidor. Un modelo exitoso de integración”, Rafael Aguilar, gerente General de la empresa, compartió su visión del presente y futuro de la empresa.

“Recibí la antorcha para seguir profundizando un proceso de cambio que comenzó hace años, con un enfoque especial en la formación de equipos sólidos. Este es el activo más importante que estamos construyendo”, afirmó Aguilar, quien asumió el liderazgo de la compañía hace pocos meses, continuando el trabajo de Miguel de Achaval, actual presidente del directorio.

Fundación y expansión

Con más de 35 años de historia, Inversora Juramento fue fundada por la familia Brito y actualmente administra unas 90.000 hectáreas en el departamento salteño de Anta. Además, opera Frigorífico Bermejo, una planta industrial de alta capacidad en Pichanal, cerca de Orán, y cuenta con una red de 22 puntos de venta directa al consumidor bajo las marcas Bermejo y Cabaña Juramento. La empresa ostenta el 40 % de la faena del norte del país.

Además, se destaca como exportadora, comercializando a países limítrofes y a Europa carne bajo los programas Hilton y Kosher, y emplea a casi 800 personas, cotizando en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

Integración completa

El enfoque de integración vertical de Inversora Juramento es uno de sus mayores diferenciadores. Según Aguilar, esta estructura le permite controlar cada etapa de la producción y comercialización, desde la genética y cría hasta la venta final, logrando así una mayor eficiencia y calidad constante. “Queremos que comprar carne sea una experiencia positiva, sin sorpresas, con cortes siempre frescos y disponibles”, explicó.

Para alcanzar estos objetivos, la empresa ha invertido en tecnología avanzada, como el envasado al vacío, que preserva la calidad del producto hasta por tres meses en refrigeración y dos años en congelación. Esta tecnología es crucial para ofrecer carne premium a precios competitivos y para cumplir con los exigentes estándares de los mercados internacionales.

Cuatro pilares estratégicos

“Creemos que la ganadería y el negocio de la carne puede ser “sexy”, por decirlo de alguna forma, para inversores, para talentos y demás. Y en Inversora la estrategia que tenemos para lograr esto está basada en cuatro líneas de trabajo”, comentó Aguilar, y enumeró estos pilares:

Calidad del producto: garantizar una experiencia superior al consumidor, con carne siempre fresca y de alta calidad.

Eficiencia en costos: ser el productor de más bajo costo, aprovechando las ventajas naturales del norte argentino y aplicando tecnología para optimizar procesos.

Integración vertical: controlar cada eslabón de la cadena productiva para asegurar calidad, consistencia y trazabilidad.

Sostenibilidad a largo plazo: apostar por prácticas que minimicen el impacto ambiental, como la producción forestal y la gestión eficiente del agua.

Visión a largo plazo

Aguilar también destacó la importancia de crear alianzas estratégicas y formar equipos sólidos para enfrentar los desafíos del sector. “Formar equipos es clave. Lo que vimos hoy es el fruto de años de trabajo con líderes como Miguel de Achaval. Es un equipo joven, profesional y apasionado que se abre a la comunidad”, señaló.

El ejecutivo subrayó que para competir globalmente, Inversora Juramento necesita no solo eficiencia y calidad, sino también un enfoque en la sostenibilidad. Esto incluye proyectos como la incorporación de forestaciones con especies nativas como el algarrobo en sus sistemas de producción, lo que no solo mejora la producción de carne por hectárea, sino que también aporta beneficios ambientales significativos.

“Estamos convencidos de que el negocio de la carne tiene mucho potencial, tanto para atraer inversores como para convertirse en un referente de calidad a nivel global. Invitamos a todos los interesados a unirse a este proyecto de crecimiento”, concluyó Aguilar.

Genética, manejo y carne de alta calidad

Miguel de Achaval se refirió a la genética y procesos para producir carne de calidad en el norte argentino.

Miguel de Achaval, presidente del directorio de Inversora Juramento, destacó que, para él, uno de los desafíos más importantes es adaptar la genética y el manejo del ganado para lograr una carne de alta calidad, incluso en las condiciones desafiantes del norte argentino.

“Creo que el desafío de todas las asociaciones de criadores es poner los pies sobre la tierra y ver la realidad comercial que tiene cada productor en un su campo y esa integración se está dando en forma natural”, le dijo a El Tribuno Campo de Achaval, y agregó que lo sorprende lo que el productor argentino ha aprendido de carnes. “Antes no tenía ni idea y hoy en día es un tema que se habla”, aseguró.

Sobre las razas como herramientas para lograr carne de calidad, de Achaval señaló: “Lo que he notado en Salta es que la hacienda es cada vez más mestizada. El Brangus, que combina la resistencia del Brahman con la calidad cárnica del Angus, es un gran ejemplo de esta evolución. Esta raza tiene ventajas adaptativas importantes para nuestro entorno y al mismo tiempo puede ofrecer carne de alta calidad”.

De Achaval también abordó un tema crucial: el paso de faena. “¿Qué puede hacer el productor para exigir o para tratar de ir a un peso de faena mayor? Ya sabemos que el Gobierno poco y nada hace. Es un tema económico sin lugar a dudas”, reflexionó, y continuó: “A mí me gusta que el ternero valga mucha plata, ya que cuando es caro, obliga al productor a invertir en una fase de recría antes de terminar el animal en feedlot. Esto no solo mejora la calidad del producto final, sino que también es lo que el mercado global demanda”.

Para el presidente de Inversora Juramento, el futuro de la carne argentina depende en gran medida de su capacidad para dejar de ser un simple commodity y convertirse en un producto premium, clasificado y reconocido globalmente por su calidad superior.

Por: Belisario Saravia Olmos – El Tribuno Campo – Editor